Una marea rosa llena de emociones y ganas

La 20ª edición de la prueba ha congregado en Zaragoza a 10.000 corredoras, nuevo récord de participación. Raquel Miró se ha impuesto en la plaza del Pilar.

Hasta 10.000 corredoras han plantado cara este domingo a una fría mañana para mandar un mensaje de fuerza y valentía contra el cáncer de mama. La Carrera de la Mujer 2017 ha vuelto a romper su nuevo récord de participación con una marea rosa de deportistas que no han querido faltar a una de las citas atléticas más multitudinarias de la Comunidad. Una carrera que combina el carácter lúdico con el deportivo en una jornada en la que las emociones han estado a flor de piel. "Si les preguntáramos a las participantes, todas te dirían que se han sentido muy bien; he ido todo el recorrido sonriendo. Me siento muy contenta por haberme implicado en esta carrera", expresaba Raquel Miró, primera participante en cruzar la línea de meta de la plaza del Pilar, ataviada con un lazo rosa en su pelo. María José Pueyo -que ha disputado su última carrera con el Club Bikila; a partir de ahora, competirá con su propio grupo, denominado Corredor@s MJP- ha quedado subcampeona y Beatriz Martínez ha cerrado el podio.

El Coso de la capital aragonesa ha servido como enclave etratégico, como nexo de la solidaridad que esta aglutina. "Correr esta prueba es una tradición desde hace muchos años. Lo hacemos por los familiares y conocidos que han perdido la batalla contra el cáncer: madres, abuelas...", expresaba con emoción Sonia Gutiérrez, una de las asistentes. Sus desinteresadas zancadas, así como las de los millares de mujeres que han recorrido los 6,5 kilómetros del circuito desembocarán en el tradicional donativo de 100.000 euros a la Asociación Española Contra el Cáncer. Además, este esfuerzo también servirá para financiar becas a jóvenes investigadores y para que un montante de 25.000 euros se destine a otras cinco causas benéficas relacionadas con la mujer, dos más que el año pasado: la Asociación Clara Campoamor, el Proyecto Efik del Grupo Geicam de Investigación en Cáncer de Mama, Mundo Cooperante (que lucha contra la mutilación genital femenina), Pulseras Rojas (dona pelo y compra pelucas para pacientes afectados por esta enfermedad) y la Fundación Anar (defiende los derechos de niñas y adolescentes en situación de exclusión social o riesgo de desamparo). Quienes han deseado contribuir de una manera algo más alternativa a la causa, han podido adquirir alguno de los siete modelos de muñecas que se han puesto a la venta. Todas ellas cosidas por mujeres que han sobrevivido a la trata con fines de explotación sexual o laboral dentro de la iniciativa #másqueunamuñeca, que pretende suponer una alternativa laboral para ellas.

Se ha vivido toda una fiesta desde mucho antes de que la prueba diera comienzo. A las fotos o 'selfies' entre amigas, madres e hijas o demás combinaciones para inmortalizar la XX edición de la Carrera de la Mujer se han sumado los últimos 'hits' musicales, que, junto a la fuerza que el 'speaker' ha transmitido a la multitud, han puesto a las deportistas a saltar y dar palmas al unísono: un ambiente de excepción tras el que, de forma lenta pero inexorable, el pelotón se ha ido poniendo en marcha.

Tras una nueva demostración de solidaridad, ha tenido lugar un festival de fitness impartido por miembros de la Federación Española de Actividades Dirigidas y Fitness (FEDA). La Carrera de la Mujer ha vuelto a conformar un enorme lazo de solidaridad contra el cáncer, en una exhibición de valentía y unión que continúa erosionando este y otros terribles males que afectan a la mitad de la población.

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