El peaje del primer cuarto

Las últimas actuaciones del CAI Zaragoza, en la Liga Endesa y la Eurocup, presentan un denominador común: su facilidad para desencajarse en el primer cuarto, víctima de su indolencia defensiva, su falta de intensidad, sus desequilibrios en el juego, sus continuas desatenciones y su incapacidad para oponer resistencia a su adversario. En sus compromisos más recientes, siempre ha finalizado en primer acto por debajo en el marcador, lo que le ha obligado a un desgaste superior para optar después a la victoria. "Llevamos muchos encuentros así. Es un aspecto que debemos corregir cuanto antes", confiesa Joan Sastre, escolta del conjunto aragonés, consciente de que "los malos inicios marcan mucho el posterior desarrollo de los partidos". Al menos, el CAI sí ha exhibido una formidable capacidad de reacción, lo que le ha permitido sobreponerse y aspirar al triunfo en la mayoría de las ocasiones.

Pero los datos son muy significativos. El equipo zaragozano, transcurridos 10 minutos de juego, nunca ha ido por delante en el marcador en sus seis últimos partidos de la Liga Endesa, saldados con cinco derrotas, ni tampoco en los cuatro últimos encuentros de la Eurocup –tres victorias–. Ni siquiera cambió la tendencia el pasado miércoles, frente al Trento, en el duelo de ida de los octavos de final. Y eso que el escenario parecía muy propicio para, al menos, haber competido con solvencia desde el salto inicial. Se trataba de una cita histórica para los aragoneses, que afrontaban su primera eliminatoria directa en el torneo continental; actuaban al calor de sus aficionados, con un graderío que registró la mayor entrada de la temporada en Europa (7.955 espectadores); los jugadores habían dispuesto de 10 días para preparar la cita; y se medían con un rival que, debido a su participación en la Copa de Italia, venían de disputar dos exigentes encuentros durante el fin de semana.

Demasiadas concesiones

Sin embargo, no hubo síntomas de cansancio en los transalpinos, que anotaron hasta 28 puntos en el primer parcial (18-28). "Volvimos a salir muy poco metidos en el choque", se lamenta el técnico del CAI Zaragoza, Andreu Casadevall, quien recuerda que el Trento "venía de jugar dos partidos francamente duros". "Arrancamos con seis pérdidas, lo que facilitó los contragolpes del rival, y nos cogieron ocho rebotes ofensivos durante el primer tiempo. Son situaciones que no había que conceder, y que habíamos hablado ya", añade el técnico. Finalmente se ganó, aunque con una renta muy escasa para afrontar la vuelta sin sobresaltos (85-83). Para acceder a los cuartos de final, el equipo aragonés deberá ganar en Italia, el próximo martes; o, en su defecto, perder por un solo punto de distancia.

En este sentido, el desalentador primer cuarto del CAI, su deficiente inicio de partido, volvió a pasar factura al cuadro aragonés, cuyo propósito era edificar una sólida ventaja para la vuelta. Sin embargo, el panorama se repite con demasiada frecuencia. En la Liga Endesa, el cuadro zaragozano cuestionó el triunfo del Murcia hasta el último suspiro, aunque para ello tuvo que sobreponerse a un resultado adverso de 14 puntos, justo al cierre del primer parcial (30-16). Idéntica situación se produjo frente al Joventut, una semana antes, cuando los catalanes gobernaban el marcador a los 10 minutos de juego (15-22). Al menos, en esta oportunidad, el CAI fue capaz de adjudicarse la victoria.

También el Andorra (19-14), el Fuenlabrada (23-26) y el Bilbao (15-22) gobernaban el duelo frente a los zaragozanos al término del primer cuarto. Todos ellos acabaron ganando, por mucho que los aragoneses, en una exhibición de carácter y orgullo, volvieran a agarrarse al partido y guardaran ambiciones de triunfo hasta el final. En Europa, el CAI también perdía, a los 10 minutos de juego, con sus últimos cuatro rivales: el Trento (18-28), el Szolniki (26-17) y el Galatasaray (20-26), a los que acabó venciendo; y también en Sassari (23-18), donde sí dobló la rodilla.