Aragoneses en el maratón: "Nueva York ya es nuestra"

El maratón de Nueva York es la prueba con la que sueña todo ‘runner’. Cuatro aragoneses cuentan su experiencia.

Julio Navaz, aragonés participante en el maratón de Nueva York.
Julio Navaz, aragonés participante en el maratón de Nueva York.
Heraldo

Han cruzado el Atlántico como unos peregrinos más para participar en el mayor maratón del mundo. Considerada la Meca de los atletas populares, la de Nueva York es la competición con la que sueña todo ‘runner’, una fecha marcada en rojo en el calendario, un reto, mucho más que 42 kilómetros (se dice pronto). “Hay que vivirlo por lo menos una vez en la vida y poder disfrutar de la experiencia”, reconocen Rosa Balaguer, Pilar López Cuartero, Julio Navaz y Agustín Moreno tras completar la prueba celebrada este domingo, día 5. Mantienen muy vivas las imágenes de un evento que reunió a más de 50.000 corredores, procedentes de 129 países, una veintena de ellos aragoneses. Hipnotizados por la leyenda del maratón mítico, la “emoción” es el adjetivo que resume el sentir los protagonistas.

“Nueva York ya es nuestra”, gritaba Rosa Balaguer, debutante en la ciudad de los rascacielos, hacia donde partió el pasado 30 de octubre. “Ha sido mi octavo maratón. Todos son especiales, cada uno tiene su historia. Pero ésta ha sido una experiencia increíble. Y, además, he podido coincidir unos 15 kilómetros con mi prima Ana García de Jalón, que vive en Seattle. Ha sido un momentazo. Solo puedo decir que la carrera ha sido emocionante, gozosa de principio a fin. Hemos disfrutado muchísimo”, cuenta desde Nueva York la zaragozana, habitual en las pruebas de fondo en la capital y que corrió su primer maratón en Zaragoza en 2013.

Balaguer llegó lunes 30 de octubre a la ciudad junto con su amiga Pilar López Cuartero. “Nuestro objetivo era disfrutar de la urbe, de la carrera y de la experiencia. Olvidarnos del crono y del tiempo. Pero sí queríamos no irnos más allá de las cuatro horas, porque si no se hacía muy largo. Terminar, como mínimo, en 3h59 porque los que bajan de cuatro horas salen en el ‘New York Times’. Y entramos en meta en 3h56”, cuenta entre risas Pilar, que culminó con éxito su cuarto maratón.

Las amigas, habituales en las pruebas de medio fondo y fondo que se programan en Zaragoza, aprovecharon para “hacer turismo”. “No hemos perdonado las visitas de rigor, pateamos mucho. El martes nos pilló el atentado en plena festividad de Halloween, pero no nos enteramos de nada. Nos asustamos más por las familias, que nos mandaron mensajes. Y sí que se veía trasiego de policía”, relatan. La cuenta atrás comenzaba para Rosa y Pilar. “El jueves que recogimos el dorsal empezamos a meternos en carrera. Trotamos un par de días. En Central Park a las siete de la mañana salían manadas de corredores que salían de los hoteles”, describen.

Los nervios también acompañaban a Agustín Moreno, con el que coincidieron el ‘village’ preparado por la organización. El de Alloza no pudo tener mejor debut en Nueva York, ya que finalizó en una meritoria 35ª posición con una marca de 2 horas 30 minutos y 28 segundos, la segunda mejor de todos los españoles presentes tras el vasco Asier Cuevas, campeón de Europa y subcampeón del mundo en la distancia de 100 kilómetros en ruta (2h30:00).

“Mi sensación al terminar es que no puedes describir con palabras lo que es estar allí. Hay que vivirlo. Son 42 kilómetros con gente animando todo el rato, avituallamientos cada kilómetro y medio. La organización es espectacular, no pierden detalles. El seguimiento de los corredores se refleja en la aplicación cada milla; la feria del corredor es enorme, con todas las marcas de deporte. En las calles y tiendas todo está dedicado al maratón, con precios especiales. Es algo increíble”, narra Agustín Moreno, que ya presume de su décima prueba en su palmarés en esta distancia.

También ha sido un maratón especial para Julio Navaz. La primera vez que saltó el Atlántico fue hace diez años; celebrar su 40 cumpleaños corriendo tal emblemática carrera era “lo más deseado”. Regresó a Nueva York en 2010, para recorrer de nuevo los cinco distritos que se dibujan en el mapa: Staten Island, Brooklyn, Queens, Bronx y Manhattan.Y este médico zaragozano, que trabaja en Sabadell, no encontró mejor motivo para celebrar su 50 aniversario que regalarse un dorsal en Nueva York.

“Es un maratón con mayúsculas, pero durísimo porque hizo frío, viento y aire. También con el tema del viaje que, en mi caso, fue muy accidentado”, cuenta Julio. “El viernes pasado nos cancelaron el vuelo y, al final, pudimos viajar al día siguiente a las seis de la mañana vía Roma. Aterrizamos en Nueva York el sábado a las tres de la tarde, y fuimos a toda velocidad a recoger el dorsal, antes de las cinco. Pero llegamos una hora más tarde y no nos lo dieron. Total, que con el ‘jet lag’, el día del maratón a las tres de la madrugada ya estaba despierto y notaba las piernas fatal. Y el tiempo de espera hasta que empezó la carrera, más de noventa minutos, no ayudó. Demasiado castigo muscular”, se lamentaba Julio Navaz, que terminó en 3h09:28, un registro que le asegura una plaza para el maratón de Boston 2019.

Todos regresan de Nueva York con una sonrisa. Ya han hecho realidad su sueño.

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