Maryia Roshchyn: "La medalla de oro me ha hecho creer que todo se puede"

¿Qué sabor tiene la primera medalla de oro en un Campeonato de España absoluto?

Todavía lo estoy asimilando, siendo sincera, pero ha sido una alegría. Es el fruto de todo el entrenamiento, de todo el esfuerzo realizado durante muchísimos años. Me siento muy contenta.

Su trabajo lleva ya tiempo dando alegrías, como su primer bronce en un Nacional absoluto (2013), siendo júnior.

Es verdad, pero siempre el oro sabe mejor que una medalla de plata o de bronce. Como deportista, siempre he sido muy exigente, y un oro es un logro insuperable.

Llegaba al Nacional con una gran marca en los 400 vallas. ¿Esperaba un rendimiento tan alto?

Sinceramente, sí. Me encuentro en el mejor momento de mi carrera. De hecho, hice mi mejor marca personal hace una semana (59.10), y mentiría si ahora dijese que no esperaba una actuación así. Es verdad que nunca se sabe cómo están las demás rivales, pero llegaba muy confiada y con la cabeza centrada en lo que debía estarlo.

Fue una carrera muy igualada, pero usted acabó como un tiro.

Sí, así es. A diferencia de mi rival Laura Sotomayor (bronce), no hice una salida demasiado fuerte. Reservé bastante potencia al principio porque había mucho viento en el primer tramo de vallas, y no convenía gastar energías de más. Por eso tuve fuerzas al final y la carrera salió bien. No conseguí la marca que esperaba (hizo 59.68), pero entre el calor y las rachas de viento no se puede pedir más.

Y eso que entró sola a meta...

¡Pensaba que habíamos acabado más ajustadas! Me enteré viendo repetida la carrera.

¿Y qué piensa de haber destronado a Laura Sotomayor, su referente tanto tiempo?

El año pasado, en el Nacional de Castellón, creo que todavía no estaba lo suficientemente preparada para ganarle (Maryia ganó la plata, y Sotomayor, el oro). Allí me sacó una diferencia notable, pero en el último Campeonato de España por federaciones autonómicas nos enfrentamos y vi que estábamos muy igualadas. Me dio muchísima mas confianza.

¿Qué le dijo Bruno Hortelano cuando se dieron ese abrazo después de la carrera?

(Se ríe). Fue un abrazo de enhorabuena. Somos compañeros de residencia, vi que estaba en la pista y me salió así. Es un ídolo a nivel deportivo. Demuestra ser un atleta con la cabeza bien amueblada y a todos nos ayuda un referente así.

Lleva tres años en la Residencia Blume. ¿Cómo ha llevado una vida rindiendo a tan alto nivel?

Es difícil y fácil al mismo tiempo, porque mis estudios de Medicina y el deporte me apasionan. Aunque haya momentos de bajón, como exámenes o períodos con lesiones, siempre pienso que soy una privilegiada, porque puedo dedicarme a ambas cosas.

¿Y el día a día?

Es duro. No tenemos una vida social como la de un universitario corriente, pero yo no la cambiaría por nada.

Y más cuando se refrenda con medallas de oro y plusmarcas.

(Se ríe). Sí, eso está clarísimo.

Debutar tan joven en campeonatos absolutos, ¿le ha permitido gestionar mejor la presión?

Nunca me suelo presionar. Me pueden decir o recordar datos, como que iba con la mejor marca de las participantes a la final, pero yo sé lo que debo hacer, y no tenía nada que perder. La presión no me influye jamás, salvo si es positiva y se convierte en motivación. De pequeña me podía bloquear, pero eso se quedó por el camino.

Y tantos cambios de equipos y de aires, cambiar Jaca por Madrid, ¿le han hecho madurar antes?

Por un parte sí, porque creo que los atletas somos más maduros en ese sentido, ya que hay muchos cambios en nuestra vida y tenemos que adaptarnos si queremos afrontar mejor las cosas.

El próximo año es su último como promesa. ¿Cuál es su reto para entonces?

Intentaré clasificarme para el Europeo sub 23, pero ante todo quiero seguir mejorando. No me marco ningún límite, ningún objetivo claro, solo mejorar día a día. Al final, saldrá lo que tenga que salir.

¿Vivirá los Juegos de Río con la idea de estar en los de Tokio?

Sí, ¿por qué no? Nunca hay que dejar de soñar, es lo que nos impulsa. La mínima olímpica es muy dura, pero todo se puede conseguir.

¿Qué le ha aportado la medalla de oro, más allá de lo deportivo?

Más confianza en mí misma, siempre veía que podía estar ahí, pero especialmente satisfacción personal y ganas de luchar. Creer que todo se puede.

Que sea la primera de muchas.

Ojalá, espero que así sea.