Dopaje

Reputación y dinero se entremezclan en la caída en desgracia de Armstrong

Podría suponerle pérdidas cercanas a los 150 millones de dólares en los próximos diez años, de acuerdo con la revista financiera Forbes.

El ex ciclista estadounidense Lance Armstrong
Armstrong participó en un sofisticado programa de dopaje
AFP

La polémica retirada de los triunfos ciclistas de Lance Armstrong constituye un caso inédito de total caída en desgracia de una estrella deportiva que ha impactado a la opinión pública de Estados Unidos.


En una sociedad fascinada por el éxito como la estadounidense, el caso de Armstrong es especialmente doloroso porque había cobrado el rango de héroe nacional tras haber superado un cáncer testicular para volver a la cima ciclista y totalizar siete victorias en el Tour de Francia, el mayor número de la historia.


En Estados Unidos, periódicos como The New York Times han tardado en reconocer la gravedad de las acusaciones, aunque en su edición de este domingo publicaba un amplio reportaje, titulado "Cómo cayó el muro de Armstrong corredor a corredor", en el que sacaba a la luz la masiva trama de dopaje del ciclista tejano.


En él, se revelaba la presión y el pacto de silencio sobre sus compañeros del US Postal, entre ellos, George Hincapie, uno de sus más cercanos amigos, para evitar que se conociesen sus años y métodos de dopaje (entre 1999-2005, de acuerdo a la Agencia Antidopaje de Estados Unidos (USADA).


El impacto aumenta si se tiene en cuenta la magnitud y prestigio de su fundación "Livestrong" de lucha contra el cáncer, que goza de gran prestigio en Estados Unidos y es capaz de reunir sumas millonarias en sus eventos de recaudación de fondos.


Esta misma semana, Armstrong apareció en la gala en la que se celebraba el decimoquinto aniversario "Livestrong" en Austin (Texas) junto con los actores Sean Penn y Robin Williams, además de la cantante Norah Jones, y recaudaron cerca de 2,5 millones de dólares.


En ella, Armstrong reconoció los difíciles momentos que vive, pero aseguró: "la misión es más grande que yo".


Dos días después, la Unión Ciclista Internacional (UCI) le despojaba de sus siete victorias en el Tour de Francia y le sancionaba de por vida.


A la pérdida de su reputación deportiva se suma la penalización económica, que podría suponerle pérdidas cercanas a los 150 millones de dólares en los próximos diez años, de acuerdo con la revista financiera Forbes.


Además, deberá hacer frente a las solicitudes de devolución de premios, como la de la Federación Francesa de Ciclismo (FFC) para que el estadounidense reembolse los 2,9 millones de euros ganados en la ronda francesa o la de la aseguradora SCA, que entregó a Armstrong 12 millones de dólares y que ahora "valora" reclamar esos pagos.


Sin embargo, el grueso de las ganancias de Armstrong, que en 2010 Forbes ubicó en torno a los 21 millones de dólares, provenía de sus suculentos contratos de patrocinio con la marca de ropa Nike, las bicicletas Trek o las gafas Oakley, la última en anunciar que retira su respaldo al tejano.


La prensa estadounidense ya ha subrayado las comparaciones con otros astros deportivos que también se enfrentaron a súbitos varapalos públicos que mancharon sus reputaciones, como los escándalos sexuales del golfista Tiger Woods y el baloncestista de Los Angeles Lakers, Kobe Bryant.


"Las razones de que Nike se mantuviese con Woods y abandonase a Armstrong tienen que ver más con el dinero. Tanto Woods como Bryant todavía están haciendo mucho dinero para la compañía. Woods sigue siendo la gran atracción del golf, mientras que Bryant ha ganado varios títulos de la NBA", escribe el diario neoyorquino.


Nike, de momento, ha asegurado que mantendría su respaldo a la fundación Livestrong