La temporada concluyó el domingo con la surrealista última canasta de Sastre en Bilbao. ¿Cómo lo vivió?

El final del último partido resume lo que ha sido la temporada, con emociones encontradas. La implicación de los jugadores ha sido importante, pero no han acompañado los resultados. En Bilbao tuvimos la suerte que nos ha faltado durante la campaña. Pero hay que ser autocríticos y está claro que no hemos alcanzado los objetivos que nos habíamos propuesto.

¿Qué nota le pondría al equipo en este ejercicio?

No puede ser una buena nota porque no nos hemos clasificado ni para la Copa del Rey ni para los ‘play offs’. Y en la Eurocup nos quedamos con la sensación de que podíamos haber llegado más lejos. Pero eso no evitará que el club siga con la máxima ilusión con este proyecto, que seguro durará muchos, muchos años.

¿Por qué no se han cumplido esos objetivos?

Seguramente hemos tomado decisiones que no eran las adecuadas. La planificación deportiva no ha salido como esperábamos y eso hay que admitirlo. También ha habido el cambio del entrenador y la enfermedad del fichaje estrella (Drake Diener). Pero no quiero quedarme sólo con lo malo. Este año hemos descubierto a un gran Sastre y el equipo ha tenido una profesionalidad intachable.

¿Podrá retener el club a Sastre tras su gran rendimiento?

Ojalá que se fijen muchos clubes en él. Pero que nadie olvide que el CAI fue el primero en darle confianza y valorar sus virtudes. El jugador es consciente de ello. Nos gustaría que siguiera muchos años pero a veces la realidad es otra.

¿Qué valoración hace del trabajo de Andreu Casadevall?

Andreu vino al CAI en unas circunstancias excepcionales, con un 1-7 en el casillero en la ACB. Es un gran profesional y un experto conocedor del baloncesto. Nos ha ayudado mucho y la mejora ha sido notoria. Eso se ha visto en la reactivación de varios jugadores. La pena es que en algunos partidos clave no nos acompañaron los resultados.

¿Le va a servir para seguir en el banquillo?

Es prematuro decir ahora si Casadevall va a seguir o no. El club está en una situación especial, con cambios estructurales de ingresos económicos, y tenemos que ver cuál es la situación para el próximo año. A raíz de ese análisis, tomaremos decisiones. Estamos muy contentos con Casadevall y agradecidos por su entrega.

¿Cuáles son las coordenadas económicas en las que se moverá la entidad?

La esencia del proyecto no va a cambiar. Nuestro compromiso desde que fundamos el club es que siga habiendo baloncesto en Zaragoza. Hago un llamamiento a los abonados, a las instituciones, a los accionistas y a los patrocinadores para que ayuden. Seremos lo que queramos ser o, mejor dicho, lo que podamos ser. Hemos visto reducidos los ingresos públicos. Nos vamos a adecuar siempre al presupuesto que tengamos.

¿La previsión es que el presupuesto sea a la baja?

Rotundamente sí, salvo que encontremos nuevas vías de ingresos.

La aportación de la DGA se ha reducido drásticamente. ¿Se considera agraviado respecto a equipos de otras comunidades?

Cada comunidad decide si apoya o no a sus clubes de élite. Nuestro posicionamiento es que el deporte es una de las vías más rápidas de llegar a la sociedad. Y también aporta arraigo y sentimiento de pertenencia. Creemos que debería estudiarse el retorno de los clubes de élite y decidir si deben ser apoyados institucionalmente. Nosotros entendemos que sí. Están demostrados los beneficios que generan a las ciudades y a las regiones los equipos en la máxima categoría. Sinceramente, lo vemos muy mal.

¿Van a menguar los ingresos del patrocinador principal?

Ibercaja se ha comprometido a seguir con el CAI durante mucho tiempo. Otra cosa es cuál será la cuantía del patrocinio por las circunstancias que sean.

La asistencia al Príncipe Felipe también ha decrecido. ¿Harán algo al respecto?

No podemos negar que el número de abonados ha descendido y que también ha bajado la asistencia a los partidos, especialmente en Europa. Hay que volver a enganchar a la afición. Estamos preparando una serie de acciones, como que los abonados voten la nueva camiseta. Y también abriremos un buzón de atención para los aficionados. Pero es cierto que se cumplen ciclos y el club lleva ya 15 años muy intensos. Es normal que haya algún momento de crisis.

El CAI se halla inmerso en una ampliación de capital. ¿Qué puede desvelar?

Esta temporada la previsión de ingresos no se ha correspondido con la realidad. Por eso hemos decidido realizar una ampliación de capital para paliar estas pérdidas. La intención es cubrirla con los actuales accionistas o con empresas aragonesas. Pero si no se consigue, no descartamos abrir el proceso a capital foráneo. Si hay gente que viene a potenciar el proyecto, no vamos a cerrar las puertas a nadie. Al revés, daremos todas las facilidades para construir un gran CAI.

¿Se verá afectado el proyecto de El Olivar en LEB Plata?

Lógicamente sí. Las circunstancias económicas mandan. El año pasado montamos el proyecto en LEB Plata con toda la ilusión de cuidar a nuestros talentos en una liga competitiva. Pero no hemos tenido el apoyo económico necesario y nos hemos visto forzados a dar un paso atrás. Eso no quiere decir que no apostemos por la cantera. Vamos a solicitar una plaza en la EBA. Habrá que hacer una reestructuración respecto a la plantilla y buscaremos cesiones para algunos jugadores. Poco a poco se van viendo los frutos del trabajo de base. Contamos cada vez con más internacionales en categorías inferiores y ese es el buen camino. Ojalá que el primer equipo pueda beneficiarse de ello en el futuro.

Uno de los debes del club en estos años es precisamente no haber logrado subir a un jugador de la casa con importancia en el primer equipo. Sería un excelente reclamo para reenganchar a la afición.

Eso le sucede a la mayoría de los clubes. No es sencillo subir a los jugadores y que se asienten en la élite. Intervienen muchísimos factores. Nosotros no nos desesperamos y seguimos sembrando. Estos años hemos becado a jóvenes de fuera y la intención es que los aragoneses tengan cada vez más protagonismo. Eso ya se está cumpliendo de los cadetes para abajo. No sé si será tarde o pronto, pero estoy convencido de que lo lograremos.