Esta vez va muy en serio. Espoleado por la entrada del rugby en las Olimpiadas, el único club que practica este deporte en la provincia de Teruel ha decidido dar un salto que le permita consolidarse tras doce años de funcionamiento y crecer hasta donde le sea posible. Para darse a conocer en esta nueva etapa, la entidad quiere incluir un primer campeonato de rugby en el programa de actos de la Feria del Jamón, que se desarrollará a partir de este fin de semana.

Bajo el lema ‘Rugby es Teruel’, el club ha iniciado una campaña de captación de socios y jugadores con la que quiere reforzar su presencia en el panorama de este deporte cada vez más de moda. Sus objetivos para la nueva temporada son afianzar el equipo sénior, incluir en la liga a los cadetes –que ahora solo participan en torneos veraniegos– y formar un conjunto femenino, pues las mujeres vienen pegando fuerte en el rugby. Si logra su propósito, quizá Teruel ya no sea solo conocido por los triunfos en voleibol.

"Tenemos muy buenos jugadores, principalmente en cadetes", asegura el entrenador del Club de Rugby Teruel, Antonio Espinosa. Como prueba de ello, destaca que en la pasada temporada el equipo quedó en cuarta posición de un total de nueve participantes. Añade que varios de los fichajes más jóvenes han sido convocados en distintas ocasiones para formar parte de la selección aragonesa. "Los chavales de hoy son geniales en rugby; los entrenamientos y todo es muy distinto a como ocurría en otras épocas", puntualiza.

La gran ilusión del club es crear una escuela de rugby en Teruel en la que formar a futuros jugadores. "Es el elemento que nos daría la base para poder crecer. Sin un centro de formación sobre este deporte, no podemos progresar y el equipo desaparecería tarde o temprano", advirtió Espinosa.

Unión y respeto

Para el técnico, el rugby es un deporte en el que todo son ventajas. "Existe un gran respeto y una unión muy fuerte entre todos los jugadores y no se excluye a nadie por cuestión de altura u otras características físicas, como sí ocurre en otras disciplinas deportivas", afirma. A juicio, de Espinosa, el juego con el balón ovalado "tiene muchos valores que transmitir a la juventud, además de ser muy divertido y muy completo".

El club cambió el año pasado la Federación de Aragón por la de Valencia por una cuestión económica. La mayor cercanía con la Comunidad vecina se traduce en un ahorro de gasolina a la hora de desplazarse para jugar un partido con un rival de otro municipio, algo importante en época de crisis y en un club que cuenta apenas con medio centenar de socios. De hecho, jugadores y cuadro técnico viajan siempre con sus coches particulares para reducir los costes.

Esta joven plantilla entrena y juega habitualmente en el campo de Las Viñas, pero las obras de mejora que se están realizando allí les ha obligado a sustituir temporalmente este lugar por el céntrico parque de Los Fueros, donde este verano, tres días a la semana, chicos y chicas se preparan para darlo todo por dominar el balón ovalado de cuero y meterlo entre los postes. El cuartel general es el pub Flanagans, en el Centro Histórico de Teruel, donde el equipo celebra todos sus triunfos e invita al rival visitante a compartir el buen ambiente que reina en la plantilla.

En estos momentos, el club cuenta con 22 jugadores sénior –un equipo consta de 15 personas–, 12 cadetes y ocho chicas. Sus directivos han empezado a pegar carteles por toda la ciudad para anunciar a la población su nueva andadura y pedir su colaboración. "Ahora, quien forme parte del equipo puede progresar hasta llegar a las Olimpiadas, y esto es algo muy atractivo para cualquier deportista", subrayó Espinosa.