¿Es necesario pasar un reconocimiento médico para practicar deporte?

La obligatoriedad de un examen para participar algunas pruebas y el creciente número de deportistas populares reabren el debate.

Cientos de corredores participan en una prueba popular
Cientos de corredores participan en una prueba popular
Efe

Aunque en algunos países europeos ya es obligatorio pasar un reconocimiento médico antes de participar en determinadas pruebas deportivas, la decisión de algunas pruebas españolas de incluir este requisito ha reabierto un debate que ni es nuevo ni parece, de momento, poner de acuerdo a los afectados, en muchos casos deportistas no profesionales, los responsables de las pruebas y los especialistas en medicina deportiva. Pero la duda sobre la necesidad o no de estos exámenes médicos se extiende más allá de las grandes carreras, sobre todo debido al gran número de personas que en los últimos años han decidido comenzar a practicar deporte por primera vez o retomarlo tras un buen tiempo de sedentarismo.


“Es recomendable que una persona que se inicia en el deporte, y más si tiene cierta edad, se someta a un reconocimiento médico y una prueba de esfuerzo para verificar que está bien”, asegura Juan José Lacleta, director del Centro Aragonés de Medicina del Deporte, un organismo dependiente del Gobierno de Aragón que vela por la salud de los deportistas de élite y federados de la Comunidad. Sin embargo, esta idea todavía no está demasiado extendida entre la sociedad, y no son muchos los que deciden pasar por el médico antes de poner a prueba su cuerpo. “A veces es difícil que la gente sea consciente de la importancia que tiene esto. Nos cuesta convencer incluso a algunos equipos de élite”, explica Lacleta.


Los que sí deberán acudir a uno de estos centros especializados serán los participantes en la edición de este año de la Quebrantahuesos, que ha introducido este requisito por primera vez siguiendo los pasos de varios países europeos, que ya los exigen en muchas pruebas. De hecho, Francia exige a la organización que los ciclistas tengan este documento, ya que parte del recorrido es por las carreteras del país vecino. En Cataluña, por ejemplo, también es necesario un reconocimiento para participar en las pruebas de la Copa Catalana de Carreras de Ultraresistencia, y en Aragón ya comenzó a pedirlo, el año pasado, la ultra Canfranc-Canfranc, una carrera de 100 kilómetros y más de 8.000 metros de desnivel en la que se pueden llegar a invertir 33 horas.


“Para participar en este tipo de pruebas, que exigen un gran esfuerzo físico y un estado de forma muy bueno, también es recomendable hacerse un reconocimiento. En un centro privado pueden costar desde unos 30 euros, el más básico, hasta 100 o 150, dependiendo del tipo de pruebas que se requieran”, explica Lacleta, quien matiza que no es habitual encontrar problemas que obliguen al paciente a dejar de hacer ejercicios intensos, aunque sí potenciales riesgos: “El año pasado, por ejemplo, no tuvimos que decirle a nadie que dejara de practicar deporte, pero tuvimos que derivar a unas cuantas personas al especialista para descartar algún posible riesgo que habíamos detectado”.


Aun así, el hecho de haber pasado un reconocimiento no evita posibles sustos. “Es imposible garantizar que alguien está totalmente libre de riesgos, porque algunos son indetectables o pueden aparecer con posterioridad. Lo que se certifica es que ese deportista, en ese determinado momento, se encuentra en buenas condiciones”, concluye el director del Centro de Medicina del Deporte.

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