Quim Costa: "Ha sido un año magnífico por la final y el baloncesto que hemos jugado"

El presidente Antonio Orús ha puesto un sobresaliente a la temporada del equipo, que rozó el ascenso a la ACB. ¿Qué nota le pone desde el banquillo?

Es difícil poner notas porque esto no son matemáticas, es la suma de muchas cosas. El equipo ha llegado a la final de la Liga LEBdespués de pasar dos duras eliminatorias y además jugando a muy buen nivel. Estoy muy contento por el tipo de baloncesto que hemos pretendido ejecutar toda la temporada, que obliga a estar a un nivel físico y de concentración muy altos. La conjunción de todo eso ha hecho que la temporada haya sido magnífica.

En sus últimas comparecencias destacó que se había sentido muy realizado como entrenador.

En el ‘play off’ casi ninguna canasta llegó de un sistema preestablecido, la mayoría de puntos llegaron a partir de ideas que habíamos entrenado especialmente en la primera parte de la temporada para sorprender porque el nivel de ‘scouting’ en la liga es muy alto y muchas jugadas resultan previsibles. Es un baloncesto muy difícil porque actualmente todos los jugadores vienen con tendencias demasiado esquemáticas ya que los sistemas te dan resultados inmediatos. Pero yo creía que el equipo tenía condiciones para hacerlo y ellos creyeron en eso. Y ahí estuvo la clave.

¿Qué diferencias había entre la plantilla de esta temporada y la de la pasada con la que acabó tan descontento?

La diferencia más clara era su ambición, su capacidad de trabajo y de sacrificio y la unión que tenían entre ellos. El año pasado, una mayoría se impuso a una minoría que sí quería trabajar y mejorar. Por eso el equipo no consiguió enderezar el rumbo y me siento responsable de ello.

¿Seguirá una quinta temporada más en el banquillo del Peñas?

Espero que sí, pero no sé qué va a pasar. No obstante, estoy tranquilo porque en los cuatro años anteriores en Huesca la directiva nunca ha habló conmigo durante o antes de terminar la temporada, sino que generalmente contactaron conmigo a finales de junio o principios de julio. Y lo entiendo, porque el club tiene que hacer antes balance y saber con qué cuenta el año que viene, con el agravante además de que en el Gobierno de Aragón parece que hay mucha indefinición y no se sabe lo que va a pasar. Si al final deciden seguir adelante y piensan que puedo ser la persona que encabece una vez más al equipo, nos sentaremos y teniendo todos los datos, tomaré una decisión.

¿Le han llegado cantos de sirenas de otros equipos después del éxito de esta campaña?

No, aunque es muy pronto porque no se sabe aún qué equipos van a subir y bajar, y hay que esperar a que las piezas vayan encajando. Y eso pasa también a nivel de entrenadores y de jugadores.

¿Qué le ha seducido del Peñas para llevar ya cuatro años aquí?

Sobre todo, sentirme cómodo con el grupo de trabajo, tanto a nivel directivo como de cuerpo técnico. Estar a gusto, sentir que formas parte del club y que se tienen en cuenta tus opiniones.

Aunque todos los jugadores hayan acabado contrato, ¿intentaría mantener el bloque de este año si siguiera de entrenador?

Evidentemente la continuidad del equipo ayudaría a crecer. Pero lo veo difícil porque es ley de vida que la gente mejore y se revalorice. Ojalá el Peñas pudiera tener un espónsor y muchos socios colaboradores con los que pudiéramos mantener el equipo con un nivel económico decente, no ya exuberante, pero de momento eso no existe. Espero que el hecho de que el equipo haya hecho esta gran temporada y que nos hayan retransmitido 11 partidos por la televisión de Aragón, se aproveche para conseguir mayores recursos que no dependan de lo público. Ahí está el gran reto de la directiva del Peñas.

Se ha dejado el listón muy alto. ¿Sentiría mucha responsabilidad por tener que igualarlo?

Todo dependerá de los jugadores que continúen, aunque la experiencia nos dice que cada año hay que hacer un equipo nuevo. Es otro reto, como el de este año, pero iríamos con toda la ilusión del mundo a intentar quedar lo más arriba posible. No lo veo como una responsabilidad ni una presión. Habría que construir un equipo e inculcarle una mentalidad de esfuerzo, sacrificio y ambición de mejora. Y en función de si fuera asimilando eso, el equipo iría creciendo más o menos.

En el ‘play off’ se ha empezado a recuperar el ambiente de los años dorados del Peñas en ACB. ¿Comparte también ese sueño?

Ojalá el club sepa aprovechar ese ambiente baloncestístico para crecer. Si es fruto solo de una temporada puntual o de la casualidad, esa llama se apagará poco a poco. Hay que alimentarla y darle fuerza. Eso significa patrocinadores, colaboradores, una estructura más grande, aumentar la dedicación a la cantera para buscar mejores mimbres de entrenadores y jugadores... Pero todo eso no se puede hacer en un año, es un proceso de va despacio.

No obstante, el canon de la ACB de 3,5 millones de euros más IVA impide siquiera soñar. ¿Qué le parece que un equipo que se ganado el ascenso en la cancha no pueda subir luego por los obstáculos que hay en los despachos?

Es curioso que estemos en una situación económica que no tiene nada que ver con los años de bonanza y que, sin embargo, se mantengan muchas de las condiciones de entonces. Todo el mundo se ha bajado sueldos y en cambio el canon, los avales, los árbitros... en lugar de ir bajando, han ido subiendo. Para mí, el canon y otras condiciones que imponen están completamente desfasados y hay que actualizarlos porque tiene que ser un reflejo de la sociedad y del deporte actual.