La Quebrantahuesos, a los 87 años

El navarro Miguel Vidaurreta es el ciclista más veterano de cuantos tomarán la salida este sábado.

Vidaurreta es el ciclista más veterano de la Quebrantahuesos.
Vidaurreta es el ciclista más veterano de la Quebrantahuesos.

“Se sufre durante los primeros 50 kilómetros, hasta que coronas Somport. Después, el Marie Blanque es duro pero corto y el Portalet se hace llevadero si no pega mucho el sol, como parece que ocurrirá mañana. Habrá que hidratarse bien y disfrutar al máximo hacia la meta”. Por la forma en que describe algunos de los míticos puertos pirenaicos incluidos en el recorrido de la Quebrantahuesos, nadie diría que Miguel Vidaurreta es el ciclista más veterano de cuantos tomarán la salida.

Nació en Iguzkiza (Navarra) en 1929, y dio sus primeras pedaladas yendo a trabajar. “Era mi medio de transporte, cogí destreza y un buen día me propusieron que compitiese en carreras locales”, recuerda ahora Vidaurreta, que llegó a ser profesional en la década de los 50. “Mis hermanos mayores también fueron corredores y quise seguir su ejemplo. Duré cuatro o cinco años en la élite y tuve la oportunidad de participar en la Vuelta a España, junto a talentos de la talla de Bahamontes o los aragoneses Corrales y Escolano”, añade, antes de detallar el momento en que decidió colgar la bicicleta.

“Llegó un punto en el que tuve que ser realista. Vi que no iba a poder ganarme la vida compitiendo y decidí fundar un desguace en Hondarribia (Fuenterrabía, Guipúzcoa), donde resido actualmente. De ahí a la jubilación, apenas volví a rodar”, confiesa este prodigio físico que, pese a haber permanecido un largo periodo alejado de las carreteras, retomó la afición con un espíritu encomiable. Entre semana, le gusta dedicar tiempo a su huerto, en el Alto de Gaintzurisketa. Los fines de semana, quedan reservados para las salidas en bici.

“Los días festivos suelo hacer 80 o 90 kilómetros con varios amigos. Vamos hacia Francia a tomar un café y volvemos a casa. Desde enero, llevo unos 2.600 kilómetros acumulados en las piernas”, señala Vidaurreta, y asegura que no ha preparado de ninguna forma especial la que será su decimoquinta Quebrantahuesos: “En las últimas semanas, he aumentado un poco el número de salidas y he hecho bici estática, pero nada más. En esta prueba, lo que realmente me transmite fuerza es ver a tanta gente joven ilusionada”.

Este sábado, junto al incombustible Miguel Vidaurreta correrán, con voluntad de arroparle, su hijo Manuel y otros cuatro gregarios. “En 2015, cuando tenía 85 años ya fui el participante de más edad; el año pasado no vine porque me quedé sin inscripción. Tengo ganas de comprobar cómo sigue viviendo este ambiente ciclista la localidad de Sabiñánigo”, valora, y termina lanzando un aviso: “Mientras la salud me lo permita, seguiré viniendo. No quiero dejar de estar activo porque eso me obliga a cuidarme. Si no, a estas edades ya se sabe lo que ocurre”.

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