Problemas en el perímetro

Los problemas se acumulan en el CAI Zaragoza, sobre todo en su línea exterior. Nate Linhart no podrá actuar el próximo domingo en Vitoria, frente al poderoso Laboral Kutxa, debido a una rotura de fibras en el glúteo mayor izquierdo, según determinaron las pruebas médicas a las que se sometió ayer el jugador. Su ausencia se une a la de Joan Sastre, quien se recupera de una lesión de escafoides en la muñeca izquierda y cuya reaparición, en el mejor de los casos, está prevista para el próximo 24 de abril, en el partido contra el Gipuzkoa. Mientras, Linhart se perderá seguro el duelo del domingo contra los vitorianos y, probablemente, tampoco pueda ser alineado una semana más tarde, frente al Herbalife. Dos importantes contratiempos para un conjunto distinguido, precisamente, por su escasa pericia desde el perímetro.

De hecho, el CAI Zaragoza carece de amenaza exterior. Pese a disponer de artistas cotizados, el cuadro aragonés presenta un porcentaje desalentador desde la línea de tres puntos, con un 32,58% de acierto en sus tiros. En este aspecto, únicamente el Estudiantes (31,32%) y el Manresa (31,52%) ofrecen peores registros que los zaragozanos. Su impericia desde el triple se mantuvo en la competición continental, donde la puntería se redujo hasta el 31,8%, después de haber convertido 68 de sus 216 lanzamientos. Un déficit que se acentuó contra el Trento, en los octavos de final del torneo, y que resultó determinante para su eliminación. En el partido de vuelta, los aragoneses acertaron en 5 de sus 21 intentos triples, lo que se traduce en un 23,8% de efectividad.

La ausencia de Joan Sastre, lesionado el pasado 22 de marzo, agrava aún más el problema. Se trata del jugador más fiable del CAI Zaragoza. El más regular, el más constante, el más incisivo. El escolta, de 24 años, ha multiplicado sus prestaciones en el presente ejercicio y ha adquirido un mayor protagonismo en los dos lados de la pista. Sus números son muy significativos: en la Liga Endesa, el escolta promedia 11,3 puntos, 3 rebotes, 2 asistencias y 13 de valoración por partido. Y en la competición continental, finalizó su participación con 9,4 tantos, con un 46% de efectividad en sus lanzamientos triples, además de aportar 3,4 capturas, 2 asistencias y 10 de nota general por duelo.

Sin Sastre, en el club se esperaba un paso al frente de Linhart, cuyo rendimiento no está respondiendo a las expectativas generadas. El alero, que ya se perdió el duelo del pasado domingo, promedia 4 puntos, 2,2 rebotes y 1 asistencia por partido en el curso liguero actual. Guarismos de escasa entidad para una las incorporaciones más ilusionantes del pasado verano. Yahora, cuando debía adquirir un mayor protagonismo, la lesión le aparta de las pistas y, al mismo tiempo, reduce las rotaciones del equipo en la línea exterior.

Durante el tramo inicial de la temporada, el CAI se manejó con una dificultad inesperada en sus acciones ofensivas. Ofrecía un juego plano y previsible, carecía de argumentos ofensivos y apenas encontraba tiros liberados para anotar. La aportación de sus jugadores exteriores era muy reducida. La llegada de Casadevall, incorporado al banquillo el pasado mes de diciembre, ha dotado al grupo de mayor compromiso, sobre todo en las labores de contención, y ha subsanado muchos de los desequilibrios ofensivos que afectaban a la plantilla. Ahora hay ritmo, fluidez, paciencia y buenas lecturas del juego, lo que conlleva situaciones muy ventajosas para lanzar. Sin embargo, por ansiedad o desconfianza, el CAI sigue presentando un desacierto sorprendente en el tiro exterior. Tiene problemas en el perímetro.