El malogrado Martin Luther King entonó un célebre discurso en 1963 que pasó a la historia por una frase: "Tengo un sueño". El activista en pro de la igualdad racial en Estados Unidos suspiraba por otra realidad en el multicultural país de las barras y las estrellas. Cinco años después fue asesinado. Mucho tiempo ha pasado desde entonces y las palabras de Martin Luther King continúan siendo una referencia imprescindible para todos aquellos soñadores que, en diferentes áreas y a lo largo y ancho de todos los rincones del mundo, trabajan por hacer realidad esos fervientes deseos. En este luminoso abril de 2017, la Sociedad Deportiva Huesca también tiene un sueño. Un gran sueño: la Primera División.

Por el momento, el conjunto altoaragonés se ha ganado el derecho a proclamar su candidatura hacia la gloria. El Huesca se ha plantado en la recta final del campeonato liguero de Segunda División en la antesala de la zona de ‘play off’ de ascenso, a donde podría adentrarse este viernes si es capaz de derrotar al Oviedo (20.00) en su casi inexpugnable fortaleza del Carlos Tartiere. Los asturianos, sextos con 52 puntos, preceden a los oscenses, que con 51 capturas ya han cruzado la línea de meta de la permanencia.

Es por ello que en el vestuario del Huesca se ha abierto un nuevo período en el que ya no se acotan los límites. El extremo David Ferreiro ofreció ayer una buena muestra de ese afán y esa poderosa fe que impulsan al combinado azulgrana en esta primavera de la ilusión en territorio altoaragonés. "Sabemos que tenemos una gran oportunidad y queremos rematar la temporada de la mejor forma posible", aseguró Ferreiro.

Pese a las serias opciones a ocho jornadas para cerrar la liga regular, "no hay presión ni ansiedad", desveló el gallego. De lo que hay en abundancia es ambición. "El equipo está muy mentalizado y con ganas de hacer algo grande. La ilusión que hay en la ciudad, que se respira, es lo más importante para nosotros", destacó.

El trayecto hacia la promoción de ascenso contiene para el Huesca encuentros de altos vuelos ante varios de los que son ahora sus enemigos íntimos en esa lucha. El Real Oviedo en el Tartiere es en ese sentido una gran prueba de fuego para los de Anquela. "Es una final para nosotros y para ellos", señaló Ferreiro para catalogar el próximo choque.

Los azulones "son fuertes en casa, llevan siete victorias seguidas y sabemos que va a ser un partido con muchas dificultades, pero nosotros estamos jugando bien fuera –diez jornadas sin perder– y nuestro objetivo es salir con fuerza en el inicio", señaló sobre las intenciones que tendrá el Huesca en el estadio ovetense. Ferreiro dijo también que tal y como está la clasificación "cada punto es una bendición", si bien eso no quiere decir que el Huesca se conforme con el empate en el Tartiere. "Vamos a por la victoria", confirmó.

En la ida el Huesca arrolló 4-0 al Oviedo. "Esta vez no será así. Debemos pensar en nosotros, en hacer nuestro partido", recomendó.

Lo que ya está olvidado en el vestuario azulgrana es el "palo duro" que supuso el empate del Cádiz el pasado sábado en el último instante. "Es fútbol y da rabia, pero nos motiva. Nosotros también ganamos en Reus así. Pero no perdimos y hay que seguir en esa dinámica", reseñó.

Ferreiro expresó su "agradecimiento" a la hinchada por la ovación que recibió ante el Cádiz tras ser sustituido. "Desde el inicio la gente me ha tratado muy bien. Y cuando no salen las cosas hay que correr y sumar para el equipo. Eso es lo que hacemos todos. Somos un equipo y debemos seguir hasta el final", finalizó.