Gavaldá afronta una cita con ambiente olímpico

Aunque todavía faltan unos meses para que el mejor atletismo del mundo vuele sobre las pistas de Río de Janeiro, la emblemática ciudad brasileña se preparar para acoger el Campeonato Iberoamericano, un aperitivo de lo que recibirá en verano, con motivo de los Juegos Olímpicos. En medio del elenco de atletas de 27 países que acuden a la cita estará el zaragozano Alberto Gavaldá. A sus 23 años, el velocista del Playas de Castellón suma su tercera internacionalidad absoluta con la selección española, y la décima de su carrera deportiva. "Llego en muy buen estado de forma. Mi rendimiento en pista cubierta ha sido excelente y voy a Brasil con la intención de lograr la marca mínima (en los 200 metros) para el Europeo", afirma con seguridad el internacional aragonés.

Gavaldá parte hoy hacia la ciudad olímpica, donde el sábado darán inicio las series eliminatorias, con la disputa de las semifinales de los 200, modalidad en la que el registro mínimo para acudir a la cita continental de Ámsterdam está fijado en 20.80. En sesión vespertina, se correrán los relevos 4x100 –aquí los españoles persiguen también presencia europea–, y habrá que esperar hasta el lunes para ver las rondas finales, en caso de que el velocista del Playas lograse la clasificación.

A pesar de que la construcción de muchas infraestructuras olímpicas todavía no ha finalizado, y que el estado de las instalaciones deportivas dista mucho del ideal, Río de Janeiro respira aroma de Juegos Olímpicos. El estatus del escenario en el que Gavaldá competirá no medra su ánimo por lograr el billete europeo. "Tenía fijada esta cita desde el principio de la temporada, es una gran motivación, sin duda", sentencia el zaragozano, quien, además, revela su objetivo más ambicioso: "Estar en el Campeonato de Europa es muy importante, porque es la última cita en la que se puede lograr mínima olímpica, y es lo que voy a intentar".

No ha tenido la más fluida de las trayectorias deportivas, pero el destino parece sonreír de nuevo a Alberto Gavaldá. Su año de explosión fue 2009, cuando se colgó la medalla de plata en el Mundial juvenil de Bressanone (Italia) y el oro en el Nacional absoluto en pista cubierta, siendo juvenil, en ambas citas en los 200 metros. Después, el zaragozano sufrió un episodio de mononucleosis que lastró su progresión. Cambió de aires. Se marchó a la Blume, de Madrid, y un año después recaló en tierras catalanas, en el CAR de Sant Cugat. "Mi entonces entrenador, Álex Codina, quiso que cambiase a los 400 metros, pero los entrenamientos se me hacían muy largos y la transición fue inviable", asegura el atleta, que se siente como pez en el agua en las pruebas de velocidad.

Un buen año

Los credenciales con que Gavaldá acude al Iberoamericano invitan al optimismo. Lidera el ranquin español de los 100 metros lisos, con una marca de 10.47 lograda en el Campeonato de Aragón de clubes del pasado 16 de abril. En los 400, es tercero, gracias al tiempo de 48.14 rubricado igualmente el pasado mes en la Liga Aragonesa al aire libre. En pista cubierta, sus actuaciones fueron notables. Se proclamó campeón de la Copa del Rey en los 60 y 200 metros. Junto al Playas de Castellón, ganó el oro en esta misma competición, aunque en 4x200. Llega el momento de que el zaragozano se agigante en tierra de olímpicos.