El club retoma la prioridad del delantero una vez perdido Aketxe

El Real Zaragoza intenta aprovechar el espacio salarial que permite la baja de Cezary Wilk para el fichaje de un punta antes de que se inicie el mercado de enero.

Ángel Martín González, en su despacho en las sede del club.
Ángel Martín González, en su despacho en las sede del club.
j. m. marco

El Real Zaragoza, con Ángel Martín González a la cabeza, ya trabaja en un nuevo escenario una vez que la planificación del director deportivo saltara por los aires ante la imposibilidad de conseguir la cesión el pasado martes en Bilbao de Ager Aketxe. Esta operación iba ligada a la baja federativa por lesión de Jaime Romero. El plazo que habilita la Liga para cubrir esta baja finalizó ayer por la tarde, por lo que el Zaragoza perdió la oportunidad brindada por la reglamentación de dedicar el 80% del salario de Jaime a una nueva alta.


Esta fórmula permite un margen extraordinario en la masa salarial de la plantilla, desvinculado de los sistemas de control económico de la Liga y cuyo impacto no repercutía en los límites de la actual temporada, sino en los de la próximas. Lo que se gastara el Zaragoza dentro de ese 80% tendría cargo en la campaña 2015-2016, pero el club debería tener ahora, eso sí, la capacidad de tesorería necesaria para afrontar la operación.


Aunque el sueldo de Jaime es notable, la intención del Zaragoza era cubrir su baja con un futbolista de bajo coste, y en esa línea se enfocó la operación para el préstamo de Aketxe debido a que la prioridad técnica, un delantero que mejore lo que hay en la plantilla, ofrecía menos oportunidades ahora (mercado nacional o de futbolistas sin equipo).


Perdida la ocasión con Aketxe, el Zaragoza aún mantiene abierta otra ventana para fichar antes de enero y hacia ella ha desviado sus esfuerzos ahora el club: la baja de Cezary Wilk, el otro lesionado de larga duración. El Zaragoza ya está en plazo para inscribir un futbolista en su lugar siguiendo los mismos parámetros que con Jaime, un 80% del salario del polaco. En este caso, esa cantidad es inferior, pero permite al club acercar el rastreo al mercado de enero. El objetivo es claro, el inicial, un delantero, vía ya retomada por Martín González después de que haya trabajado en otros perfiles en los últimos días.


El Zaragoza va a intentar aprovechar todo el dinero que habilita Wilk para reclutar un atacante antes del parón de Navidad. Es, a día de hoy, la única alternativa para saltarse el actual límite salarial de la Liga sin incumplir las normas de control. Porque en enero, las reglas del juego cambian para el Zaragoza.


Entonces, si vence el plazo por Wilk y no ha fichado a nadie, en el mercado invernal su maniobrabilidad será peor: con la masa salarial prácticamente cubierta, el club necesitaría justificar nuevos ingresos en la Liga (patrocinios...) o descargar su plantilla (salidas) para poder inscribir nuevos futbolistas.


Durante las próximas semanas, el Zaragoza, de este modo, apurará sus opciones para fichar un delantero que ocupe la plaza de Wilk y esa parte de salario extra que ha habilitado la baja del polaco. Para ello, el club también necesita tener la capacidad de tesorería necesaria para incorporar un nuevo jugador al ajustado plan presupuestario de la presente temporada. Con enero ya muy cerca, el mercado se abre algo, aunque para sustituir a Wilk deban cumplirse las mismas premisas de las bajas de larga duración: jugador de un club español o sin equipo.


El Zaragoza ya podrá acceder a aquellos futbolistas en una situación deportiva complicada en sus clubes, con la puerta de enero abierta para una salida, y adelantar así unas semanas su llegada, a diciembre, dentro de los plazos que permite Wilk. Pero, aun así, la operación para que un delantero encaje en todas las limitaciones, necesidades deportivas y circunstancias que exigen la situación del Zaragoza sigue siendo muy complicada.

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