La salida de Popovic y el cese de Martín González abren una nueva etapa

El club y el entrenador alcanzaron ayer un acuerdo para rescindir el contrato. Con el director deportivo fue imposible llegar a un punto de entendimiento y fue cesado. Narciso Juliá, exjugador del Real Zaragoza, es el nuevo máximo responsable deportivo.

Ranko Popovic acudió ayer a la sede del Real Zaragoza.
Ranko Popovic acudió ayer a la sede del Real Zaragoza.
oliver duch

El Real Zaragoza abrió ayer un nuevo ciclo en su discurrir deportivo al cesar en su cargo de entrenador Ranko Popovic y Ángel Martín González como director deportivo de la entidad. La salida del técnico serbio se barruntaba después de la derrota sufrida en la tarde del sábado en el Nou Estadi de Tarragona. No estaba tan claro qué suerte pudiera correr Martín González, ejecutivo al que se le había firmado un contrato de larga duración no hace demasiado tiempo atrás. Sin embargo, el Consejo de Administración del club, reunido en la mañana de ayer, decidió acometer ambas cuestiones.


Pocos minutos antes de cumplirse el mediodía, Ranko Popovic, acompañado de su segundo entrenador, Vlado Grujic, acudió a la sede del club, situada en la plaza Eduardo Ibarra. El técnico acudió siguiendo sus principios y costumbres. No se ocultó a los medios de comunicación ni a la vista pública. A pie, con plena naturalidad, entró en las oficinas por la puerta principal.


Consejeros del Real Zaragoza y entrenador dialogaron en un clima de entendimiento sobre la situación del equipo y la labor del cuerpo técnico. En poco más de una hora, ambas partes llegaron a un acuerdo. La resolución del contrato se hizo de mutuo acuerdo. En este sentido, no fue necesaria una destitución.


Al final de la mañana, Ranko Popovic se dirigió a la prensa aragonesa, una comparecencia en la que predominó un sentir de agradecimiento, a la vez que solicitaba a periodistas y aficionados más paciencia con quien sea su sustituto. De alguna manera, Ranko Popovic, que se presentó en Zaragoza como un perfecto desconocido, se despidió con los modos de un señor. Ha estado al frente del equipo aragonés trece meses, repartidos en dos temporadas.


Si algo le ha caracterizado durante este periodo ha sido su trato amable y próximo y la creencia en el ascenso a Primera División del Real Zaragoza, a pesar de los numerosos contratiempos sobrevenidos que ha debido gestionar. A Popovic, siete minutos le separaron del ascenso.


Cerca de las 13.00 horas acudió a la sede del club Ángel Martín González, hasta ayer director deportivo. El tono de la conversación con el ejecutivo madrileño, que hizo su carrera deportiva en el Osasuna, fue francamente distinto. En este caso, no hubo modo de llegar a un punto de entendimiento. Martín González se agarró al contrato, en el que semanas atrás se incorporó una adenda (un añadido): una cláusula de desenganche que podían activar ambas partes.


Martín González no quiso efectuar ningún tipo de declaración cuando dejó las oficinas del Real Zaragoza, de donde salió conduciendo su coche particular. Tampoco facilitó ningún contacto con su persona a la hora de llegar. Accedió al inmueble por la parte trasera, por la puerta del garaje.


Los mejores momentos de Martín González en el Real Zaragoza se dieron la pasada temporada, cuando confeccionó en tiempo récord una plantilla bastante interesante para la Segunda División española. Borja Bastón, Willian José, Eldin, Pedro, Jaime y Ruiz de Galarreta fueron los nombres que avalaron, principalmente, su gestión. Este año, en cambio, no ha tenido el mismo ojo. Son varias las sombras que le han perseguido. La fundamental es la falta de gol que se observa en la plantilla.


Tampoco han obrado en su favor el modo en que se comportó durante la primera crisis que sufrió Popovic en la presente temporada, al que nunca refrendó, o los episodios que le han valido varios enfrentamientos notorios con distintos consejeros.


Durante su estancia en Zaragoza, su perfil como secretario técnico o director deportivo ha obedecido a una vieja y rancia falacia en este tipo de cargos. La principal máxima de su credo viene a decir lo siguiente: la mejor noticia es la que no se da.


El Consejo de Administración del Real Zaragoza quiso promover ayer un cambio radical en este punto. Cerca de las 14.00 horas hizo oficial el nombramiento de Narciso Juliá como nuevo director deportivo. Juliá no necesita de presentación en Zaragoza ni, por extensión, en Aragón. Es uno de los grandes jugadores de la historia reciente del club. Durante doce años vistió la camiseta del club del escudo del león. Desembarcó en el filial en el año 1982 y colgó las botas en el primer equipo en 1994.


Perteneció a la primera plantilla siete temporadas. Dentro de la casa también ha desempeñado el cargo de entrenador. Conoce perfectamente el Real Zaragoza, en casi todas sus dimensiones. Por supuesto, tampoco necesita de explicaciones acerca de las sensibilidades de La Romareda o del carácter aragonés. Todas estas claves pertenecen a su conocimiento. En cierto sentido, Narciso Juliá está volviendo a su casa.


Su última etapa profesional la cumplimentó en el Fútbol Club Barcelona, dentro de la secretaría técnica que encabezaba Andoni Zubizarreta. Los problemas económicos, jurídicos y mediáticos derivados de la contratación de Neymar le llevaron a dejar la disciplina culé, una vez que fue destituido Zubizarreta.

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