Alberto Zapater: "Confío en que todo salga bien esta vez"

El capitán del Real Zaragoza recompone su situación referencial en el vestuario tras la marcha de su amigo Rubén Gracia ‘Cani’ y la llegada de mucha gente joven.

Alberto Zapater, ayer, en el hotel de concentración del Real Zaragoza en Boltaña.
Alberto Zapater: "Confío en que todo salga bien esta vez"
Toni Galán

Se ha quedado solo como veterano. En un vestuario lleno de gente muy joven, su perfil llama la atención sobremanera.

Sí, tengo la sensación de ser mayor cuando miro alrededor en esta pretemporada. Falta Cani, se han marchado jugadores con muchos años de fútbol y otros que están parece que tienden a irse por decisión del club. Han llegado muchos chicos jóvenes. Padre y con hijos, estoy yo y creo que uno o dos más.

Tiene bastantes compañeros de 19, 20, 21, 23, 24 años. A expensas del perfil de los cinco fichajes que faltan, va a ser más capitán todavía que el año pasado.

No me he parado a mirar los años de cada uno. Pero, a simple vista, ya se ve que están lejos de ser gente veterana. Por esto yo dije el día de la retirada de Cani que su ausencia iba a tener mucho valor para mí. Sé que es ley de vida, pero en un grupo es necesario que haya figuras con veteranía en el lugar.

Seguramente, todo esto sean efectos secundarios de lo negativo que fue el año pasado.

Todo esto, lógicamente, a mí me hace pensar. Gente como Cani o como yo lo pasamos especialmente mal en los últimos meses. Ver que, en nuestro regreso al club, el Real Zaragoza podía acabar en Segunda B y, no solo eso, también desaparecer, nos quitó el sueño y mucha vida. Deja huella. Para mal, está claro. A Cani no le puedo reprochar nada por dejarlo, lo veo hasta normal. Yo también he valorado que éste pueda ser mi último año en mi carrera. Si la cosa no va bien en cuanto a resultados y sensaciones, es normal que surjan pensamientos, decisiones o sensaciones de este tipo. Creo que todo el mundo lo debe entender.

Hace falta ya una temporada de reacción en el Real Zaragoza.

Claro. Algún año tiene que ser. Todos tenemos que envolvernos en un aire positivo, con buenos resultados, con una buena clasificación. Que las semanas no sean un calvario, que no quememos a los entrenadores cada tres meses. La ilusión siempre la debes tener. Aunque sé que es muy complicado con tantos cambios, yo confío en que este año sea el de volver a estar arriba y disfrutar.

Difícilmente usted podría soportar otra temporada similar a la pasada.

Uff… Para mí, jugar en el Real Zaragoza es una forma de vida, una elección que yo hago en su día por cómo está el club en estos momentos. Como lo fue el año pasado para Cani. Por eso, el desgaste personal para nosotros fue extraordinario. Es evidente que, para todo el mundo, en el vestuario representamos lo que representamos. Para eso y por eso vinimos. Tanto para bien como para mal, es imposible que cualquier otro compañero sienta lo mismo que nosotros en aquellas últimas jornadas en las que podíamos irnos al pozo. Ese desgaste no tiene parangón.

¿Cómo ha sido su verano tras el milagro de jugarlo todo después de tres años sin vestirse de corto?

Diferente, raro para mí. No he hecho nada porque así me lo dijeron los médicos y los fisios. "No hagas nada de nada", me remarcaron. Tenía que parar en seco tras 10 meses de competir a tope. Así que ahora no sé qué sensaciones tengo dentro del cansancio. No sé si estoy en la jornada 40ª o las agujetas y la fatiga son lo normal a estas alturas de julio. Hace cuatro años que no hacía una pretemporada normal. La del año pasado no la cuento, porque venía de seis meses de pruebas individuales y, a diferencia de los demás, yo estaba como un tiro en julio.

14 años después de su aparición en el primer equipo, ¿cómo asimila su papel de ‘abuelo’ en la plantilla?

No queda más remedio que asumirlo, aunque solo tengo 32 años. Ves que los chavales de 19 y 20 te miran de otra forma. No sé si definirlo como respeto, es algo así. Pero yo intento ser muy cercano con todo el mundo y no me siento un tipo distante a nadie por edad. Hablo con todo el mundo y quiero que todos se sientan a gusto cada día. Sé lo importante que es eso porque he jugado fuera de España muchos años. Es vital que la gente se sienta bien cuando llega de otros lugares.

¿Ya le ha dicho Natxo González cuál debe ser su papel en el equipo?

No hemos hablado en profundidad. La primera semana ha sido de pruebas médicas, de entrenamientos dispares en varias sesiones. No creo que haya que hablar mucho en ese aspecto. Todos saben que yo estoy aquí para ayudar. Como sea y donde sea, en lo que me toque hacer. Esto debe ser un equipo, un grupo unido. Con tanta gente joven, este apartado grupal es decisivo para tener éxito durante el año.

Definió la nueva temporada como "un folio en blanco" a escribir. En la enésima revolución del equipo, no queda más remedio que apostar por el optimismo.

Sé que es difícil hacer borrón y cuenta nueva tras lo que sufrimos. Todo eso perdura, afecta lo que te dicen los amigos y la gente. Por eso yo voy con pies de plomo. La ilusión es un mandamiento obligado para todos los futbolistas, en todos los equipos. Y confío en que todo salga bien esta vez. Es necesario que nos pongamos en forma todos, que lleguemos a la primera jornada en condiciones de ganar y que lleguemos a la quinta o sexta jornada bien clasificados. Lo contrario, ya sabemos que en Zaragoza no es buen escenario. Son los tiempos que nos tocan vivir. Espero que esta vez todo nos salga bien. Lo necesitamos todos.

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