La mayor aventura de sus vidas

La Escuela de Fútbol Base Calatayud cosechó un gran éxito el pasado fin de semana al hacerse con la USA Cup, un torneo de fútbol base celebrado en EE. UU.

Las jugadoras posan sobre el césped del National Sports Center de Blaine, Minnesota (EE. UU.).
Las jugadoras posan sobre el césped del National Sports Center de Blaine, Minnesota (EE. UU.).
EFB Calatayud

"Han luchado como verdaderas guerreras". No sin razón, así define Inmaculada Lallana la participación del equipo femenino de la Escuela de Fútbol Base Calatayud en la USA Cup, un torneo que tocó a su fin el pasado día 22 y que ha reunido a más de 15.000 participantes. Lallana, madre de una de las jugadoras, formó parte de la expedición que llevó al equipo bilbilitano durante dos semanas a Blaine, Minnesota (EE. UU.). El patrocinio de Peter Ronza fue clave para que las chicas que dirige David Espeja pudieran acceder a una competición rechazada por Real Madrid, Barça o Atlético de Madrid por sus altos costes. El empresario estadounidense, que forma parte de la organización del certamen, tiene raíces aragonesas: su madre procede de un pueblo cercano a Calatayud, razón por la cual él estudió en ese municipio durante más de cinco años. El conjunto al que ha ayudado a alzarse con el trofeo está formado por jugadoras locales, pero también de la Comarca o de otros puntos de Aragón, y ha sido la única escuadra española en asistir al certamen.

Las chicas que dirige David Espeja no lo tuvieron fácil en el primer envite de la USA Cup, en un torneo al esprint que se disputó entre los días 14, 15 y 16. A su juventud –el campeonato era de categoría sub 19; su edad oscila entre los 18 y los 15 años– se unió un estilo de juego al que no están acostumbradas. "En Estados Unidos se practica un fútbol con mucho choque y contacto físico, menos táctico; en resumen, diferente al europeo", asegura Espeja. Tampoco ayudó el permisivo arbitraje que se estila por allí. Todos estos factores les pasaron factura y quedaron eliminadas en cuartos de final.

Sin embargo, estas jóvenes futbolistas supieron sobreponerse y adaptarse para el segundo torneo, el que importaba, el que se disputó de martes 18 a sábado 22. Y, poco a poco, fueron haciendo del enorme recinto deportivo que constituía el National Sports Center su casa. Aunque contaron con ayuda externa. "Conforme avanzaba la competición, cada vez venía más público latino a verlas", cuenta, agradecida, Lallana. Así, el equipo fue adaptando su juego ("con el paso de los partidos vimos, por ejemplo, que no podíamos sacar la pelota jugada desde atrás", afirma Espeja) para acercarse a su objetivo final, el título. Y esta conversión dio sus frutos: vencieron en las semifinales por 3 goles a 1 y demostraron su ambición doblegando en la final a su rival; eso sí, emoción incluida. Las bilbilitanas tuvieron que esperar a los penaltis (3-2) para confirmar su condición de campeonas de grupo. Un tremendo éxito para un equipo que se creó hace solo cuatro años y que lleva compitiendo desde hace tres.

Aparte del enriquecimiento deportivo, las jugadoras también han crecido en el plano personal. "Se han visto obligadas a hablar inglés, han contemplado otras formas de vivir, de trabajar", explican desde el club. Además, han estrechado aún más los lazos entre ellas mediante la convivencia en la universidad local (donde tenían la residencia) y han conocido a personas de todo el mundo.

Las chicas de la EFB Calatayud no solo han vivido una gran aventura que nunca olvidarán; también han paseado el nombre de la Comunidad a nivel internacional y han dejado el pabellón muy alto.

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