Más ilusión por los Juegos que miedo al Zika

Tras la renuncia del primer deportista a viajar a Río, tres de los aragoneses que estarán en la cita olímpica hablan sobre el riesgo del virus.

Toni Abadía, María Delgado y Andrés Mir, tres de los deportistas que viajarán a Río
Toni Abadía, María Delgado y Andrés Mir, tres de los deportistas que viajarán a Río
Heraldo.es

"Mi salud y la de mi familia están por delante de cualquier otra cosa. A pesar de que el riesgo de infección por el virus Zika es considerado bajo, es un riesgo, y un riesgo que no estoy dispuesto a correr". La decisión del golfista norirlandés Rory McIlroy, tercero en la clasificación mundial, ha reavivado el debate sobre el riesgo de celebrar los Juegos Olímpicos en Brasil debido a este virus sobre el que han mostrado su preocupación deportistas de la talla de Pau Gasol o Mireia Belmonte.


Tampoco rebajó el nivel de incertidumbre la postura de algunos países, como Estados Unidos, que pidió a sus representantes que valoren no ir a los Juegos si no se sentían cómodos asumiendo esa posibilidad, ni la carta en la que 150 científicos y médicos de todo el mundo solicitaban el aplazamiento del evento o su traslado a otro lugar. “Si siguieran este consejo, ningún atleta tendría que verse en la obligación de elegir entre correr el riesgo de contraer la enfermedad o participar en una competición”, apuntaban los firmantes.


La OMS, sin embargo, se apresuró en rechazar esta petición y aclarar que “no existe una justificación de salud pública para posponer o cancelar los juegos”, una posición que también han defendido el Comité Olímpico Español (COE) y que respaldan la mayoría de los implicados. En Aragón, donde varios deportistas ya han asegurado su presencia en la gran cita del deporte mundial, la ilusión por participar es mucho más poderosa que el miedo al virus que se transmite a través del mosquito Aedes aegypti.


“Entiendo que a alguien como Pau Gasol, una estrella del deporte mundial, se plantee no ir, pero para mí estar en los Juegos es cumplir uno de los sueños de mi vida. Para la mayoría es mucho mayor el premio de estar allí que el riesgo que supone”, asegura el atleta Toni Abadía, cuyo principal objetivo para este año era lograr una plaza para la cita olímpica, en la que competirá en los 5.000 metros. “En los deportes minoritarios unos Juegos Olímpicos son lo máximo. Si llevas cuatro años esperando no vas a renunciar a ello por la posibilidad de que te pique un mosquito”, le apoya la nadadora paralímpica María Delgado, preseleccionada para Río. “Para mí es una de las citas en las que querría estar cualquier deportista. No me he planteado no ir”, completa el aragonés Andrés Mir, que volverá a competir con la selección de hockey tras su participación en los Juegos de Londres.


Para reducir la incertidumbre de los deportistas españoles ante este virus, del que todavía queda mucho por descubrir, el COE ha apostado por informarles lo máximo posible. “En ese aspecto no tenemos ninguna queja, ya que nos ofrecen seminarios y actualizan la información sobre el virus y consejos para prevenir la picadura del mosquito cada pocos días”, explica Abadía. “Si todo el mundo sigue las instrucciones que nos han dado y nadie se salta las normas básicas no tendría por qué pasar nada. Cuando presentaron los trajes de la delegación española coincidimos muchos de los deportistas que vamos a ir y el ambiente era de tranquilidad”, indica Mir, quien cree que quienes sí asumen un riesgo mayor son las mujeres embarazadas.


En estos casos, el virus puede producir malformaciones neurológicas en el feto, incluso microcefalia, en caso de que atraviese la placenta. En el resto de personas “presenta un riesgo para la salud muy bajo comparado con el dengue, la fiebre amarilla o la malaria”, asegura un documento informativo difundido por el COE: “Solo una de cada cuatro o cinco personas infectadas por el virus del Zika presenta síntomas, que son leves (sarpullido, fiebre...) y de duración limitada (unos cinco días)”. La relativa probabilidad de sufrir una picadura y las consecuencias de la misma para alguien que ni esté embarazada ni pretenda estarlo inmediatamente después ha sido clave para diluir el miedo. “Si tienes esa mala suerte estás una semana enfermo. De todas formas, creo que si seguimos todas las instrucciones será complicado que pase algo”, explica la nadadora paralímpica aragonesa.

¿Dónde están los mosquitos?


“Yo, personalmente, iría”, asegura Javier Lucientes, investigador y profesor de Parasitología y Enfermedades Parasitarias de la Universidad de Zaragoza, quien advierte de que la situación sí es diferente para las mujeres embarazadas, ya que las consecuencias pueden ser mucho más graves. “De todas formas, hay que tener en cuenta que te tiene que picar el mosquito, y si es así no siempre te transmite el virus. Tiene que tener una concentración mínima y, aunque también se diera el caso, la mayoría de la gente ni siquiera tiene síntomas”, indica Lucientes.


Además, las medidas de seguridad que se tomarán y las condiciones en las que vivirán los deportistas son muy diferentes a aquellas en las que es más habitual la presencia del mosquito Aedes aegypti. “Suelen estar dentro de las casas o en su entorno, casi siempre en zonas poco desarrolladas o insalubres y sobre todo donde hay pequeñas cantidades de agua estancada, en lugares sin alcantarillado o agua corriente donde pueden acumularse los residuos... Es difícil que en hoteles y edificios modernos y limpios, con aire acondicionado y todas las comodidades, aparezca este mosquito. Y más cuando no es capaz de recorrer distancias de más de 200 o 300 metros”, explica el profesor de la Universidad de Zaragoza.


Entre las recomendaciones que han recibido los deportistas están el uso de ropa cómoda y fresca que deje al descubierto lo mínimo posible, dormir en lugares con aire acondicionado o usar siempre, incluso para competir, productos antimosquitos. De hecho, el COE incluso ha llegado a un acuerdo con una marca de repelente para proveer de este producto a todos los deportistas españoles. También indican que es necesario usar preservativos en las relaciones sexuales durante su estancia y al menos ocho semanas después del regreso. Esta advertencia ha hecho que incluso algunos deportistas, como el propio Gasol, se hayan planteado congelar su esperma de forma preventiva. Otros, como el inglés Greg Rutherford, actual campeón olímpico de salto de longitud, ya lo han hecho.

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