Sergio Gil: "No noto presión alguna por tener que ser el segundo Vallejo"

Algo más reposado que el sábado, cuando el gol al Albacete lo desató, el canterano habla de esa jugada, su momento en el Zaragoza y cómo afronta su papel en el equipo.

Sergio Gil circula la pelota en un entrenamiento con el Real Zaragoza.
Sergio Gil circula la pelota en un entrenamiento con el Real Zaragoza.
Aránzazu Navarro

-¿A qué dedica estos días de descanso?

-A nada especial. Me gusta la normalidad. Paso el tiempo con los amigos, la familia y mi novia.


-¿En el pueblo?

-Sí, en Garrapinillos. Aquí la gente está bastante orgullosa de mí.


-¿Le han parado más por la calle estos días?

-Lo normal. Sí he recibido más mensajes de lo habitual. Aunque creo que es lógico.


-Signo de la trascendencia y el protagonismo en el gol del Albacete. ¿Fue su momento más dulce en el Zaragoza?

-Nunca había vivido algo así. Yo sé que no meto el gol, pero porque me entero después. Cuando rematé, caí y me di la vuelta, pensé que había marcado yo. Siempre he soñado con hacer gol en La Romareda. Pero nunca que ese gol supondría una victoria, y menos aún en ese minuto.


-¿Se emocionó?

-En la celebración, no sabía ni lo que estaba haciendo. Nunca había imaginado una situación así. Luego me emocioné bastante. Necesitábamos ganar y La Romareda apretaba como nunca. Fue un momento muy bonito.


-¿Es diferente un episodio así, un gol determinante, cuando uno es zaragocista desde niño?

-Sí. Yo he animado al Zaragoza en la grada e incluso ahí los goles los vivía diferentes. En el campo es distinto. Te desatas. Es cierto que se vive de otra manera si has sentido ese escudo desde pequeño.


-¿Ha revivido el gol en la televisión?

-Sí. Aún se me ponen lo pelos de punta. El Albacete estaba agotado, nosotros llegábamos mucho y trenzamos buenas jugadas, con calma. Quizá para ellos hubiera sido más sencillo defender pelotazos, pero insistimos en la idea


-¿Cree que al Albacete le entró el miedo escénico?

-La Romareda se notó. Todo suma. Cuando nosotros vamos a El Sadar o Vitoria, la gente aprieta mucho. La Romareda empujaba... Vi que estaban muy cansados. Era el momento de aplastarlos.


-¿Reconforta comprobar que la clasificación comienza a reflejar el crecimiento en el juego?

-Sí. Aunque la tabla está muy igualada y no podemos bajar ahora los brazos ni descolgarnos. Hay que seguir ganando. No podemos frenar. Sabemos que no podemos cometer ningún error. El objetivo es seguir arriba.


-¿Considera que ha crecido su relevancia en el equipo?

-Sí. Y se lo agradezco al entrenador. Cuenta conmigo mucho y estoy encantado. Yo trato de ayudar al equipo en lo que sea necesario.


-¿Es un ventaja, por sus condiciones y el tipo de futbolista que es, hablar el mismo idioma de juego que el técnico?

-Sí. Lo que pida el entrenador es importante. Con Lluís (Carreras), hemos encajado todos muy bien.


-La gente, el aficionado, siente el natural entusiasmo por usted que suscita todo canterano, como ya sucediera hace un año con Jesús Vallejo. ¿Cómo vive esta situación?

-Pero Jesús es Jesús. Su recorrido es muy alto, y se lo ha ganado a pulso. Trabaja como el que más. Yo soy quien soy. Tengo que ser yo mismo y lo demás llegará. No noto presión alguna de tener que ser el segundo Vallejo.


-¿Tiene la impresión de que desde fuera se le quiere hacer más rápido futbolista que usted mismo?

-Hay que tener paciencia. Al final, todo llega. Yo estoy tranquilo. Trabajo día a día lo mejor posible, porque sé que así llegarán los frutos.


-¿Cree que es mejor jugador que hace seis meses?

-Ese es mi objetivo. Quiero mejorar día a día. Ahora, estoy cómodo, muy bien, también gracias a la ayuda de mis compañeros.


-¿Se exige mucho?

-Sí. No todos los partidos salen igual. Hay mejores o peores. Sí que me machaco y soy exigente conmigo mismo, aunque quizá tampoco eso sea bueno.


-Más que como futbolista de la plantilla, como zaragocista: ¿qué le sugiere la palabra ascenso?

-Objetivo. La temporada la empezamos con esa meta. El Zaragoza es un club de Primera, lo sabe todo el mundo. Y no podemos pensar en otra cosa. Hay que ir con calma, partido a partido, en esta línea, porque así lo tendremos más cerca.


-A final de temporada, acaba vinculación con el filial, pero el club tiene la opción de prorrogarle el contrato si lo sube ya al primer equipo definitivamente. ¿Le preocupa su futuro?

-No. Soy de aquí y sé lo que quiero. Deseo quedarme muchos años en el Zaragoza.


-¿Y el Zaragoza ya le ha trasladado alguna intención?

-No. Sé que cuenta conmigo, me muestran cariño. Así que lo que deba llegar, llegará.

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