Mercedes se agazapa para atacar

Fernando Alonso finaliza con buenas sensaciones y apunta a regresar al 'top 10'.

El piloto español Fernando Alonso durante una sesión en Singapur.
El piloto español Fernando Alonso durante una sesión en Singapur.
Afp

Casi ya era habitual ver la misma foto, con otro fondo. Un Mercedes, bien sea el 6, bien el 44, encabezando la lista de nombres y tiempos de un viernes de Gran Premio. Sin embargo, el de Singapur ha arrancado de manera especial. Lewis Hamilton no comandó ninguna de las dos sesiones en este arranque de la duodécima cita del Mundial de Fórmula 1, lo que para algunos es signo de que hay opciones de ver una alternativa este fin de semana. Nada más lejos de la realidad.


Mercedes aprovechó este viernes para ahorrar, tanto en mecánica como en esfuerzos. Tras una primera sesión cómoda en la que Nico Rosberg le dio el relevo a Lewis Hamilton, en la segunda se taparon por completo. Ni siquiera intentaron hacer una vuelta rápida o luchar por el récord del trazado asiático. Al 'tran, tran', el líder del campeonato se conformó con el cuarto mejor crono de la sesión, y su compañero, el séptimo.


Carga de combustible alta, diferentes ensayos aerodinámicos en un trazado donde la alta carga es fundamental para un buen rendimiento y la sensación fehaciente de que son tan superiores que, en cualquier momento, pueden aplastar a sus rivales. Y eso que no tuvieron una sesión tan cómoda como en otras carreras: tanto Rosberg como Hamilton -especialmente este último- probaron las pocas escapatorias que hay entre los muros del vistoso Marina Bay Circuit.


Los más rápidos del día, o al menos la clara alternativa a lo que se lleva viendo toda la temporada, son los Red Bull. El ruso Daniil Kvyat marcó el crono más rápido de la jornada, con sólo cuatro centésimas de ventaja sobre Kimi Räikkönen y con algo más de una décima sobre su compañero Daniel Ricciardo. Este sábado será la piedra de toque para comprobar si, realmente, el equipo de las bebidas energéticas está en condiciones de pelear con los de arriba por el podio o, incluso, por la victoria.

Alonso acecha los puntos

Mientras por delante había un cambio de guión algo previsible, por detrás las posiciones tornaron dcon mayor sorpresa. Tras los resultados de Spa y Monza, McLaren se agarra a Singapur como si fuera un clavo ardiendo. Un mal fin de semana aquí, donde supuestamente van a tener más rendimiento, sería nefasto, ya no sólo en lo meramente deportivo, sino también en la moral de la escudería.


El arranque ha sido positivo para ellos. Tanto Fernando Alonso como Jenson Button pudieron completar el programa previsto, dar casi 50 vueltas en total y sumar kilómetros muy positivos en un día sin problemas. Ya es noticia ver a Alonso y Button cerrar una jornada de trabajo con una sonrisa. El piloto español coqueteó con el top 10 en toda la sesión, hasta culminar un positivo octavo crono final que le hace pensar con realismo en los puntos el domingo.


Esta vez, Alonso pudo superar a su buen amigo Carlos Sainz, que pasó una sesión llena de problemas. Tras un rendimiento menos fuerte del esperado en los primeros libres, en los segundos sufrió un pinchazo por un error típico de un circuito urbano: se tocó con uno de los muros laterales y pinchó el neumático trasero izquierdo. Pese al susto y a la rueda destrozada, Sainz llegó a boxes y siguió con su sesión de trabajo. El madrileño ha aprendido la lección y sabe que, tanto este sábado como sobre todo el domingo este tipo de fallos se pagan con un abandono.

La 'venganza' de Merhi

Roberto Merhi tuvo que ver la jornada desde los boxes. Su cara lo decía todo: no era el sitio que deseaba. Sin embargo, pudo relamerse un poco cuando, al final de la primera sesión de libres, su sustituto Alexander Rossi estrellaba el Manor en una de las chicanes del circuito. El estadounidense se dejó el vértice demasiado y, en un error de novato, comenzó en su nuevo equipo obligando a sus mecánicos a ponerse las pilas.


En Manor no acabaron ahí los problemas. Nada más arrancar la segunda sesión de libres, Will Stevens estampaba su coche contra el muro y obligaba también a los de su lado del muro a trabajar más de lo debido. Dos coches hechos trizas, caras de circunstancias. y el sabor de una pobre venganza que Roberto Merhi cambiaría gustoso por volver a ponerse el mono y montarse en lo que queda de fin de semana en el Manor de nuevo.

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