El peso de debutar en Moto GP

Todos los comienzos suelen ser complicados. Y mucho más en la élite del motociclismo, en Moto GP. Un proceso que está viviendo en primera persona el valdealgorfano Álex Rins, que no ha logrado puntuar en los dos primeros grandes premios de la campaña. Un peaje que suelen pagar la mayoría de pilotos. Un esperanzador noveno puesto en Qatar y una caída en Argentina son su balance. La próxima semana espera seguir creciendo y mejorando en el Gran Premio de las Américas, en Estados Unidos.

Tras sus buenas campañas en las categorías inferiores (Moto 2 y Moto 3), Rins ha dado el salto a Moto GP al mando de una Suzuki. Su estreno, en el circuito de Losail, fue muy positivo. Pese a arrancar desde la sexta fila de la parrilla tras haber sido el 18º en la combinada de los tres entrenamientos libres que resultaron clasificatorios, supo gestionar su carrera para finalizar noveno, atrapando siete puntos y quedando por delante de pilotos como Jorge Lorenzo y su Ducati. Un botín que le sirvió para erigirse en el mejor debutante en la prueba.

Apenas sin tiempo para disfrutar de su fulgurante arranque, el 30 de marzo Rins se lesionó el pie derecho mientras entrenaba practicando motocross con su Suzuki. Al persistir el dolor decidió dirigirse al Hospital Dexeus de Barcelona para ponerse en manos de los doctores Xavier Mir y Eugeni Gimeno, especialista en lesiones de pie. Le diagnosticaron una pequeña fractura parcial sin desplazamiento del hueso del talud (la parte inferior de la articulación) del tobillo derecho, con edema óseo. Se puso en duda su participación en el Gran Premio de Argentina del pasado fin de semana, pero, tras un tratamiento que incluyó la acupuntura, estuvo presente en el asfalto de Termas de Río Hondo. Su actuación fue de menos a más y, cuando mejor estaba en la carrera, cayó y tuvo que abandonar. "Ha sido una lástima esta caída porque la remontada que estaba haciendo era de las buenas", manifestó.

Con dieciséis pruebas todavía por disputar, Rins aguarda con especial ímpetu la que se celebrará el próximo 24 de septiembre en Motorland, donde cada año recibe el calor de sus paisanos.

El resto de pilotos

El Mundial de Moto GP lleva sólo dos carreras, aunque sus resultados han dibujado un (primer) panorama con un claro vencedor, Yamaha, y varias dudas. Maverick Viñales ha aprovechado la inercia de la pretemporada para cumplir con lo que de él se podía esperar, sin fallos y espantando supuestos fantasmas. Viendo su fortaleza lo único que quedaba por comprender era si el favoritismo podría nublar sus objetivos o si la presión sobre alguien tan joven –22 años– y de estreno con su nueva marca le iba a hacer mella de alguna manera. En Losail lidió con un inicio de carrera caótico y con unas primeras vueltas complicadas para lograr una poderosa victoria en su debut con Yamaha; en Termas de Río Hondo solucionó el embrollo de salir desde la segunda línea de la parrilla, por el lado sucio de la pista y rodeado de pilotos menos acostumbrados a transitar por los puestos delanteros –Karel Abraham o Danilo Petrucci–, y se llevó un segundo triunfo consecutivo que le permitirá llegar con cierta tranquilidad a la tercera cita de la temporada, el Gran Premio de las Américas (Austin).

Aunque Viñales no es la única buena noticia para Yamaha. Tras un invierno gris y con discretos entrenamientos en las dos primeras citas del año, Valentino Rossi ha sacado a pasear en Qatar y Argentina el mito de ‘piloto de domingos’: tercero en la carrera inaugural, muy cerca de los dos primeros, segundo este pasado fin de semana por detrás de su compañero de equipo y tras superar a un meritorio Cal Crutchlow, que sobrevivió donde no lo hicieron ni Marc Márquez ni Dani Pedrosa.

Las certezas de Yamaha contrastan con las dudas tanto en Honda como en Ducati. Márquez cometió un error en carrera, asumido como suele ser habitual en el de Cervera, lo mismo que Pedrosa, aunque en los dos casos tuvo mucho que ver el límite al que les lleva su moto.

En Ducati el panorama es algo diferente, aunque también con dos versiones. Andrea Dovizioso encarna la cara y Jorge Lorenzo la cruz. El mallorquín está sufriendo enormemente en su cambio de escudería y transita muy lejos de los puestos de cabeza.