El Tecnyconta se rearma con Juskevicius

El club, acuciado por las dolencias de Bellas, Gecevicius y Sergi García, contrata al internacional lituano.

Adas Juskevicius, en un partido con la selección lituana.
El Tecnyconta se rearma con Juskevicius
delfi.lt

El Tecnyconta Zaragoza ha reaccionado ante los problemas físicos que están lastrando a sus jugadores exteriores y ha acometido la contratación de Adas Juskevicius. El internacional lituano, de 27 años, ha firmado un contrato por lo que resta de temporada, aunque el club se ha reservado una opción para rescindirlo dentro de dos meses. Su incorporación aumentará notablemente las opciones de Andreu Casadevall, ya que puede actuar tanto en el puesto de base como en el de escolta –su posición natural–.


El principal desencadenante de esta fulgurante operación son las dolencias que se han concentrado en Tomás Bellas, Sergi García y Martynas Gecevicius. Un severo golpe en la dirección de juego y en el perímetro del conjunto aragonés. El caso más preocupante es el de Tomás Bellas. A pesar de que no sufre una lesión de envergadura, está actuando seriamente mermado en sus facultades desde la tercera jornada de la competición. Se le diagnosticaron unas molestias en la pierna izquierda que, lejos de remitir, se han ido acentuando con el paso de los días y han dinamitado su rendimiento en los partidos ante el Bilbao Basket, el Betis, el UCAM Murcia, el Real Madrid y el Obradoiro. Las necesidades del equipo le forzaron a permanecer 30 minutos en la pista de Santiago de Compostela el pasado sábado, un castigo para su fatigado cuerpo.


En tierras gallegas estuvo ausente Sergi García –el otro base puro del plantel– que se está recuperando de una rotura de fibras. Un contratiempo que ha frenado en seco la admirable progresión de esta promesa de 19 años. Su concurso en el choque del domingo contra el Fuenlabrada es altamente improbable ya que no se quiere forzar y agravar la lesión.


Finalmente, también está en el aire la participación de Martynas Gecevicius, el máximo anotador de los zaragozanos (promedia 16 puntos por partido), y quien ya se ha perdido los dos últimos compromisos. No participó ante el Real Madrid ni contra el Obradoiro debido a unos problemas en los isquiotibiales de la pierna izquierda. Mañana se le examinará para conocer si está en condiciones de sumarse a la cita dominical en el Príncipe Felipe.

Un olímpico al rescate

En este incierto contexto es en el que aterriza Adas Juskevicius. Nacido en Kaunas el 3 de enero de 1989, ha desarrollado su carrera deportiva en Lituania, con excepción de una experiencia en el Eisbären Bremerhaven de la liga alemana en la temporada 2013-2014.


Se formó en las categorías inferiores del Zalgiris Kaunas, en cuyo filial, el Zalgiris-Arvydas Sabonis School Kaunas, descolló. En 2009 debutó con el primer equipo, aunque su mejor versión la ha ofrecido en el Lietuvos Rytas, entidad en la que ha militado desde 2014 hasta el pasado verano. En agosto disputó los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro a las órdenes de Jonas Kazlaukas. No disfrutó del protagonismo al que aspiraba y solo dispuso de minutos en tres de los seis encuentros de su selección.


Curiosamente, su actuación más destacada fue en la humillante derrota contra España (109-59), en la que aportó cinco puntos y dos asistencias en 11 minutos. Pese a que se trata de un escolta –mide 194 centímetros– en el combinado nacional dio puntuales descansos al base Mantas Kalnietis. Una pista del que puede ser su cometido inmediato en el Tecnyconta.


Una pregunta que puede asomar en la afición zaragozana es el motivo por el que un olímpico lituano permanece sin equipo en el mes de noviembre. Según publicó la prensa del país báltico, al regreso de las Olimpiadas Juskevicius renunció a la renovación que le ofreció el Lietuvos Rytas argumentando que ansiaba jugar en el extranjero. Su compatriota Rimas Kurtinaitis, entrenador del Pallacanestro Cantú, le sugirió estar unos días a prueba en el conjunto italiano, pero el jugador se negó. El Obradoiro también le mostró su interés, pero el fichaje se frustró por desavenencias económicas, según reconoció el propio protagonista. Finalmente, parece haber encontrado en Zaragoza las condiciones que anhelaba.

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