"Estoy bien, mejor. Me duele un poco el cuello. Ha sido la primera vez que me ha sucedido algo así. Pero no me planteo dejar de arbitrar". Con esta admirable templanza resume Fahd Abbou El Mourabit su estado de ánimo tras la brutal agresión que sufrió en la mañana de ayer en el partido de Primera Regional que enfrentaba al Miralbueno contra el San Juan. Corría el minuto 28 cuando, tras señalar un penalti contra el equipo local, este árbitro de 18 años fue salvajemente golpeado en dos ocasiones por Chouaib Rhanim, un futbolista que ha sido fulminantemente despedido por la directiva de su ya exclub.

Tras ser auxiliado en el propio campo, el colegiado se dirigió al hospital Miguel Servet de Zaragoza para someterse a las pertinentes pruebas médicas, cuyo parte revela que sufre "una contusión en la cara, en el cuero cabelludo y en el cuello" y se le recomienda un tratamiento consistente en "reposo relativo" y en "un collarín blando durante tres días".

Un tremendo susto que compartió por la tarde con su familia en su hogar de Casetas. "Yo no estaba en el partido, pero me llamó mi hijo mayor y se puede imaginar cómo nos preocupamos. No entiendo que haya gente que se pueda comportar así", aseveraba Ahmed, el padre de Fahd. Natural de Marruecos, lleva 20 años en tierras aragonesas. Un periplo vital en el que el fútbol ha estado muy presente en el núcleo familiar. "Soy un gran aficionado al fútbol. En Marruecos ya seguía con mucho interés los partidos del Real Madrid –mi equipo favorito– y del FC Barcelona. Y todos mis hijos han heredado esa pasión. De hecho, tres de ellos son árbitros", explicó.

Una pasión que Fahd descubrió desde muy pequeño. "Comencé a jugar en el Casetas desde alevín hasta cadete. Era delantero y metía bastantes goles. Pero a los quince años mi hermano Azedin –de 28 años y el mayor–, me recomendó que tendría más futuro como árbitro. Y no lo dudé. Es algo que me encanta y que me hace sentir muy feliz", adujo. Como triste curiosidad, su hermano Azedin tuvo que suspender el sábado el encuentro que dirigía entre el Camping Bohalar y el San Mateo debido a que fue fuertemente increpado tras expulsar a un jugador local a falta de seis minutos.

Fahd, que estudia un Grado Medio, proclama su voluntad de proseguir con su carrera como trencilla. "No se me pasa por la cabeza dejar una actividad que me llena tanto por culpa de una persona que no ha actuado bien. Aunque algunas veces los árbitros lo pasamos mal, son muchas más las que disfrutamos", revela bajo la atenta mirada de su hermanito Yasin, de 14 años, al que también enloquece todo lo relacionado con el fútbol.

Sus progenitores, Ahmed y Malika, respaldan con todas sus fuerzas la decisión de su vástago. "Es un chaval muy sano y muy vital. Tiene todo nuestro apoyo para que haga lo que prefiera. Y hay que hacer todo lo posible para que esto no vuelva a repetirse en un campo de fútbol", solicita Ahmed.

Fahd tiene previsto ponerse en contacto hoy con el abogado del Comité de Árbitros para recabar información sobre las acciones a efectuar.

Disculpas del agresor

Por su parte, Chouaib Rhanim se puso en contacto con HERALDO a través de un comunicado en el que presenta sus disculpas al colegiado: "Lo de esta mañana no tiene justificación alguna. No comprendo lo que me ha ocurrido. Desde ese momento estoy en una nube de rabia, incomprensión y arrepentimiento". Y concluye: "Asumiré lo que venga. No querría ser un ejemplo de apología de la violencia".

El Miralbueno también se pronunció: "Pedimos disculpas por lo acontecido, lamentarlo y no justificar nunca estas actitudes. Este jugador será baja inmediata".