Tour de Francia

Una semana marcada por la fatalidad

Las caídas han sido las grandes protagonistas de la primera semana del Tour. Un fenómeno que ha mermado seriamente al pelotón español y cuyo origen resulta difícil de explicar.

Una caída durante la sexta etapa del Tour de Francia
Una semana marcada por la fatalidad
STRINGER

“En la primera semana del Tour hay mucho que perder y poco que ganar”. Fernando Escartín, que logró el tercer puesto de la ronda gala en la edición de 1999, refleja de esta manera la plaga de caídas que han marcado la primera semana del Tour de Francia. Una cadena de desgracias que parece haberse cebado de manera especial con el pelotón español, obligando a abandonar hasta a siete corredores y mermando las opciones de otros como Alejandro Valverde. Desdichas inherentes a la competición cuya consecución parece difícil de evitar.


Debido a su dilatada experiencia en la ronda francesa, nueve participaciones le avalan, Escartín recuerda inicios tan accidentados como el presente, aunque explicados por diferentes realidades. “En la primera edición en la que nos dejaron usar manillares de contrarreloj en carrera sucedió algo similar, con muchas caídas y corredores afectados. Aunque ahora no existe ese factor”, rememora.


Por ello, la “mala suerte” parece el agente más sensato al que culpabilizar lo vivido durante las primeras nueve etapas. “Las caídas son lances de carrera. Casi siempre, el sortearlas o no escapa al control del ciclista. Algunos consiguen seguir hacia delante y otros lamentablemente se quedan en ellas”, reflexiona el de Biescas. Aunque, en su opinión, el diseño del recorrido puede potenciar más o menos estas situaciones. “Quizás, si como en el caso de la Vuelta se añadiese algo de montaña al principio, esto serviría para clarificar las cosas antes. En el Tour, donde existen mucha tensión y nervios, durante la primera semana todo el mundo se ve capaz de lograr algo. Por ello, en la parte de adelante, se va al límite y en ocasiones se pueden producir montoneras”, analiza el escalador.


Preocupación olímpica


Sin duda, antes de que el Tour comenzase, en la expedición española destacaban los nombres de Samuel Sánchez y Alejandro Valverde. Curiosamente, un desafortunado percance entre los dos sirve para ilustrar la mala racha experimentada hasta la fecha. Tras él, el vigente campeón olímpico se vio obligado a volver a casa quedando en peligro su participación en la cita londinense. Por su parte, el jefe de filas del equipo Movistar cerró por completo sus aspiraciones de lograr el 'maillot' amarillo en la que es su reaparición en la prueba ciclista más importante del mundo.


La lista de abandonos se ha cebado especialmente con el equipo olímpico. De los cinco seleccionados para representar a la delegación española, tres se han visto obligados a abandonar antes de hora. Además de Sánchez, José Joaquim Rojas y Óscar Freire también sintieron el dolor del asfalto francés en sus cuerpos. Percances que, además, también han sufrido otros como Mikel Astarloza, Amets Txurruka, Imanol Erviti o José Iván Gutierrez. Todos ellos ya tristemente fuera de carrera.


Wiggins, favorito


En la otra cara de la moneda, aquellos que han conseguido hacer la ronda suya durante las primeras pedaladas. Con muchos kilómetros por recorrer todavía, el grupo de favoritos parece haberse delimitado en un cuarteto que anda al ritmo que marca el poderoso equipo Sky. Así lo ve Fernando Escartín, que no duda en señalar a Wiggins como el principal favorito al triunfo final. “Todavía queda mucho pero Wiggins se ha mostrado como el más fuerte hasta el momento. A su ritmo solo parecen estar Evans y Froome, que es de su equipo y no le va a perjudicar. Nibali puede optar al podio, pero no veo más alternativas ya”, explica el altoaragonés.


Desde fuera, Haimar Zubeldia intenta hacerse un hueco lo más arriba posible. De momento, en todas sus declaraciones, el del Radioshack prefiere mostrarse cauto, eliminando el podio de su lista de objetivos. Para Escartín, queda por ver “cómo le responden las piernas en el tramo final de la carrera”, aunque parece claro que, por lo menos, puede optar a un meritorio lugar “entre los cinco primeros”.