En sus más de 100 años de historia, los Juegos Olímpicos modernos han ido evolucionando con la llegada de nuevos deportes y la desaparición de otros. Hoy es impensable incluir el tiro de soga o el polo entre las disciplinas olímpicas, pero lo fueron en buena parte de las ediciones de la primera mitad del siglo XIX. También el rugby, que se presentó como tal en 1900, 1908, 1920 y 1924 y después cayó en un olvido que toca a su fin. En Río de Janeiro volverá a ser oficial con equipos de siete jugadores -'seven a side'- y no los tradicionales de 15. Una modalidad más veloz y con menos contacto físico que asegura el espectáculo.

Junto al rugby, el golf será la gran novedad del evento. La última vez que formó parte de los Juegos de manera oficial y no a modo de exhibición fue en San Luis 1904. En esta ocasión, podrán participar hombres y mujeres individualmente y no por países o equipos. Ni el estadounidense Jordan Spieth ni el norirlandés Rory Mcllroy -las dos grandes figuras del momento- competirán en Brasil. Tampoco el australiano Jason Day ni el estadounidense Dustin Johnson. Ausencias que han llevado al Comité Olímpico Internacional (COI) a replantearse "el futuro de este deporte en las Olimpiadas".

Este mismo miércoles, el COI se reúne para decidir la admisión de cinco nuevos deportes para la siguiente gran cita: Tokio 2020. Kárate, escalada, Béisbol/sóftbol, surf y monopatín son los candidatos que, salvo sorpresa mayúscula, pasarán a ser olímpicos. "Contamos con el beneplácito de la asamblea, y sería una enorme decepción que finalmente se decidiera dejarnos fuera de la selección", explica Ana Isabel Claveras, presidenta de la Federación Aragonesa de Kárate, y asegura que la decisión del COI es "trascendental" para el deporte de la Comunidad: "Somos una potencia y aspiramos a contar con representación aragonesa en Japón dentro de cuatro años. Está Marcos Martínez, y también otras jóvenes promesas que están despuntando y pueden darnos muchas alegrías".

En ese sentido, Claveras añade que, en caso de que el kárate se confirme como deporte olímpico, las instituciones deberían dar "un paso al frente" e "incrementar" las ayudas. "Hace más de cuatro años que no recibimos subvenciones y es una oportunidad inmejorable para reivindicarlas. Nuestros chicos merecen un mejor trato", sentencia Claveras, que lamenta que en España el kárate no sea "tan reconocido como en otros lugares".

Algo similar ocurre con la escalada deportiva que, según indica Luis Masgrau, presidente de la Federación Aragonesa de Montañismo, es muy practicada en Japón. "Allí gusta a personas de todas las edades. Por eso los organizadores, que tienen potestad para incluir un deporte que sea especialmente popular en su país en el programa, están haciendo fuerza para que entre en sus Juegos", señala. Y subraya que "estéticamente es una modalidad vistosa, que consigue llegar al gran público". Así, Masgrau, que da por hecho que la escalada será aprobada por el COI, marca como gran reto el "poder mantenerla" en ediciones posteriores a la de Tokio 2020, en ciudades donde esté menos extendida.

Por su parte, el béisbol y el sóftbol participarían como una sola disciplina representada por la Confederación Mundial de Béisbol y Sóftbol -WBSC, de sus siglas en inglés-, aunque contarían con campeonatos por equipos separados para hombres y mujeres, respectivamente. En Aragón, clubes como el Béisbol Miralbueno Zaragoza tienen un largo recorrido en este deporte. Mucho menos extendida está la práctica del surf y del monopatín, que incluiría competiciones en versión callejera y parque cerrado.

Si finalmente estos cinco nuevos deportes son incluidos en el programa olímpico, se consumará la mayor revolución de las últimas décadas e implicará la salida de otras disciplinas.