Alerta máxima

A una sola derrota de la zona de descenso, el Tecnyconta necesita reaccionar con prontitud.

Los jugadores del Tecnyconta Zaragoza se retiran a los vestuarios, cabizbajos, tras encajar una nueva derrota en casa.
Alerta máxima
Aránzazu Navarro

Alerta máxima en el Tecnyconta Zaragoza. El cuadro aragonés se halla en una situación inquietante, de un riesgo próximo, cuando se han consumido 22 jornadas de la competición regular: una única victoria le separa de los puestos de descenso a la Liga LEB. "A partir de ahora, todos los partidos van a ser finales para nosotros. No hay otra. Debemos tener la serenidad que han mostrado otros equipos para sobreponerse a este tipo de situaciones", desvela el preparador de los zaragozanos, Andreu Casadevall, quien considera necesario "fortalecer la defensa, reducir las pérdidas de balón y corregir las precipitaciones" que vienen distinguiendo al equipo en las últimas jornadas.

Desde el inicio de 2017, el equipo zaragozano ha protagonizado un desplome sorprendente. No ha sabido encontrar el camino correcto, víctima de su indolencia defensiva, su falta de intensidad, sus desequilibrios, sus continuas desatenciones en el juego. Ahora es un equipo voluble, inconstante e imprevisible, con una irregularidad manifiesta en los dos lados de la pista, y que por momentos emite sensaciones muy negativas en las labores de contención.

En este sentido, hay un dato especialmente significativo: el Tecnyconta ha encajado 802 puntos en los nueve últimos partidos, lo que se traduce en una media de 89 tantos por choque. Ya es el tercer peor equipo de la competición, con 83,86 puntos recibidos por encuentro. Únicamente el Manresa (85,10) y el Real Betis (84,81) presentan una fragilidad defensiva más acentuada. En su compromiso más reciente, ante el poderoso Baskonia, el cuadro aragonés recuperó su esencia competiva y, durante la mayor parte del duelo, cuestionó con vehemencia la victoria de su rival. Sin embargo, su desgaste no tuvo premio y acabó padeciendo una nueva derrota al calor de sus aficionados. Y el adversario de los zaragozanos se acercó, de nuevo, al centenar de puntos anotados (88-99).

Además, la jornada resultó especialmente adversa para el cuadro aragonés, con los triunfos del Obradoiro y el Estudiantes frente al Andorra y el Barcelona, respectivamente. Han regresado las dudas, la ansiedad, las precipitaciones, el desconcierto y la anarquía. El equipo se halla en un escenario alarmante, imprevisto en el inicio de la competición, que aumenta el desasosiego y la desconfianza de los jugadores. Y ahora le aguardan dos partidos muy comprometidos, ante dos rivales directos en la lucha por la salvación, que marcarán su devenir en el presente campeonato. La escuadra aragonesa visitará el próximo domingo al Fuenlabrada, undécimo clasificado, y posteriormente se medirá con el Obradoiro –penúltimo–, en el pabellón Príncipe Felipe, en un duelo trascendental en sus aspiraciones de sellar la salvación. Ante los gallegos, que se impusieron con claridad en el choque de la primera vuelta (80-63), el único resultado válido pasa por la victoria. Estos dos próximos encuentros representarán una prueba de carácter, compromiso, orgullo y convicción. Urge reaccionar.

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