«Siempre seré un zaragozano más»

El croata Damjan Rudez ataca el aro rival
«Siempre seré un zaragozano más»
Asier Alcorta


Acaba de cumplir el sueño de cualquier jugador de baloncesto: ingresar en la NBA. 


Sí, es algo con lo que soñaba desde niño, desde que comencé a practicar este deporte a los siete años de edad. Es el premio a una carrera deportiva llena de tesón y esfuerzo. Estoy muy orgulloso. 


Además, Indiana es una de las mejores franquicias de la competición. 


Lleva años siendo uno de los equipos más potentes de la NBA, que siempre participaen la final de su Conferencia. Llegar a la mejor Liga del planeta ya es un reto muy atractivo, pero haber firmado con los Pacers hace que todo resulte mucho más apasionante. 


Usted manejaba propuestas de otros conjuntos. ¿Por qué, finalmente, se decidió por los Pacers? 


Porque ha sido, de largo, el equipo que más interés ha mostrado en mí. Me hizo una oferta el 1 de julio, nada más abrirse el mercado de fichajes de la NBA, demostrando con creces su confianza. Y el contrato contemplaba tres años de duración, lo que me aporta estabilidad. Tenía otras opciones, especialmente la de Cleveland; pero hubo otro aspecto que ayudó a mi elección...


¿Cuál? 


Hablé con el entrenador de Indiana (Frank Paul Vogel) y también con Larry Bird (presidente de operaciones), y me explicaron lo que quieren que aporte al equipo. Después de sus palabras, no me quedó ninguna duda: tenía que firmar por los Pacers. 


El histórico Larry Bird... 


Sí, el mismo. Y me sorprendió gratamente. En la cancha ha sido un jugador mítico, sin duda uno de los mejores de la historia; pero también es una persona impresionante, muy cercana, afable, con un gran carisma. Trabajar a su lado será una enorme satisfacción. 


¿Cúando conoce el interés de la NBA?


A principios de mayo, cuando aún restaba un mes para finalizar la Liga Endesa. Fue entonces cuando me llamó mi representante (Giorgos Dimitropoulos). Me dijo había algunos equipos interesados, porque necesitaban un tirador y mis características se ajustaban perfectamente a lo que estaban buscando. Con el permiso del CAI, viajé a los Estados Unidos nada más acabar la Liga española, y completé algunos entrenamientos con ellos. Afortunadamente, superé la prueba. 


¿Teme no responder a las expectativas generadas?


No, por supuesto que no. Acabo de dar un paso gigantesco en mi carrera y es el momento de disfrutar. Voy a jugar en un gran equipo y soy consciente de que la exigencia es máxima. Sin embargo, confío en demostrar que no estoy en la NBA por casualidad, sino que todo responde a mi trabajo, mi esfuerzo y mi dedicación. Lo daré todo para demostrar que merezco jugar en la mejor liga del mundo. Y más cuando el recorrido hasta aquí no ha resultado nada fácil. No olvido que, a lo largo de mi carrera profesional, he vivido momentos duros, muy duros. 


¿Aqué momentos se refiere? 


Por ejemplo, cuando perdí la confianza en mí mismo tras una mala temporada en el Olimpia Ljubljana, en Eslovenia. Me vine abajo anímicamente y, de hecho, tuve que regresar a Zagreb para recuperar mi carrera. También tuve dificultades en Bélgica, cuando fiché por el Oostende. Era muy joven, suponía mi primera experiencia fuera de casa y apenas jugaba. Fueron momentos muy complicados que, sin embargo, también tuvieron su lado positivo: como no me destrozaron, me hicieron mucho más fuerte. 


Nada que ver con sus dos temporadas en Zaragoza. 


Mi estancia en el CAI ha sido increíble, mejor de lo que nunca hubiera soñado. Sin duda, la etapa más bonita de toda mi carrera. No tengo palabras para definir lo que siento por ese club, por todas las personas que lo componen, incluida su maravillosa afición. No podría expresar el cariño que he recibido durante todo este periodo. El CAI me ha dado la oportunidad de jugar en la mejor liga de Europa; y además a un gran nivel, porque hemos sido capaces de competir con los conjuntos más poderosos del torneo. En Zaragoza me sentí muy cómodo desde el primer día. Nunca olvidaré mi relación con la ciudad. Todo ha sido perfecto. Siempre seré un zaragozano más. 


De su etapa aquí, ¿qué instantes destacaría?


Ha habido tantos buenos momentos... En estos dos años han sido muchos, más de los esperados, porque el equipo ha trabajado muy bien y ha obtenido numerosos éxitos. Hubo partidos históricos en todas las competiciones. Fue una gran experiencia. Destacaría la victoria del pasado año contra el Valencia, en los ‘play off’, después de tres prórrogas; y por supuesto nuestro triunfo en La Fonteta, que nos dio el pase a las semifinales y nos hizo finalizar terceros en la Liga. De la actual temporada, la experiencia europea ha sido muy positiva. Además, fue histórica nuestra presencia en las semifinales de Copa y nunca olvidaré nuestro triunfo contra el Barcelona. 


El CAI y Rudez han crecido de la mano. 


He sido muy afortunado por jugar en Zaragoza. Estoy orgulloso de haber formado parte de ese proyecto. Hemos tenido un grupo increíble de buenas personas que, además, también eran grandísimos jugadores. Había una química muy especial que se trasladaba a la pista. Espero, de todo corazón, que continúen los éxitos del equipo. Yserá así por todo lo que le rodea. 


¿Por ejemplo?


Su presidente, Reynaldo Benito, y todo el cuerpo técnico. No podría describir lo agradecido que le estaré siempre a José Luis (Abós), no sólo por sus grandes conocimientos, sino por haber confiado siempre en mí, sobre todo en los malos momentos. Esto es crucial para cualquier jugador. YWilly Villar (director deportivo) también tiene mucho mérito en mi carrera. Ellos, por su experiencia y su sabiduría, sacaron lo mejor de mí, me hicieron mejor jugador. Sin ellos, sin el CAI, nunca habría dado el salto a la NBA.