En Aragón

El deporte femenino, tras el sueño olímpico

Los equipos aragoneses luchan por cada partido lejos de los focos y las medallas. A pesar de los problemas financieros, el trabajo de cantera es la clave del éxito.

Las deportistas aragonesas regresan
Las deportistas aragonesas regresan tras su experiencia olímpica
A.A.C

El deporte femenino ha sido el gran protagonista español en los Juegos Olímpicos de Londres. El mayor exponente aragonés de este éxito se llama Andrea Blas, gracias a su medalla de plata conseguida en waterpolo. Deportista aragonesa, formada en un equipo aragonés y en las filas del Club Escuela Waterpolo Zaragoza. ¿Qué más se puede pedir?


Sin embargo, de forma paralela, dos clubes del deporte femenino aragonés han tenido que decir adiós a sus equipos de élite por problemas financieros: Mann Filter y F.S Zaragoza 2002. Lo que parece claro es que nunca llueve a gusto de todos, o lo que es peor, la falta de financiación está 'matando' el deporte femenino.


Mucho entrenamiento en la pista y muchas cuentas en los despachos

El éxito deportivo de estos equipos se resume con el manido: trabajo, trabajo y más trabajo. Sin embargo, en los despachos a las libretas de cuentas les faltan ceros y el teléfono echa humo en busca de patrocinadores, da igual su tamaño. Cualquiera que pueda aportar bienvenido es.


“Las aportaciones privadas son pequeñas, y el resto de financiación sale de las cuotas de las jugadoras”, explica Alfonso Pérez Ferrer, presidente del Intersala Promises, equipo de fútbol sala que este año competirá en la División de Plata, “y este año haremos hasta lotería de Navidad para sufragar costes”, prosigue.


La ayuda pública, de la DGA, solo la reciben equipos que compitan en la máxima categoría del deporte nacional, por lo que conjuntos como Intersala Promises, Clickseguros Casablanca y otros clubes que compiten en la segunda categoría-aún sin tener equipos aragoneses en una división superior- no tienen subvención.

Crecer desde abajo

Intersala Promises se ha convertido en una de las referencias del fútbol sala femenino aragonés. Con el trabajo de cantera -dos de sus equipos inferiores fueron campeones de España la pasada temporada- han registrado ascenso por año inscribiéndose esta campaña en la división de plata del fútbol sala femenino español. Todo esto, tres años después de su fundación.


Con una plantilla con muchas jugadoras en edad cadete -entre 15 y 16 años-, este equipo se ha ubicado en la segunda categoría del fútbol sala femenino. "Confiando en nuestras jugadoras más jóvenes", dice orgulloso su presidente.

El Prainsa y el Clickseguros

Por su parte, Prainsa Zaragoza es uno de los históricos del deporte femenino aragonés y sigue al pie del cañón confiando en el trabajo de las más jóvenes, que son la base del primer equipo. Con jugadoras como Lucía Fuertes convocadas con las selecciones inferiores de la selección española. 


La confianza en la cantera es la forma de existir de un equipo que no recibe prácticamente ayudas y que sigue luchando por estar en lo más alto de la clasificación general ante secciones de conjuntos de la Primera División de la LFP como F.C Barcelona, Espanyol, Rayo Vallecano o Atlético de Madrid entre otros.


Otro de los ejemplos del éxito de cantera es el Clickseguros Casablanca, que en la temporada que da comienzo contará con 8 aragonesas, alguna de las cuales llevan vistiendo la camiseta verde desde la categoría alevín. Tras acariciar el ascenso a Liga Femenina 2 quieren seguir con la misma fórmula.


“La clave es tener una estructura que empiece desde abajo con jugadoras con sentimiento por el club y no gastarnos lo que no tenemos”, explica Carlos Navarro, delegado de la sección de baloncesto de Stadium Casablanca.


Deporte minoritario con medalla.

Uno de los referentes del deporte femenino aragonés es el Club Escuela Waterpolo de Zaragoza. Un deporte minoritario, actualmente sin patrocinador que lucha por los puestos punteros de la División de Honor Nacional y que tiene -y mantiene- en sus filas a toda una medallista olímpica como Andrea Blas.


“Las ayudas en un deporte femenino y sobre todo poco mediático como el waterpolo son más escasas que en el resto de deportes”, explica Jesús María Montaner, vicepresidente del Club Escuela Waterpolo Zaragoza. Sin embargo, el esfuerzo de los clubes y las jugadoras resisten al agua que les llega al cuello. 


Se trata de una realidad que se intenta olvidar cuando cada fin de semana se salta a la pista, al césped o a la piscina para conseguir las metas deportivas. Porque no todo son focos y medallas. Los goles y las canastas son reales con o sin televisión o información mediática. El deporte femenino sigue partido tras partido.