Éxito del primer día de esquí en las estaciones aragonesas

El comienzo de la temporada de esquí en las estaciones invernales aragonesas no puede ser más esperanzador para los aficionados a deslizarse por la nieve y para los hosteleros de las zonas donde se ubican estas instalaciones debido a las intensas nevadas que han cubierto ya de blanco las laderas.

La jornada de puertas abiertas que ha tenido lugar  en las estaciones pirenaicas de Formigal y Candanchú ha constituido un prometedor preludio de lo que se espera que sea el inicio oficial de la temporada de esquí en Aragón, este sábado a primeras horas del día.

Para el gerente del Grupo Aramón, Mario Ortiz, la jornada previa de este viernes ha superado con creces todas las previsiones realizadas, con grandes colas coloridas que serpenteaban sobre la nieve a la espera de la apertura de las instalaciones, ha afirmado.

Lo cierto es que solo en la estación de Formigal esquiaban simultáneamente a las pocas horas de abrir cerca de 6.000 esquiadores animados por el "todo gratis".

La cifra de esquiadores llegaba a más de 10.000 si contamos todas las estaciones aragonesas que han abierto sus puertas este viernes. El ansia de esquíar ha provocado retenciones puntuales en la carretera hacia la estación de Formigal. 

Para Ortiz, la gran cantidad de nieve caída en las últimas semanas son un "buen signo" de cara al desarrollo de una temporada que, a su juicio, podría convertirse en una de las mejores de los últimos años si la meteorología se pliega a las esperanzas de usuarios y promotores.

Todas las estaciones de Aramón en los Pirineos, las de Formigal, Panticosa y Cerler, así como las de Valdelinares y Javalambre, en Teruel, se preparan para su inminente apertura, con sus instalaciones prácticamente preparadas al completo para dar cumplida respuesta a los aficionados al esquí.

Las dos estaciones restantes, las de Candanchú y Astún, también afrontan con ilusión el inicio oficial de la temporada, y sin pensar demasiado en los posibles efectos de la crisis sobre la oferta debido a los "buenos presagios" que supone la presencia de nieve abundante antes de comenzar el mes de diciembre.

Para el gerente de Aramón, "el poder empezar la temporada de esquí una semana antes de lo previsto (en alusión al puente festivo de la Constitución) y, además, con buenas previsiones de nieve, es un buen augurio de cara al futuro".

Los "buenos augurios" se apoyan en una potente oferta de nieve que representa el 30% del dominio del esquí en España, con casi 370 kilómetros esquiables, 339 pistas balizadas adaptadas a todos los niveles y 117 remontes con capacidad para transportar a casi 143.000 esquiadores a la hora.

Buenas perspectivas que han favorecido, según Ortiz, que las reservas comiencen a funcionar bien de cara al puente de la Constitución, y aún mejor con vistas a las fiestas de Navidad.

Por esta razón, los hosteleros también se muestran esperanzados en el desarrollo de una temporada que ha empezado antes de lo previsto debido a la gran cantidad de nieve caída y que a algunos establecimientos ha cogido por sorpresa.

Según el gerente de la Asociación Turística del Valle de Aragón, Ángel Bandrés, en cuya zona se ubican las estaciones de Candanchú y Astún, el poder abrir las instalaciones antes de las fechas previstas y con nieve abundante tiene un "efecto psicológico bueno" de cara a los aficionados al esquí.

La contención de precios, las campañas de promoción, y las previsiones de nuevas nevadas son presagio de buenas perspectivas para los hosteleros a pesar de la crisis.

Para la presidenta de la Asociación Turística del Valle de Tena, Lorena Sánchez, estos signos son preludio de un buen funcionamiento de las estaciones de su zona, las de Formigal y Panticosa (que abrirá el 5 de diciembre).

Algo que también opina el responsable de la Asociación Turística del Valle de Benasque-Cerler, Jorge Llanas, que se ha mostrado confiado en que los aficionados respondan esta temporada a pesar de la crisis, cuya influencia, a su juicio, "dependerá de la cantidad de nieve que haya en las pistas".

Los tres admiten, sin embargo, que es difícil planificar con antelación la ocupación, ya que la crisis ha provocado un cambio de comportamiento entre los aficionados, que esperan a última hora para hacer sus reservas a fin de asegurarse de que podrán disfrutar de buen tiempo y de nieve para practicar el esquí.