El Ebro sigue creciendo

El conjunto de Emilio Larraz superó al filial del Getafe y se consolida en la tabla. Kevin Lacruz dio los tres puntos firmando el único gol del encuentro.

Kevin Lacruz intenta escapar de la vigilancia de un rival.
Kevin Lacruz intenta escapar de la vigilancia de un rival.
Rubén Losada/fotografiarte

El Ebro continúa poniendo velocidad de crucero para llegar lo antes posible a una meta final que cada vez se atisba más cercana. Parecía la visita del Getafe B una ocasión pintiparada para lograrlo. Pero estos encuentros suelen ser siempre un arma de doble filo, ya que por tener el cartel de favorito, tienes casi sin quererlo los puntos en disputa según todos los pronósticos, y eso indirectamente suele provocar un exceso de relajación. Además, los filiales son equipos engañosos, con gente joven que sabe jugar bien al balón, y si tienen un buen día te pueden amargar la existencia por menos de nada, como sucedió hace no muchas fechas, cuando el Getafe B destrozaba a domicilio al Socuéllamos, venciéndole por 0-4. Los pupilos de Larraz supieron y pudieron hacer buenos los pronósticos, y se impusieron por la mínima diferencia, en un partido que empezó prometiendo mucho, pero que se acabó diluyendo, hasta terminar deseando que se acabase lo antes posible para evitar males mayores.


Los arlequinados empezaron poniendo el turbo, y en los 10 primeros minutos ya disfrutaron de hasta tres aproximaciones a la portería rival, toda una declaración de intenciones. De todas ellas, fue la que disfrutó Maureta la que más clara. Fue en un saque de esquina botado por Edu García y cabeceado a placer por el central, que obligó a David Gil a lucirse con su pierna derecha. Unos minutos más tarde llegaba el gol que acabaría dando los puntos a los de casa, en la acción más bonita y brillante de la ventosa matinal: balón que controla Txema Pan antes de la frontal, abre con criterio a Edu García, que tras superar a su marcador y centrar atrás, encuentra la oportuna cabeza de Kevin Lacruz, que de certero testarazo por el centro de la portería ponía el 1-0. Los mismos protagonistas del gol estuvieron cerca de volver a encontrarse nuevamente, pero esta vez, el remate de Lacruz no encontraba el camino correcto. El Ebro bajó un poco las revoluciones, no sin antes haber dejado por el camino un par de sustos en las botas de Draman y Txema Pan.A medio gas

La segunda parte no cumplió con las expectativas y fue de floja calidad. El Ebro controlaba con comodidad y solo la renta de un gol de diferencia a favor hacía que el partido siguiera siendo al menos, emocionante, aunque con bajo nivel entre dos conjuntos que lo intentaban con poco éxito. Draman, que fue titular ocupando la plaza del sancionado Toni Gabarre, no tuvo su mañana, desaprovechando una gran oportunidad para sentenciar el marcador. El espigado delantero no era capaz de acabar de manera correcta un acercamiento a portería en una contra vertiginosa iniciada por Kevin Lacruz. Aún a medio gas, el Ebro era mejor su rival, pero no terminaba de matar el partido con el segundo gol aunque lo tuvo muy cerca, cuando al cuarto de hora del segundo periodo, una falta escorada en la banda izquierda, era tirada directamente a puerta con habilidad y picardía por Edu García. El rebote le cayó al mismo Txema Pan, que no podía precisar con acierto.


Emilio Larraz quiso dar un aire nuevo al ataque, moviendo el banquillo, de manera que retiraba de manera progresiva a los dos hombres que empezaron de inicio en punta como Draman y Txema Pan. Acabó como referencia ofensiva Edu García, una posición en la que apenas se le ha podido ver jugar este año. Desde la reserva, y a pesar de entrar en el tramo final, destacaron los minutos de Santigosa, que consiguió robar un importante número de pelotas y algún destello de calidad de un Luis Ángel, al que apetece ver y mucho con más minutos de juego, ya que aparenta tener brillantez en sus botas. El Getafe B era un constante querer y no poder. Nada se puede reprochar a los jóvenes futbolistas, que intentaron rascar un punto sobre todo al final, en un par de acciones a balón parado, en faltas en las que tanto la defensa como Montoya no permitieron sustos.


Tras tres minutos de añadido, llegó el pitido final y la lógica alegría de unos jugadores, que sabían que, sin ser su mejor día, habían sumado tres nuevos puntos para un zurrón que cada vez se va engordando más. La cuenta ya está en 38, y, si todo sigue por esta senda, más pronto que tarde se podrá celebrar la permanencia del Ebro en su primer año en Segunda División B.

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