¿Cuántos años lleva corriendo la Baja Aragón?

Empecé en 1995 y al menos he repetido quince años.

¿A qué se debe esta fidelidad?

Es una prueba mítica en el mundo del rally-raid. Es la más importante que se disputa en Europa y tengo pocas oportunidades de correr en mi país. También cuenta que el Rally Dakar discurre cada vez más por pistas y menos por el desierto, y la Baja es un buen entrenamiento. Pero, sobre todo, repito por la buena organización y el entusiasmo de la gente que presencia nuestro paso por los caminos. Es una fiesta del rally-raid.

¿Cómo le ha sentado a la Baja el cambio de escenario de Zaragoza a Teruel?

Es muy distinta. Antes, en los Monegros, era todo más abierto y por pistas más rápidas, y en Teruel es todo más técnico y montañoso. Es igual de interesante en los dos lados pero cambia la velocidad. Antes era mucho más rápido y con etapas más largas. Ahora es más concentrado.

¿Cómo responde el público turolense ante la carrera?

Somos muy bien recibidos por la gente de Teruel. Es un placer que la gente de aquí nos apoye y apoye el deporte y la carreras. Creo que, para la provincia, la promoción del deporte es positiva. Da buena imagen, aparte del negocio que genera. La gente se siente muy bien en la Baja. Cada año vienen más equipos y más importantes. Eso demuestra la buena salud de la prueba. Cuando no se organiza bien, la gente deja de acudir. Cuando hay gente y gente cualificada, quiere decir que las cosas se hacen bien.

¿Echa de menos las largas y polvorientas etapas monegrinas?

Sí, me gustaban las etapas de 400 kilómetros en un día, pero en el contexto actual eso es muy difícil de hacer. Aragón también ha cambiado mucho y la zona de regadío por la que pasábamos es ahora muy complicada de recorrer. Todo cambia y nos tenemos que adaptar a los cambios, nos guste o no.

¿La faceta de ensayo para el Dakar es un aliciente importante para correr la Baja?

Sí. Es una carrera muy exigente y nos sirve para probar coches y piezas de cara al Dakar. Es, además de una competición, una ocasión para testar.

El pasado martes estrenó su nuevo vehículo, un Toyota. ¿Qué cambiará respecto a sus anteriores participaciones con Mini?

Antes tenía un motor diesel y ahora, de gasolina. La conducción cambia mucho. No es fácil la adaptación a otro estilo de pilotaje. Tengo que aprender mucho del coche y del equipo. Aspiro a mantener una evolución progresiva durante la Baja. Si lo consigo, estaré contento. Tengo 800 kilómetros por delante para mejorar.

¿Se ve en disposición de ganar?

Me gustaría, pero tengo que tener los pies en el suelo y soy consciente de que es difícil. Lo haré lo mejor posible.

¿Qué pilotos se lo pondrán más complicado?

Mi compañero de equipo Nasser al Attiyah corre mucho y también los Mini con Orlando Terranova y Mikko Hirvonen y el Peugeot con Carlos Sainz. Hay seis o siete pilotos rápidos con los que me tendré que medir.

¿Se siente más optimista de cara al próximo Rally Dakar –en enero de 2017–?

Sí, trabajo para llegar con posibilidades de triunfo.