Un ciclista aragonés en el 'Infierno del Norte'

Este domingo se disputa la mítica París-Roubaix: 257 kilómetros salpicados de durísimos tramos de adoquines a los que tratará de sobrevivir el oscense Jorge Arcas.

Jorge Arcas superando un tramo de adoquines en una carrera con Movistar.
Jorge Arcas superando un tramo de adoquines en una carrera con Movistar.
Movistar Team

A la París-Roubaix le llaman el 'Infierno del Norte' porque se disputa en el norte (de Francia) y porque, efectivamente, es un infierno de carrera. Y es un infierno por su distancia (257 kilómetros) y, especialmente, por su recorrido, salpicado de durísimos tramos de adoquines que seleccionan de forma natural el pelotón. Este domingo, la gran clásica del ciclismo mundial (originaria de 1896) contará con 55 kilómetros de pavés, 2,2 más que la edición anterior, ya que la organización ha decidido recuperar algunos tramos que no se recorrían desde hace 30 años. El infierno, más infierno que nunca.

Y allí, junto a Tom Boonen, Peter Sagan, Greg Van Avermaet, John Degenkolb y el resto de grandes clasicómanos del pelotón mundial, tomará la salida un aragonés: Jorge Arcas. El joven ciclista de Sabiñánigo, que disputa su segunda temporada como profesional, participará también en su segunda París-Roubaix con el único objetivo de disfrutar sobreviviendo al gran 'Infierno del Norte'. En un equipo, Movistar, sin grandes especialistas en este tipo de trazados, el reto de Arcas es colaborar para que alguno de sus compañeros con más opciones de enganchar una fuga (Bennati, Erviti, Jasha o Nelson Oliveira) luzca el maillot telefónico durante el máximo de kilómetros posibles en las concurridas carreteras francesas.

"Mi objetivo es ayudar a que algún compañero esté en la fuga, como sucedió el año pasado con Imanol (Erviti). Además, me gustaría terminar, entrar en el mítico velódromo de Roubaix. No llego muy descansado (el viernes terminó de correr el Circuito de la Sarthe), pero trataremos de hacer un buen papel", explica el aragonés.

Un sobresaliente papel tratará de hacer Tom Boonen, para Jorge el gran favorito al triunfo. El belga, cuatro veces campeón de la prueba, se retirará del ciclismo profesional tras cruzar la línea de meta. Además de los títulos logrados en 2005, 2008, 2009 y 2012, Boonen fue segundo en las ediciones de 2006 y 2016 y tercero en 2002. Este domingo, uno de los grandes referentes de las dos últimas décadas del ciclismo mundial, pondrá fin a su carrera en los adoquines donde ha forjado su leyenda.

"Quiero estar en el podio. Eso estaría muy bien, con o sin victoria. Si miras la historia del ciclismo, ves que no todos tienen la oportunidad de esprintar por el triunfo en Roubaix o de ganar la carrera cuatro, cinco o seis veces. Espero estar en el podio y decir adiós a todo el mundo, ir a cenar después con el equipo, con mi mujer y mis hijos y, el día siguiente, levantarme como un ser humano normal, no como un ciclista profesional. Va a ser algo extraño, pero creo que estoy preparado para ello", declaró el belga hace unos días a 'Eurosport', la cadena que emitirá la prueba en directo. "Boonen tendrá una motivación extra y le considero el gran favorito al triunfo", subraya el de Sabiñánigo.

La París-Roubaix será el tercer monumento que dispute Jorge esta temporada, después de participar en la Milan-San Remo y en el Tour de Flandes. Dos citas, como Roubaix, de máximo aprendizaje para un ciclista joven como él. "San Remo una clásica muy larga en la que me encontré muy bien. Sin embargo, la colocación y la tensión del final es lo que marcan la diferencia. Toda la carrera es ir acumulando fatiga y al final eso es lo que marca la clasificación", explica. "Flandes, por su parte, es una de las clásicas que más me gustan. Sobre todo por su ambiente. Hay mucha tensión y tramos de pavés durante todo el día", apunta el aragonés que se enfrenta este domingo a su siguiente gran reto como profesional: sobrevivir al 'Infierno del Norte'.

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