Nordic walking: otra forma de caminar

La marcha nórdica ya se ha asentado en Zaragoza, que este fin de semana acoge una excursión y una clase de iniciación.

Si usted frecuenta los parques de Zaragoza o los caminos y senderos de su entorno es probable que últimamente haya visto más de un grupo de caminantes que, con un 'palo' en cada mano, desafían el calor, el viento o el frío. El 'nordic walking' -o marcha nórdica-, una disciplina deportiva que consiste en caminar de forma activa con bastones de senderismo, surgió en Finlandia allá por los años 30, cuando los esquiadores tuvieron que buscar nuevas formas de entrenar en verano, y hace casi una década comenzó a extenderse, poco a poco, por la capital aragonesa. Varios años y muchos kilómetros después, esta disciplina ya se ha asentado en la ciudad, donde existe un grupo que realiza salidas dos días a la semana -martes y jueves, mañana y tarde- y excursiones una vez al mes.


El Club de Nordic Walking Zaragoza, que se creó en 2012 y ya cuenta con unos 120 socios, ha preparado una ruta de 19 kilómetros -casi cuatro horas- para este sábado, cuando varias decenas de personas caminarán desde Zaragoza hasta La Cartuja por la zona del canal. Para participar en esta actividad hay que inscribirse y cuesta 10 euros -con los bastones incluidos- para aquellos que no sean socios. Además, el domingo (9.30, en Ranillas) se llevará a cabo un curso de iniciación (unas cuatro horas, 25 euros) para aquellas personas interesadas en aprender la técnica para comenzar a practicar este deporte.



Así anda un 'nordic walker'. ONWF


“Lo de los bastones tiene su sentido, ya que, al contrario que cuando andas, te obligan a mover toda la parte superior del cuerpo. Entrenas los abdominales, los brazos, la espalda... Mueves el 90% de los músculos. Al principio la gente se sorprende por tener agujetas en estas zonas”, asegura Pedro Pallás, uno de los pioneros de la marcha nórdica en Zaragoza e impulsor del Club de Nordic Walking Zaragoza. Él, como muchos de los que practican esta disciplina, procede del mundo del esquí de fondo: “Me interesé porque durante casi todo el año no tenemos nieve, así que hay que buscar otras formas de mantenerse activo. La marcha nórdica es perfecta porque es accesible y asequible. La puede practicar gente de cualquier edad y no es necesaria una condición física excepcional, y solo necesitas dos bastones”.


A cada excursión acuden unas 60 personas, y muchas de ellas lo hacen por primera vez por recomendación de alguno de los socios. “Además de hacer ejercicio y de sus beneficios para la salud, es una forma diferente de pasar un día en contacto con la naturaleza y descubriendo zonas desconocidas para mucha gente”, indica Pallás, quien ya organiza 11 excursiones al año: ocho son por el entorno de Zaragoza, una en el Pirineo, otra en la provincia de Teruel y una última en una zona costera. Y es que, además de una forma de promocionar un deporte en el que tiene cabida gente de cualquier edad -la media es de unos 50 años, pero hay socios desde los 30 en adelante-, es una actividad socializadora.




Los beneficios de la marcha nórdica


El 'nordic walking' tiene numerosos beneficios para la salud y, según muchos expertos, es una de las formas más efectivas -y con menos impacto para las articulaciones- de quemar calorías, por lo que es muy recomendable para aquellas personas que quieran perder peso. Además de tonificar la musculatura de todo el cuerpo, mejora el sistema cardiovascular, la coordinación y la movilidad.

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