Ángel se despide del equipo

El delantero no se entrena con sus compañeros y tampoco jugará mañana contra el Tenerife.

Ángel, al fondo, se despide de Javi Ros, en el pasillo aledaño al campo de entrenamiento de la Ciudad Deportiva.
Ángel se despide del equipo
Raquel Labodía

Eran poco más de las diez de la mañana de ayer y Ángel comenzó a recoger sus pertenencias personales de la taquilla de los vestuarios de la Ciudad Deportiva. Ya no vestirá más de corto como jugador del Real Zaragoza. No se entrenó con el grupo y no está previsto que lo haga hoy. De igual forma, tampoco entrará en la convocatoria de César Láinez para la disputa del encuentro de mañana frente al CD Tenerife, el último de la temporada, en el que podía aspirar a la conquista del premio Pichichi.

Mientras la plantilla saltaba al césped de los terrenos de entrenamiento, Ángel se abrazaba con alguno de sus compañeros, como fue, por ejemplo, el caso de Javi Ros. Eran abrazos de adiós, de despedida, de fin de ciclo si se quiere afirmar de este modo. Eso decía al menos de modo inconfundible el lenguaje corporal del delantero tinerfeño (natural de Santa Cristóbal de la Laguna), según los ritos más característicos del fútbol.

Ésta es la consecuencia directa de sus desafortunadas declaraciones públicas del pasado miércoles, vertidas en una radio canaria, en las que señaló que deseaba el triunfo del Tenerife en el referido partido de mañana en La Romareda al mismo tiempo que anhelaba para sí mismo la conquista de un registro goleador que le aupara al Pichichi.

Tras esas palabras, resultaba evidente la desembocadura del episodio. Ángel no podía formar parte de los planteamientos deportivos para el litigio de cierre de campaña, por estar comprometidos unos cuantos valores. Unos, relativos a la institución con la que todavía mantiene contrato en vigor. Otros, a la competición y al ‘fair play’.

Su lugar –con casi toda seguridad–, lo ocupará el joven Raí, en el que el Real Zaragoza tiene depositadas importantes esperanzas de futuro. El griego Samaras, que ha justificado poco en su paso por la capital aragonesa, no está a estas horas en los planes de titularidad. Por su parte, Jean Mari Dongou, lesionado, no cuenta en modo alguno.

Las mencionadas declaraciones de Ángel también han dinamitado el proceso de negociador que estaban llevando adelante los representantes del futbolista y la dirección deportiva del Real Zaragoza, unas veces con altos y otras veces con bajos. Ahora mismo, no queda nada de eso, salvo la ruptura de dos partes.

El Real Zaragoza, según fuentes del club, estaba dejando manos libres a Ángel en el supuesto de que tuviera ofertas del fútbol internacional o de algún equipo de Primera División, y centraba su interés en el hipotético escenario de que el ariete se quede finalmente en la categoría de plata de nuestro fútbol.

Es decir, la sociedad anónima deportiva aragonesa estaba negociando con los representantes del futbolista un contrato sujeto a condición, al cumplimiento de una concreta circunstancia al final del mercado de verano.

El inesperado desenlace de la relación entre Ángel y el Real Zaragoza también se lleva por delante la lucha de Ángel por alcanzar el Pichichi. Se queda con los 21 goles que ha anotado hasta aquí, cifra en todo caso reservada a los grandes delanteros de la categoría. Los laureles parecen propiedad a Joselu, del Lugo, que cuenta con 23 tantos. Roger, lesionado, no jugará mañana. Jorge Molina, del Getafe, está a una distancia de tres goles, con 20.

Otra derivada del caso Ángel es que la dirección deportiva del Real Zaragoza se ve abocada a buscar otro ariete de garantías en el mercado, un movimiento que no está exento de riesgos. Con Víctor Fernández, director de cantera del Real Madrid, ya se han efectuado algunos movimientos. Dentro de unos planteamientos preliminares encaja Raúl de Tomás, aunque, de acuerdo con las fuentes del club consultadas, aún no se puede hablar en firme sobre esta cuestión.

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