El infortunio volvió a golpear al CAI Zaragoza, que no podrá alinear a Robin Benzing, su principal referencia ofensiva, en las tres últimas jornadas de la competición. El germano tiene una lesión en la muñeca izquierda, cuyo alcance real se conocerá en las próximas horas, después de haber sufrido un fuerte contusión el pasado domingo, contra el Fuenlabrada, en los últimos compases de la contienda. El jugador se someterá ahora a nuevas pruebas médicas, para determinar el tratamiento adecuado para su recuperación. En cualquier caso, sí es seguro que ya no actuará más en la presente campaña.

Su ausencia supone un importante contratiempo para el cuadro aragonés, que hoy recibe a uno de los conjuntos más imponentes de la Liga Endesa. El equipo de Casadevall se mide con el Valencia Basket (20.00, Movistar+), segundo clasificado, en un partido de muy mal pronóstico para los zaragozanos. Por historia, presupuesto, plantilla y amplitud de recursos, los levantinos se presentan a la cita como indiscutibles favoritos para conquistar la victoria. Más aún cuando siguen optando al liderato de la competición y se hallan, además, en clara línea ascendente: han firmado el triunfo en cuatro de sus últimas cinco actuaciones; y en su compromiso más reciente, doblegaron con solvencia al actual líder de la competición, el FC Barcelona, que ahora se ha situado a una sola victoria de los levantinos.

Al menos, el CAI ha subsanado su angustiosa situación clasificatoria, tras haber sellado el pasado domingo, por fin, la permanencia matemática en la Liga ACB. Perdió en Fuenlabrada, y con un marcador amplio y concluyente (105-85), ante un rival más equilibrado, más intenso, más combativo y más seguro de sus fuerzas. La imagen del cuadro aragonés resultó desalentadora, sobre todo tras el descanso, por su dejadez, su apatía, su indolencia defensiva y su escasa resistencia a la derrota. Sin embargo, el Estudiantes también dobló la rodilla en Gran Canaria, lo que conllevó la salvación de los zaragozanos, ya de forma definitiva, a falta de tres jornadas para el término de la fase regular.

Sin urgencias

De esta forma, se han acabado las urgencias, el nerviosismo y la ansiedad en la plantilla aragonesa, distinguida en el presente curso por su irregularidad, por sus continuos altibajos y por sus gigantescas desconexiones. Hoy apenas se juega ya el decoro deportivo, aunque su técnico, Andreu Casadevall, no quiere observar ni una sola distracción en sus jugadores: "No podemos pensar que ya se ha acabado el sufrimiento. Quedan tres partidos y yo siempre quiero competir al 200%, porque no me gusta perder ni al parchís", advierte el preparador de los aragoneses, quien se ha propuesto "finalizar la temporada de la mejor manera posible".

"Mi trabajo es que todos los jugadores estén metidos en cada uno de los encuentros –insiste Casadevall–. Somos profesionales y, por ello, voy a exigir que todos demos el máximo de nuestras posibilidades. Intentaremos dar un buen espectáculo en los tres choques que nos quedan por disputar", anuncia el entrenador del CAI Zaragoza, en referencia a los duelos en casa contra el Valencia Basket y el Sevilla, y el desplazamiento de la última jornada a Bilbao. En este sentido, el calendario del cuadro aragonés presenta una exigencia considerable. El primer obstáculo atiende al Valencia, un conjunto distinguido por su poderío físico, su amplitud de banquillo y sus numerosos argumentos en los dos lados de la pista. Se trata de un partido de altura para los zaragozanos, que, en la actual temporada, han mordido el polvo en sus tres compromisos oficiales contra los levantinos: en los choques continentales, correspondientes a la primera ronda de la Eurocup (87-68 y 76-84), y en el partido de la primera vuelta de la Liga Endesa (81-74).