Vuelve a sumar el Ebro cuatro jornadas después de haberlo hecho por última vez. En otro partido que no ocupará un lugar destacado entre los mejores de la historia del balompié, el 0-0 final es un reflejo claro y fidedigno de mucho de cuanto aconteció en la ventosa mañana. Aunque si alguien mereció desatascar la contienda, esos fueron los de Larraz, que dentro de las pocas ocasiones generadas por cada bando, estuvieron más cerca de abrir la lata, al presentarse en más oportunidades y con mayor peligro en el área rival, aunque entre una segura defensa amarilla y las buenas actuaciones de Cantero, que acudió presto a defender a los suyos cuando estos le necesitaron.

Fue un nuevo encuentro de los de manual de Segunda B, de esos de los que con insistencia machacona se juegan en los campos de la geografía española todos los fines de semana. Mucha lucha, poco juego y disputado a un marcador corto, en el que el primero que marque tiene la mayoría del trabajo hecho. Ayer ni tan siquiera un gol que llevarse a la boca, pudieron festejar los espectadores que acudieron al campo. Mención especial merecen las dos retaguardias. Excelso trabajo el que protagonizaron, dejando en cuarentena a unos delanteros que apenas si pudieron protagonizar alguna acción digna de mención.

Todo arrancó con varios, aunque tímidos acercamientos del Ebro que no supusieron mayor novedad. Kevin Lacruz, mucho más protagonista que en otras ocasiones, remataba el rebote de un defensor amarillo, aunque sin la fuerza suficiente. Él mismo fue el protagonista indirecto de un tiro de Pajarero, que le rebotaba sin querer. Las vías de acceso a las porterías cada vez estaban más ofuscadas, y el juego iba perdiendo en intensidad. Se reclamó penalti por mano de un defensor en el área, tras una prolongación de cabeza de Pajarero. Parece que el jugador del Villarreal B llevaba la mano pegada y el trencilla no presenció nada digno de ser punible.

No fue hasta la segunda mitad cuando se vivieron los instantes en los que más cerca estuvo de poder haber una novedad en el marcador. En un par de ocasiones lo tuvo el Ebro en sus manos, o por decirlo de manera más correcta a lo acontecido, en su cabeza y en su pie. Pajarero entraba a por todas desde atrás en un saque de esquina y con la testa mandaba el balón fuera por poco. Tan poco faltó, que incluso algunos espectadores llegaron a cantar gol, seguramente por las ganas de poder celebrarlo. La más brillante de todas por el conjunto en global de la acción, fue un trallazo en carrera y según le venía de Moustapha, que Cantero en una fenomenal intervención a dos manos, mandaba a saque de esquina. Ahí pudo estar la victoria.

No se marchó el filial amarillo de Zaragoza, sin dejar una muestra de su calidad en un momento agónico, al borde del tiempo reglamentario y todavía con el fresco recuerdo del desgraciado accidente sufrido la semana pasada en este decisivo momento de la contienda. Larrea agarra un fuerte derechazo, que con la inestimable colaboración por el viento a favor, tiene que hacer volar a Montoya, que evita males mayores. Así finalizaba un partido en el que el punto logrado debe servir de apoyo para que en próximas fechas se logren muchos más.Ficha técnica

Ebro: Montoya, Pajarero Eneko Satrústegui, Maureta, Alfonso, Iván Forte, Kevin Lacruz (Canario, 66), Moustapha, Gabarre, Txema Pan (Santigosa, 78) y Víctor Bravo (Cristian Márquez, 92).

Villarreal: Cantero, Juan Ibiza, Peris,Marcos Mauro (Ramón, 41), Pau, Larrea, Felipe, Ramiro, Anton (Cantalapiedra, 62), Carlos Martínez y Carlos López (Franco Acosta, 84).

Árbitro: Sánchez Aparicio. Expulsó por doble amonestación a Alfonso (min. 89). Amonestó a Iván Forte, Moustapha; y Juan Ibiza.

Incidencias: se jugó en el CMF La Almozara. Aceptable entrada.