Llegar tarde por unas milésimas de segundo a un balón dividido en el minuto 22 del partido que el pasado domingo enfrentó al Córdoba y al Real Zaragoza, le va a costar muy caro a Freddy Hinestroza. La tarjeta amarilla que vio el colombiano por esa desafortunada entrada, era la quinta de la campaña y, por consiguiente, supone una sanción que le apartará del decisivo encuentro del domingo en Pamplona. Un parón en seco para un jugador que, sin lugar a dudas, se hallaba en su momento más feliz como zaragocista. Su ausencia en el Sadar reabre la puerta de la titularidad a Manu Lanzarote, quien sufrió la suplencia en el Nuevo Arcángel en beneficio del sudamericano.

La estancia de Hinestroza en el Real Zaragoza parecía transcurrir en la intrascendencia hasta enero. El que se presumía uno de los fichajes más determinantes del pasado verano, no rayó al nivel que prometía su potencial. Sin embargo, con la llegada de Lluís Carreras, su impronta en el juego del conjunto aragonés ha ido aumentando. Con especial intensidad en los dos últimos duelos. En la victoria frente al Leganés y pese a partir como suplente, se reivindicó conectando el centro que remató Ángel a las redes pepineras. Y contra el Córdoba la conexión se produjo a la inversa. Ángel asistió al cafetero para que colocara el 0-2 definitivo en el marcador. Dos fogonazos que plasman la progresión experimentada por el extremo.

La hora de Lanzarote

Cuando esta mañana la plantilla aragonesa regrese al trabajo en la Ciudad Deportiva, tras la jornada de descanso que el entrenador catalán concedió ayer a sus hombres, una de las mayores preocupaciones será decidir quién ocupará la vacante dejada por Hinestroza.

Un nombre emerge muy por encima del resto para este cometido. Manu Lanzarote, quien tan excelentes sensaciones regaló en su estreno ante el Leganés, recuperará su plaza en la banda derecha, salvo grandísima sorpresa. El barcelonés comparte con el colombiano el hecho de que ambos sean zurdos. Las similitudes entre ambos acaban aquí. Hinestroza brilla por su explosividad, su velocidad y por un imponente físico que aplica en el desborde, su principal virtud.

Lanzarote, por el contrario, es un fino estilista, con un exquisito trato de la pelota y una técnica depurada. Su golpeo es elegante y preciso, lo cual redunda en las acciones a balón parado. Su concurso puede ser fundamental para encontrar la salida al laberinto que planteará Osasuna, con una línea defensiva nutrida con cinco defensas y tres centrocampistas interiores. Un poblado bosque de piernas que el catalán puede ayudar a descifrar, con su querencia por ir desde la cal hacia adentro. Si repite o incrementa las prestaciones de su debut, las opciones zaragocistas de escapar con tres puntos del Sadar se dispararán.