La cesión de Ager Aketxe se rompe en los detalles finales

Las desavenencias surgidas en una cláusula del contrato entre Athletic y Zaragoza echan abajo el acuerdo pactado el lunes, con el jugador con las maletas preparadas.

Aktexe, en el partido que jugó en septiembre en el Athletic de Bilbao en San Mamés ante el Getafe.
Aktexe, en el partido que jugó en septiembre en el Athletic de Bilbao en San Mamés ante el Getafe.
HA

Pasado el mediodía de ayer, Ager Aketxe, mediapunta del Athletic, era virtualmente futbolista del Real Zaragoza hasta el 30 de junio de 2016. El joven de 21 años había concluido su entrenamiento, se había despedido de sus compañeros y tenía las maletas preparadas para viajar a la capital aragonesa en cuanto recibiera el visto bueno de sus agentes a la negociación. Había hablado también con su íntimo amigo, Erik Morán, para establecerse en su vivienda en Zaragoza.


Tenía claro que su futuro inmediato era una salida como cedido hacia el equipo aragonés. Incluso medios bilbaínos, como la televisión autonómica vasca, dieron por confirmado el cierre de la operación. Durante toda la mañana, tanto el Real Zaragoza como el Athletic habían comenzado a intercambiarse la documentación para plasmar el acuerdo en los contratos finales. Un mero trámite. Para culminar la operación, una vez apalabrada y perfilada en los días anteriores, se desplazó a Bilbao el director deportivo Ángel Martín González. Sin embargo, a primera hora de la tarde, de modo insospechado e imprevisto, la operación se emborronó. Hasta el punto de acabar hecha añicos, totalmente rota y con difícil rehabilitación, en la noche de ayer.


De este modo, Aketxe, el medio ofensivo y creativo elegido por Martín González para elevar la calidad de la plantilla y dotar al Zaragoza de un jugador distinto, un perfil que no se cubrió en verano, vio cómo se desvanecía su llegada al equipo de Popovic. Al final, la espoleta que dinamitó la operación fue una cláusula sobre la que los clubes discreparon, pero desde primera hora de la tarde, en el momento en el que el acuerdo se redactó en los documentos oficiales, habían surgido desavenencias. El Zaragoza tiene hasta las 18.00 de la tarde de hoy de límite para fichar a un jugador que ocupa la plaza del lesionado Jaime. El plazo vence hoy. La intención del Zaragoza era cubrir esa vacante con un futbolista de coste bajo.


La Liga permite, en caso de lesiones de larga duración, destinar hasta el 80% del salario del jugador de baja a un nuevo refuerzo, con cargo al presupuesto de la próxima campaña (aunque no necesariamente debiera cubrirse toda esa asignación). El elegido era Aketxe, para destinar una cantidad mayor al fichaje de un delantero -la prioridad- aprovechando el sueldo liberado por la lesión de Wilk. Pero esta planificación ha saltado por los aires en su primera página: la cesión de Aketxe.


El primer punto crítico de la operación surgió en la primera revisión de los contratos. Ahí se produjo un atasco que mantuvo la negociación en suspense hasta una hora en torno a las ocho de la tarde. En ese instante, se retomaron las conversaciones con el objetivo de que se firmaran los documentos, Aketxe viajara por la noche a Zaragoza y hoy mismo se ejercitara a las órdenes de Popovic, quien ya lo tendría a disposición para el partido contra la Ponferradina. Y, así, apenas unos minutos después se llegó a la ruptura final: ni Zaragoza ni Athletic, con Chema Amorrortu (director deportivo) liderando las conversaciones bilbaínas, se pusieron de acuerdo en una de las cláusulas finales del contrato. La operación quedó así derribada. Del mismo modo que solo un giro inesperado y descomunal podía echar abajo el acuerdo del lunes, solo un nuevo imprevisto igual puede revivirla.

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