"Es un día feliz para la afición del Zaragoza"

Víctor Muñoz subrayó su satisfacción por la permanencia en la rueda de prensa: "Estoy orgulloso de que el equipo se haya salvado del descenso a Segunda División B"

Víctor Muñoz, ayer, en la banda de la Romareda.
Víctor Muñoz, ayer, en la banda de la Romareda

Mientras la gente enfilaba el camino de sus casas harta de su equipo, traicionada por su club, dolida con las miserias de la temporada, el entrenador del Real Zaragoza, Víctor Muñoz, protagonizó una rueda de prensa desconcertante, en la que varios de los mensajes colisionaron con la auténtica realidad del momento. Víctor fijó el listón del objetivo, de su meta como relevo de Paco Herrera, en la permanencia. Nunca quiso elevar la voz mucho más allá de lo prudente, despegando su mirada de premios mayores. El diseño de la plantilla, todas sus carencias, respaldan esa postura conservadora. Ni Paco Herrera ni Víctor Muñoz han encontrado soluciones para componer un equipo competitivo, por mucho que la temporada, en el último mes, haya presentado ocasiones para, quizá, tal y como se ha desencadenado la Liga, aspirar a algo más.


Víctor Muñoz sintió tanta satisfacción con el punto sumado ayer que lo que debió ser la austera y protocolaria firma de un deber cumplido se transformó en un catálogo de mensajes desconectados de la cruda realidad del equipo y de la historia del club. Una de esas frases fue rotunda: "Es un día feliz para la afición del Real Zaragoza porque se ha evitado el descenso a Segunda B o algo peor". Otra no lo fue menos: "Estoy orgulloso de que el Zaragoza se haya salvado". Todo este discurso entró por los oídos de los aficionados que caminaban hacía sus hogares con la pasión consumida y enlutada, dejando atrás el estadio donde ha soportado la peor temporada de sus vidas, la más pobre desde los años 50. Lo expresó con una protesta al final del partido y así la valoró Víctor Muñoz: "Es una inercia, creo que la gente no se ha dado cuenta de lo que significa permanecer en Segunda en las circunstancias que tenía el Zaragoza hace unos meses. Por eso, están disconformes y decepcionados. Si yo me pongo esa camiseta de aficionado me que quejo de todo. Llevan muchos años sufriendo. Su opinión es libre". El entrenador recalcó cuál era su sensación tras cerrar matemáticamente la permanencia: "Muy satisfecho. Mi trabajo sin jugadores y sin actitud como la suya, o del cuerpo técnico, no es posible. Ha habido una excelente profesionalidad para conseguir este objetivo, que no era fácil cuando llegamos. A mí no me gusta entrenar en Segunda, pero aquí estamos. Y estoy orgulloso de que el Zaragoza se haya salvado", apuntó.


Muñoz le puso nota a la temporada: "Si el Zaragoza no está en Primera es que algo se ha hecho mal. Pero no solo este año, sino durante muchos. Ahora, ha sido la degradación. Y el Zaragoza ha sido un Zaragoza degradado. En mi etapa, la actitud de los futbolistas y su profesionalidad han sido indudables. Hemos estado muy pendientes de que el Zaragoza se mantuviera en Segunda. Era el objetivo planteado. Lógicamente, es decepcionante hablar de que el Zaragoza se esté salvando de descender a Segunda B, pero es la realidad. Hay que ser consecuentes con eso. Por eso es un día feliz para la afición, porque el Zaragoza incluso podría haber tocado la Segunda B o algo peor. A muchos aficionados quizá no le guste, pero esta es la realidad".Su futuro en el club

Sobre su futuro, Víctor fue explícito: "Estoy tan expectante como la gente por ver qué sucede. Algo ocurrirá. Ahora hay una incertidumbre total". Y concluyó deslizando que todo dependería del proyecto: "Sinceramente, las expectativas del Real Zaragoza son jugar en Primera y para eso hay que crear un equipo que juegue en esa categoría. Mantenerse en Segunda no es un reto nada justificado para lo que es el Zaragoza y su ciudad. Hace falta un equipo que puje por estar en Primera. Seguramente, con los jugadores del Éibar, el Zaragoza no hubiera subido. Con eso se dice todo".