"Zaragoza tiene que regresar a la élite cuanto antes"

Los tres expresidentes vivos del BM Aragón en Asobal subrayan la trascendencia de recuperar el sitio entre los mejores. Abogan por el respaldo a un nuevo proyecto que ejerza el efecto locomotora sobre la gran base del balonmano zaragozano.

Domingo Aguerri, Ricardo Arregui y Óscar Mainer, el pasado miércoles en la calle Costa de Zaragoza.
"Zaragoza tiene que regresar a la élite cuanto antes"
Oliver Duch

Apenas 24 horas después de oficializarse la retirada del BM Aragón de la Liga Asobal, los tres expresidentes vivos del club desde el ascenso a la élite en 2005 (Eduardo Acón falleció en agosto de 2015) acudieron el pasado miércoles a la cita de HERALDO. Ricardo Arregui, Domingo Aguerri y Óscar Mainer repasaron los 11 años de historia en la élite del club que más y mejor ha paseado el nombre de Aragón por Europa en el siglo XXI, el único que ha transportado a Zaragoza y a Aragón hasta una final continental en el tercer milenio. El ejercicio constituyó una auditoria de los motivos que han conducido al doloroso adiós. También, una evocación de la extraordinaria trascendencia de este club en el deporte aragonés. Esa trascendencia, esa vida, que hay que recuperar cuanto antes para que no desaparezca el efecto locomotora sobre la gran base del balonmano zaragozano.


Ricardo Arregui fue el presidente que obró el milagro de saltar desde la División de Honor B a la final de la Copa EHF en dos años. El brinco no tiene parangón en el balonmano español. "Cierro los ojos y me vienen tres imágenes. La primera es el día del ascenso. Acababa de fallecer mi esposa. Fue muy duro... La segunda imagen me remite a la final de la Copa EHF ante el Magdeburgo: ver el pabellón Príncipe Felipe lleno fue precioso. La tercera imagen fue en el momento de mi adiós como presidente, el gran respeto y cariño que se me dispensó", señaló Ricardo Arregui.


En muy poco tiempo, el club había dado un viraje extraordinario. Con el cambio de siglo había ascendido a la Asobal el Garbel de Carlos García, hombre esencial en la revitalización del balonmano aragonés. Después, los exjugadores del histórico Helios de los 70 y 80 (Paco Poblador, Javier Ariño, Carmelo Postigo, Chuchi Gómez Pitarch...) recogieron el testigo junto a Olvido Miguel en el Rótulos Plasneón. La llegada de Arregui y la incorporación al proyecto de la CAI dispararon la ambición del club. "El club creció muchísimo. Contamos con un importante respaldo institucional, además de con un gran patrocinador. La labor que se hizo ahí queda: el club ha sido una referencia indiscutible de la Asobal", subrayó Arregui.


Jamás le tembló el pulso a la hora de tomar decisiones a Ricardo Arregui. Había logrado el ascenso el técnico aragonés Fernando Bolea, pero Arregui, asesorado por Valero Rivera, apostó por el entrenador serbo-sueco Verolsjub Kosovac. Los aragoneses Pablo Hernández, Amadeo Sorli e Ibai Cano seguían siendo la base del equipo, pero Arregui firmó refuerzos de lujo, como el internacional español Mariano Ortega y el egipcio Zaky, ambos procedentes del entonces todopoderoso Ciudad Real. Aciertos como Dalibor Doder completaron un equipo bonito que pronto se codeó con los mejores. "Luchamos por ser un equipo ganador, porque el público va a ver a equipos ganadores, no a equipos perdedores. Nos metimos arriba, nos clasificamos para todas las Copas del Rey. El primer año en la Asobal ya logramos la clasificación europea", evocó Arregui.


Con la misma firmeza que lo contrató, Ricardo Arregui prescindió de Valero Rivera y entregó todo el poder deportivo a Óscar Mainer. Fichó de lujo ese año el CAI Aragón: Arrhenius, Prendes, Vatne, Toño Cartón... "El primer año en Europa llegamos a la final de la EHF de 2007, algo que no ha hecho nadie en España. Trabajé con todas mis fuerzas, intenté que el equipo representativo de Zaragoza fuera el mejor. Entonces era una Liga Asobal poderosísima, con Ciudad Real, Barça, Portland San Antonio, Ademar León, Valladolid... Y Zaragoza se supo hacer un hueco en una competición de tanta calidad", agregó. Arregui continuó en la presidencia un año más, hasta 2008. El CAI Aragón seguía creciendo en la Asobal y alcanzó las semifinales de la EHF. "Di un paso atrás. Se quería dotar de más músculo financiero al club. Esa era la intención, pero llegó la crisis y acabó con casi todos los equipos de la Asobal. Ahora, desde el dolor de la desaparición del club, me gustaría que volviera a brotar. Está clarísimo que sin ayudas institucionales sólidas es inviable cualquier proyecto ambicioso. Ahora bien, es imprescindible tener un referente en la élite, un espejo para todos los chavales que juegan al balonmano en Zaragoza", concluyó Arregui.

La crisis del ladrillo

El efecto Expo ralentizó la llegada de la crisis al ladrillo zaragozano. En 2008 llegó Domingo Aguerri a la presidencia del club. Por aquel tiempo comenzaron a extinguirse equipos en la Asobal. Grandes y chicos. Chicos: Algeciras, Altea, Toledo, Almería, Torrevieja, Antequera... Y grandes: Teka Santander, Portland San Antonio de Pamplona, Valladolid, Ciudad Real... Sí, hasta los campeones de Europa desaparecieron antes que el BM Aragón... De la Asobal de antaño, de la que conoció el CAI Aragón en 2005, apenas queda el Barça, por supuesto sostenido por el dinero emanado del fútbol. Sobreviven de milagro el BM Granollers y el Ademar León después de superar sendos concursos de acreedores anteriores a los del BM Aragón, y contando con un soporte institucional del que ha carecido en este momento crítico el club zaragozano. "Las instituciones y el patrocinador fueron esenciales en el crecimiento y consolidación del club. La retirada del equipo ahora me ha dolido en el alma. Solo puedo decir que todas las personas que han trabajado y gestionado el club han dado lo mejor que llevaban dentro. Igual los jugadores, los técnicos (Kosovac y Mariano Ortega), que el personal del club. Y también Ricardo Arregui, y yo en el tiempo que estuve, y los que lo hicieron después, personas que recogieron el testigo como Óscar Mainer o Eduardo Acón. Y, por supuesto, las que les ha tocado el mal trago de la renuncia", apuntó Aguerri.


Domingo Aguerri detalló las causas de la regresión que sufrió el club. "Estamos hablando de una crisis económica global que lógicamente se reflejó en el deporte de élite. En algunos equipos de la Liga Asobal la crisis llegó antes. A nosotros nos llegó después, pero también nos llegó. Las ayudas institucionales cada vez eran menores. También fue muy dura la pérdida del patrocinador. Los ingresos cayeron de forma drástica. Se logró sobrevivir unas temporadas con muchísimo esfuerzo y alcanzando un gran nivel deportivo pese a que se recortó en todo lo que se podía. Además, en Zaragoza siempre estaban regulados los pagos. Aquí jamás se pagó en ‘b’, aquí estaba auditado hasta el último euro. No voy a entrar en las formas de pago de otros clubes de Asobal. Insisto en que todos luchamos con todas nuestras fuerzas y buena fe, pero la disminución de ingresos abocó al club al concurso de acreedores", explicó Domingo Aguerri.


Un trabajador del club, el director gerente en este momento, al que se le adeudaba el mismo porcentaje del sueldo que al resto de trabajadores (quizás más...), tuvo que asumir la presidencia en 2013 para que la entidad no muriera. "Fue durísimo. Solo puedo tener palabras de agradecimiento para la plantilla y técnicos, por su extraordinario esfuerzo. Y también para el fallecido Eduardo Acón, a quien tanto querré siempre. Su gesto de asumir la presidencia en 2014, sabiendo la situación del club, fue de una generosidad absoluta. Igual que los directivos que se han quedado hasta el final. Me duele muchísimo este adiós. Me duele por Demetrio Lozano, por Amadeo, por todos los jugadores, por la afición, por todos. Pienso que en todo este tiempo se alcanzaron grandes logros. Solo querría que esto continuara de alguna manera. Zaragoza tiene que regresar a la élite cuanto antes. Es necesario un equipo de referencia para todos los jugadores de las categorías inferiores. Si no, les ocurrirá como me ocurrió a mí, que con 18 años tuve que marcharme de Zaragoza para ser jugador profesional. Y regresé con 36 años...", concluyó el cerebro deportivo de la mejor época del balonmano aragonés. El que lo quiera superar no lo tiene sencillo: ser campeón de Europa...

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