Una luz llamada Ángel

El delantero tinerfeño buscará contra el Sevilla Atlético su cuarta jornada consecutiva marcando. Entre los máximos goleadores de la categoría, es el principal destello individual del Real Zaragoza.

Ángel celebra uno de sus 21 goles de la temporada.
Una luz llamada Ángel
oliver duch

A estas alturas de la temporada, el Real Zaragoza cuenta con pocos relatos de los que presumir. Su año ha quedado reducido al objetivo de la permanencia, una meta tomada ya como un alivio necesario. En ese territorio yermo, luce, no obstante, la figura de Ángel Rodríguez. El delantero tinerfeño suscita todo tipo de valoraciones fruto de su insegura fiabilidad en el remate, pero, aun así, su contribución a la temporada del Real Zaragoza está siendo de un valor decisivo. Es evidente que su curso aún sería más redondo si su acierto hubiera estado mejor calibrado, si fuera un definidor frío y calculador. Pero cuesta imaginarse también cuál sería la situación del Zaragoza sin su delantero principal.

Su relevancia es indiscutible, tal y como subrayan las estadísticas, el estilo de juego del equipo e incluso sus propios compañeros. José Enrique, hace unos días, se encargó de advertir de la excesiva ‘Angeldependencia’ del Zaragoza.

El veloz punto, tras su tanto contra el Córdoba, totaliza 14 goles en el curso y tiene a mano la mejor cifra anotadora de su carrera, los 16 que marcó con el Elche en la temporada 2010-2011. Seis años después, la madurez de Ángel se manifiesta en su determinante aportación al Zaragoza: no son sus goles lo que eleva su dimensión, sino, más bien, su fútbol. Su capacidad para ganar espacios, asociarse, estirar y desahogar al equipo, desgastarse en la presión y hacer suyas pelotas que solo él cree suyas. Hay un axioma en el juego de Ángel: hace sencillo lo difícil y difícil lo sencillo.

El Zaragoza tiene en Ángel ahora un argumento competitivo de primer orden sobre el que sustentar el resto de la temporada. Es su baza. De que mantenga su línea actual dependerá que los meses finales del curso transiten entre la paz y la tranquilidad. Es necesario, así, que Ángel no agarre ni un resfriado. Con su gol al Córdoba, el delantero canario sigue bien posicionado en la pelea por el trofeo de máximo artillero de la categoría. Roger (Levante) cuenta con una apreciable ventaja con 18, seguido de cerca por Joselu (Lugo) con 17. Tras ellos, figuran ya Ángel y su excompañero en el Real Zaragoza, Alfredo Ortuño (Cádiz), ambos con 14.

El buen momento de Ángel se distingue en sus goles, pero sobre todo en su juego. Tiene la chispa, la electricidad y la aceleración que el año pasado no pudo alcanzar tras una temporada casi en blanco en el Eibar. Bien rodado y con ritmo, Ángel se ha destapado este año como uno de los delanteros de la aristocracia de Segunda. Contabilizando desde su llegada al Zaragoza, es decir, desde julio de 2015, es el cuarto máximo goleador de la categoría entre todos los futbolistas que siguen en ella desde entonces. En esta temporada y media, Ángel ha marcado 25 goles (11 el pasado curso más los 14 del presente). Solo le superan David Rodríguez (Alcorcón), con 29; Toche (Oviedo), con 28; y Roger (Levante), con 26. Le iguala Ortuño (Cádiz), con 25 también, uno más que Quique (Almería), con 24.

Contra el Sevilla Atlético, Ángel tiene la oportunidad de mejorar esos registros. De tocar red el sábado, sumaría su cuarta jornada consecutiva marcando, hito inédito en el Zaragoza desde Borja Bastón hace dos campañas. Ángel ya enlazó tres partidos anotando el pasado curso, al comienzo de la segunda vuelta, con goles a Mirandés, Almería y Leganés. Ahora, busca añadir una muesca más.

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