Majo y Mapi Sánchez Alayeto: "Nunca nos hemos sentido invencibles"

?Las zaragozanas presumen de un 2015 que siempre recordarán. Las internacionales saborean estos días el éxito en casa, rodeadas de su familia y amigos.

Majo y Mapi, ayer en la plaza de Aragón.
Majo y Mapi, ayer en la plaza de Aragón.
aránzazu navarro

Pareja número uno del World Pádel Tour, dominadoras del circuito con siete torneos (de diez) ganados, campeonas de España con el Real Zaragoza Club de Tenis... Aunque el broche al curso para Majo y Mapi Sánchez Alayeto "no pudo ser perfecto", ya que se quedaron sin el título de ‘maestras’ en la última cita del año celebrada hace una semana. Como dos gotas de agua, poseen una calidad inmensa. Una trayectoria deportiva que se inició en el tenis, basada en "la disciplina, el sacrificio y el esfuerzo". Desde hace siete años son las ‘gemelas atómicas’, conocidas popularmente en las pistas de cristal: dos mujeres competitivas que marcan el ritmo del pádel femenino.


Como en el anuncio, vuelven a casa por Navidad.

Mapi Sánchez Alayeto: Siempre viene bien regresar a tu tierra. Aunque ahora venimos más a Zaragoza porque hemos empezado INEF en la Universidad de San Jorge y nos toca hacer exámenes. Es importante formarse porque en un futuro no sabes dónde vas a acabar.

Majo Sánchez Alayeto: También estamos acabando un Máster en Gestión de Empresas Deportivas y Organización de Eventos. Hay que reciclarse. Llegará un momento en que el pádel se acabe.


¿Qué balance hacen de la temporada?

Mapi: En 2014 dejamos el listón muy alto y esta temporada el objetivo era mejorarlo. Cuando nos reunimos con nuestro equipo en enero sabíamos que iba a ser muy difícil superar lo que hicimos (campeonas de España con el RZCT, oro mundial con la selección, número uno del ranquin, ‘maestras’ del circuito mundial), pero creo que aún hemos crecido más. Nuestra psicóloga (Iciar Eraña) decía que si nos quedábamos en el puesto dos o tres no había que hacer un drama, pero nosotras somos muy competitivas.

Majo: Buscamos el número uno siempre. Además de los resultados –siete torneos de diez programados, 44 partidos ganados–, hemos jugado fenomenal y al final esto es lo que nos satisface. Con trabajo, constancia, disciplina y esfuerzo, los éxitos llegan.


La guinda hubiera sido el Master Final en Madrid.

Mapi: Fue un querer y no poder. En semifinales jugamos muy bien contra Carolina (Navarro) y Cecilia (Reiter), pero el día de la final las cosas no salieron. Queríamos poner la guinda al pastel...

Majo: ... Pero la derrota no nos deja un gusto amargo, ni empaña el temporadón que hemos hecho.


Este curso se han convertido en una pareja temible.

Majo: Nunca nos hemos sentido invencibles. Cuesta mucho ganar cada partido y cada torneo. El pádel femenino cada vez está más igualado.

Mapi: Trabajamos por ser las mejores y la agresividad que tenemos hace que seamos una pareja a la que cueste esfuerzo derrotar. Invencibles no porque en el deporte se puede ganar o perder, pero sí que nos hemos sentido una pareja fuerte y la pareja rival a batir hoy en día.


¿Cuáles han sido las claves del éxito?

Mapi: La llegada en 2012 de nuestro actual entrenador, Jorge Martínez. Ha sabido trabajar muy bien los puntos débiles que teníamos, como la defensa y a jugar más ordenadas, y reforzar los buenos, como nuestro carácter. E incluimos a nuestra psicóloga, Iciar Eraña, y la nutrición y la preparación física con Jordi Riba. Somos bastante disciplinadas y trabajamos muy duro para llegar donde estamos. Nadie nos ha regalado nada.

Majo: Nos dicen que hemos puesto de moda el pádel más agresivo, más rápido... Pero porque nos hemos preparado para ello. El apartado físico es fundamental. Y casi lo hemos profesionalizado, porque nosotras venimos del tenis y vemos el deporte de otra manera. Hemos puestos los medios, que quizá otras jugadoras antes no le daban tanta importancia.


Los resultados avalan que el ser gemelas en pádel es una ventaja.

Majo: (Risas) La verdad es que nos entendemos como nadie, con una mirada. Tenemos más hermanos, pero la conexión entre nosotras es especial. Y hoy en día nos beneficia. Al principio podía ser más perjudicial, porque, como se dice, la confianza da asco. Y por ahí venían los reproches.

Mapi: Pero este es un aspecto que hemos trabajado con la psicóloga: saber cómo tenemos que decirnos las cosas para que sea beneficioso. Nos intentamos ver como un equipo dentro de la pista, que la compenetración sea para bien y no para mal. Y parece que funciona (risas).


¿Qué defectos y virtudes destaca Mapi de Majo?

Mapi: Quizá el peor defecto de Majo es que tiene mucho carácter. Ahora se controla más, pero antes no le beneficiaba nada. Es uno de los puntos que ha tenido que trabajar. Por contra, es muy luchadora y muy disciplinada.


¿Y Majo de su hermana?

Majo: Si empezamos por lo peor, pues que Mapi a veces no cree mucho en sí misma, algo que le daría más seguridad. ¿Y virtudes? Que es peleona, no da ni una bola por perdida, y que intenta ser positiva, sacar lo bueno de cada situación aunque sea mala.


¿El apelativo de ‘gemelas atómicas’ refuerza esta relación tan especial que tienen?

Majo: Somos gemelas y atómicas en el sentido de guerreras, por la fortaleza que tenemos, por el poderío que intentamos marcar dentro de la pista.

Mapi: Sí y nos identificamos mucho. Refleja nuestro carácter y esa unión que tenemos.


Se les considera las grandes artífices del cambio del pádel femenino.

Majo: Para nosotras es un halago y algo histórico porque siempre se nos va recordar como las que marcamos un cambio en el estilo de juego: de un pádel más defensivo a otro agresivo y rápido. Estamos encantadas con esta etiqueta.


Lo que les hace únicas es esa contagiosa sonrisa permanente, y un carisma que arrastra a un gran número de fieles a los partidos.

Mapi: Sentimos mucho cariño del público. Por las redes sociales hay mucho apoyo, cuando venimos a Zaragoza... Somos cercanas y nos debemos a nuestros aficionados. Sin ellos, no estaríamos aquí.

Majo: Creo que hemos conectado con el público porque a la gente le gusta el juego que desplegamos y lo que transmitimos. Sin los fans no hay espectáculo.


¿El pádel femenino quiere hacerse oír?

Mapi: Pues sí. Hasta ahora ha habido bastante desigualdad. Pero entre todas estamos intentando que se acerque al pádel masculino, que haya mejoras. Este año, por primera vez, el torneo femenino salió de España y jugamos en Dubái. En 2016 iremos a Montecarlo. Es un paso adelante.

Majo: El mérito es de las jugadadoras, estamos haciendo un pádel más llamativo y consiguiendo que los pabellones se llenen... Los organizadores deberían fijarse en eso y premiar nuestro esfuerzo. Las chicas estamos luchando para hacer un pádel vistoso y que se profesionalice.


Tienen 31 años, ¿cuánta cuerda les queda?

Majo: Estamos en la flor de la vida (risas). Si las lesiones nos respetan, podemos llegar en buenas condiciones hasta los 36 años.

Mapi: En otros deportes con nuestra edad igual lo tendríamos más dificíl, pero no en el pádel.


¿Se ven jugando con otra pareja?

Mapi: Hoy por hoy no nos lo planteamos. Han sido nuestros dos mejores años y creemos que tenemos margen de mejora juntas.

Majo: Ni nos lo planteamos.


¿Qué le piden al próximo año?

Majo: Seguir trabajando para estar lo más alto posible.

Mapi: Intentar dar lo mejor en los torneos que tenemos: revalidar el título nacional con el Real Zaragoza Club de Tenis, volver a conquistar el oro con la selección española en el Mundial, y conseguir los títulos por parejas que nos faltan en el palmarés: el del campeonato de España y del Mundo.

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