No era la respuesta esperada por los actuales accionistas mayoritarios del Real Zaragoza; pero esta es la realidad. La Hacienda Pública ha contestado con una negativa al plan de pagos de la deuda tributaria. 

En su última oferta, el club aragonés está dispuesto a hacer frente de modo inmediato a las obligaciones corrientes con la Agencia Tributaria (cerca de 2,5 millones de euros) y a aportar hasta 6 millones en lo que resta de año. Además, se compromete a satisfacer alrededor de 1 millón de euros al año mientras el equipo esté en Segunda y a ceder el 25% de los derechos económicos de los traspasos de los futbolistas que se vendan. En caso de ascenso a Primera, la sociedad anónima deportiva ofrece, asimismo, los 26 millones de euros de sus derechos de televisión hasta la cantidad que sea necesaria para saldar la totalidad de la deuda, que en su globalidad se sitúa en 28,5 millones. 

El «no» de Hacienda lo trasladó ayer a Javier Lasheras, actual accionista de referencia del Real Zaragoza, y a José Guerra, director financiero del club, la delegada de la Agencia Tributaria en Aragón, Paloma Villaro, durante una reunión que los tres mantuvieron en la sede central de Hacienda en Zaragoza. Quedó abierta, en todo caso, una puerta a una mínima esperanza. El Real Zaragoza podrá reunirse una vez más con responsables del Ministerio de Hacienda el próximo día 25, justo al filo de que la comisión mixta compuesta por la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE) y la Liga de Fútbol Profesional (LFP) dictamine qué clubes van a sufrir la sanción del descenso administrativo. 

Ayer, precisamente, la AFE comunicó las denuncias que jugadores y técnicos han interpuesto contra el Real Zaragoza ante dicho sindicato. Todos los afectados han denunciado, de modo que el club se encuentra en este instante en causa de descenso administrativo. O soluciona este grave problema de pagos antes del 25 de julio, y cuyo montante económico ronda los 3 millones de euros, o se abren de par en par las puertas del descenso a Segunda B. 

A juicio de los actuales accionistas mayoritarios del Real Zaragoza, la negativa de Hacienda va algo más allá del puro planteamiento técnico del plan de pagos. A su modo de ver, no existe voluntad de que entre en el club aragonés el grupo inversor mexicano, que en su momento condicionó el desembarco en la entidad a que la actual propiedad lograse un pacto con Hacienda. Este acuerdo no existe a día de hoy y, salvo giro imprevisto, difícilmente se alcanzará en las jornadas que restan hasta la crucial fecha del 25 de julio. 

La respuesta negativa de Hacienda al plan de pagos de la deuda bloquea, en principio, la entrada de nuevo capital en el Real Zaragoza. La consecuencia subsiguiente es que se desvanece la posibilidad de hacer frente a las obligaciones con futbolistas y técnicos, circunstancia que tiene situado al club ahora en causa de descenso administrativo. El actual estado de las cosas está provocando, a su vez, tensiones entre los accionistas mayoritarios, discrepancias que se han mostrado casi desde el origen del proyecto por unos motivos u otros.