Ferrari se va a la cola

La ‘Scuderia’ hace su peor clasificación desde Malasia 2010: ni Alonso ni Raikkonen pasan de la Q1 por un grave fallo de estrategia. Rosberg conquista la ‘pole’ en una caótica sesión

El piloto español Fernando Alonso, durante la clasificación de ayer en el GP de Gran Bretaña, en Silverstone.
Ferrari se va a la cola
Fancois Lenoir/reuters

 La 50ª edición del GP de Gran Bretaña que acoge el circuito de Silverstone pasará a la historia para Ferrari. No por ser conmemoración de nada, sino por haber sido el escenario de una de las mayores pifias estratégicas de su historia, y eso que ha tenido algunas muy sonadas en los últimos tiempos. Fernando Alonso y Kimi Raikkonen parten hoy desde el fondo de la parrilla por un error que ni los equipos más novatos osarían cometer. La escuadra dirigida desde hace unos meses por Marco Mattiacci mostró las vergüenzas de un equipo que deambula por el campeonato, otro año más, como pollo sin cabeza. Hay que remontarse cuatro años, al Gran Premio de Malasia de 2010, para ver una gestión de la lluvia tan nefasta para sus dos pilotos: aquel día Alonso clasificó 17º y Massa 19º.


Para cualquier estratega de cualquier equipo de Fórmula 1, extensible al resto de categorías del automovilismo, en cualquier sesión de clasificación en condiciones de mojado hay que seguir un mismo patrón: salir con tiempo suficiente, hacer una vuelta cronometrada razonablemente buena y cubrirte en caso de que llueva aún más. Si sale bien y mejoras, eso que te has llevado, y si sale mal, no vas a empeorar el resultado con el que habías partido. Esta idea es la que siguieron en Marussia, que metieron por primera vez en su historia a sus dos pilotos en la Q2.


Las nubes con las que amaneció Silverstone ayer ya hacían presagiar el caos que luego llegaría en la clasificación. La tercera sesión de entrenamientos libres se disputó bajo la lluvia, y varios pilotos ni siquiera salieron a pista, como Max Chilton, con problemas en su caja de cambios –se la cambiaron y sufre una sanción de cinco plazas para este domingo–, Lewis Hamilton, Nico Rosberg y Fernando Alonso. En el caso del español, lo que buscaban era ahorrarse neumáticos de lluvia e intermedios, previendo lo que podía pasar unas horas después en la sesión más importante.


Así se llegó a la Q1, con la pista en condiciones de neumáticos intermedios que poco a poco fueron mejorando. Hamilton fue el más rápido, pero en cuanto se colocaron los lisos, Rosberg se aupó al frente, con un gran Daniil Kvyat detrás y un soberbio Jules Bianchi cuarto. El otro Marussia, el de Max Chilton, se coló en sexta plaza. Pero el interés se encontraba detrás: Alonso y Raikkonen no habían rodado aún con los neumáticos de seco y sus tiempos los habían conseguido con los intermedios, con lo que estaban eliminados.


Increíblemente, en lugar de ordenarles salir a la vez que los pilotos que ya iban mejorando, en Ferrari no supieron reaccionar. Para cuando mandaron a pista a Alonso y a Raikkonen, la pequeña ventana sin lluvia se había cerrado y la pista volvía a estar en condiciones muy complicadas para salir con los lisos. La presión hizo que Alonso cometiera uno de esos errores tan poco habituales en él, se salió de pista y se quedó sin tiempo para hacer una vuelta más. Mientras, a Raikkonen le afectaba la salida de pista de Adrian Sutil y tampoco podía mejorar su tiempo. Las caras en el box de Ferrari eran un poema.


Por otro lado, la lucha por la ‘pole’ no estuvo exenta de emoción, ni mucho menos. Nico Rosberg supo leer la definitiva Q3 mucho mejor que su compañero, al que un error a la hora de interpretar las condiciones de pista le privaron de una ‘pole’ que llevaba su nombre.

La carrera de hoy se antoja apasionante: ¿Lloverá?