El rey de oros

?En apenas dos meses, Toni Abadía ha firmado la triple corona: ser campeón de España de cross, de 10.000 metros en pista y, el domingo en Alcañiz, de 10 Km en ruta.

Abadía, con los tres oros nacionales.
Abadía, con los tres oros nacionales.
Raquel Labodía

Toni Abadía es la actual estrella del fondo. Nadie le ha discutido en las últimas tres citas en las que ha estado en juego el título de campeón de España. Su poderosa zancada ha arrasado sobre el barro, la pista y el asfalto. Es el rey de oros. Tras imponerse en el Nacional de campo a través celebrado en Calatayud el pasado 13 de marzo y en el Campeonato de España de 10.000 metros del 9 de abril, el domingo redondeó un triplete histórico tras vencer de forma rotunda en los 10 kilómetros en ruta que se disputaron en Alcañiz. "Suena muy bien lo de la triple corona. Tres de tres imbatido en campeonatos de España... Es para estar muy orgulloso y en un año tan especial como son los Juegos. Ha sido un mes y medio redondo. Increíble", resalta el atleta del Nike Running.


Es muy difícil correr en tantas distancias (el 6 de febrero hizo en Zaragoza la mínima en 3.000 para el Mundial ‘indoor’ de Portland), en tantas superficies, con las garantías de Toni Abadía. El zaragozano está que se sale. "Me encuentro muy bien de forma, y concentrado en mi único y gran objetivo: el billete olímpico. El programa de entrenamientos se va cumpliendo; el ambiente en el grupo es fenomenal, yo estoy feliz... Todo ayuda a que las cosas salgan según lo previsto. La temporada invernal fue estupenda y me estoy sacando la espina de no haber podido pelear por una medalla europea por enfermedad", explica el pupilo de José Luis Mareca.


La trilogía arrancó en Calatayud, en la prueba que echaba el telón del curso invernal. En el Nacional absoluto, Abadía reivindicó su estatus. "Cada una de las tres medallas tiene un valor: la de Calatayud se puede resumir en mucho empeño. Era una medalla que la merecí en 2015 (recibió el premio tras la sanción de dos años impuesta a Mohamed Marhoum, que ganó el título en Alcobendas, por dopaje tras dar positivo) y el destino me tenía reservado ganarla por todo lo que significaba. Y encima en mi tierra, con mis amigos y mi familia presentes", resalta Abadía.


El internacional rememora que aquel oro le brindó una valiosa lección. "Me acordé de todo el camino recorrido hasta ese momento, especialmente de mi baja en el Europeo. Me di cuenta de que nadie está libre de los infortunios, y de que a veces es necesaria una cura de humildad para regresar con más fuerza. La medalla fue una recompensa para mi entrenador y mi familia y una revancha conmigo mismo", reconoce.


Abadía se cambió las zapatillas para dar el salto a la pista. Y tres semanas después de alcanzar la gloria en su tierra, volvió a tocar el cielo en Maia (Portugal), donde revalidó su título nacional de 10.000 metros lisos en el Trofeo Ibérico, pero se quedó a un suspiro de la mínima olímpica. El zaragozano consiguió una marca estratosférica –28:07–, insuficiente para sacar el pasaporte hacia Río, que exigía detener el cronómetro por debajo de los 28 minutos. A pesar de todo, el internacional sacó plaza para el Europeo de Ámsterdam, batió el récord de Aragón y consiguió la mejor marca nacional en esta modalidad de los últimos tres años. "Este oro es el de la rabia. Tiene un sabor dulce porque fue mi segundo campeonato nacional, pero tengo clavada la espina de no culminarlo con la mínima que me hubiera llevado a Río. Sé que la tenía en mis piernas, pero la liebre no funcionó. Fue una pena", cuenta Abadía.


El pasado domingo en Alcañiz, el fondista volvió a superarse para firmar una excelsa actuación sobre el asfalto alcañizano. "Este último triunfo fue un baño de multitudes. Un oro muy emotivo, en un escenario tan fantástico como Alcañiz, con una ciudad entregada... La gente se volcó conmigo de una forma muy especial", resalta Abadía, que concluyó por debajo de los 30 minutos (29:47). Los aficionados que se agolparon en los márgenes de la ruta saludaron de forma efusiva al nuevo campeón de España de 10 kilómetros. "Me sentí un alcañizano más en la carrera y en el podio. Fue un día sobresaliente y difícil de olvidar", asegura el zaragozano, que ya mira al futuro.


Con tres triunfos consecutivos, Abadía se prepara para su gran reto olímpico. El 22 de mayo, en el Mitin de Hengelo (Holanda), será su primer ataque a la mínima de los 5.000 metros. El 11 de junio, en la reunión de Leiden (Holanda), disparará la "última bala" en los 10.000. A partir de ahí, llegarán los Campeonatos de España y Europa en los que dejará de pensar en los tiempos y buscará las medallas. A su lado, y empujándole, Mareca. "Tiene mucha ilusión de ir a los Juegos y dice que iré sí o sí. Te da un plus de confianza", afirma entre risas Abadía, que ya vive la cuenta atrás con ilusión. "Soy muy de la tierrica y vamos a entrenar en Zaragoza, con los compañeros y a ver si con menos cierzo, aunque Mareca dice que el viento endurece. No hay más secreto que entrenar y entrenar y extremar los cuidados, porque la primavera es muy traicionera", concluye.

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