El acelerón de Pedro

Con 16 años, Pedro Rodríguez entró ayer a formar parte del selecto grupo de pilotos que participan este fin de semana en el Gran Premio de Aragón en Motorland. El zaragozano, en el Ongetta Team, acabó muy contento con su estreno en 125 cc.

El zaragozano Pedro Rodríguez, con su Aprilia, sale del 'box' del equipo Ongetta, ayer en la primera sesión de entrenamientos.
El acelerón de Pedro
JOSé MIGUEL MARCO

Una sobredosis de enorme satisfacción. Pedro Rodríguez se alimentó con una ración suprema de confianza en su estreno mundialista. El joven piloto zaragozano no cabía en el mono del empacho de alegría tras rodar con su Aprilia en casa, en un circuito que llevaba en sus sueños y que ayer se dejó acariciar por el aragonés.


Con 16 años, Pedro forma parte del selecto grupo de pilotos que participan este fin de semana en el debut mundialista de la joya de Motorland Aragón, el trazado de velocidad diseñado por Hermann Tilke, que vivió su primera jornada de entrenamientos libres marcados por la lluvia. El Gran Premio de Aragón en Alcañiz es el Gran Premio de Pedro Rodríguez, que hace unos meses, cuando se estrenaba en el Campeonato de España de Velocidad (CEV) no imaginaba que iba a entrar por la puerta grande del circo de las dos ruedas. "He pasado de ser desconocido a un protagonista. Un Mundial no lo corre cualquiera y soy un privilegiado. Es todo un orgullo y voy a darlo todo para hacerlo lo mejor posible", señalaba ayer Pedro en el 'box' de su equipo, el Ongetta Team italiano.


La lesión del piloto francés de 125cc Alexis Masbou, que no consiguió acabar la carrera de Misano, hizo que los primeros rumores llegaran a casa de los Rodríguez. Si Masbou no se recuperaba a tiempo para competir en Alcañiz, sería el benjamín quien le sustituyera. La noticia se confirmó el pasado lunes. El jueves, al mediodía, Pedro Rodríguez pisó el 'paddock' de Motorland. Era el momento de conocer a sus compañeros: "Me han acogido como si fuera uno más, como si llevara todas las carreras. La panda del chupete -dice entre risas-. Somos todos muy jovencitos". El alemán Jonas Folger, el malasio Zulfahmi Khairuddin, el noruego Sturla Fagerhaug y el francés Robir Barbosa son sus colegas de competición, con los que comparte experiencias en el 'motorhome'. Cuerpos de niños, gestos de hombres maduros. Como Pedro, cuya vida ha pegado un acelerón: "Impresiona todo lo que ves; esto es otro mundo, muy distinto al Nacional. Verte cerca los reyes del circuito, es alucinante. Pero no me tiene que afectar. Voy a pensar que estoy en una carrera normal y corriente. Hay que disfrutar".


Con 12 años se estrenó con victoria en la primera prueba de la Challenge RACC 2007. La temporada pasada finalizó cuarto en el Trofeo Bancaja en 125cc y tomó parte en el campeonato Mediterráneo. Esta campaña, ha dado el salto al CEV, una de las competiciones más relevantes del calendario y, para muchos, un paso previo para dar el salto al Mundial. Ayer, Pedro se subió a la Aprilia de Masbou que luce el número 16 -"más potente y con el chasis es diferente"- y descubrió las primeras sensaciones al rodar en un circuito de primer nivel que se mojó de lo lindo. "Es muy técnico y variado. Tiene curvas de todo tipo: cerradas, abiertas.... No se acopla mucho a mi estilo, porque me gusta el paso de curva muy rápido. El 'sacacorchos' es la zona más complicada, especialmente si llueve. Hay que ser muy prudente para evitar caídas", detallaba. En la primera sesión, el zaragozano circuló en seco cuatro vueltas, pero luego cambió el decorado. "Me encontrado bien; la moto es muy parecida a la mía aunque he tenido que hacer algunos reglajes, pero va bien. Ha sido un poco extraño el cambio de seco a lluvia, pero he acabado contento", explicaba. La primera toma de contacto le llevó al puesto 21 (2:14.040). En la grada, el calor de su gente más querida: 'Pedro Rodríguez, estamos contigo', anunciaba la pancarta.


La segunda tanda, que empezó a las 15.10, fue dura. El cielo, de un gris plomizo, no auguraba nada bueno. Un intenso aguacero acompaño a los pilotos de 125 cc. Había que evitar caídas. Imposible coger la recta a 225 km/h como impulsó su Aprilia al punto de la mañana. La prudencia se impuso: terminó 25º (2:22.238) en una parrilla de treinta.


A la entrada del 'box' del Ongetta le esperan sus mecánicos David y Dado para mimar la máquina. Pedro se seca la cara, bebe agua, respira tranquilo: "Bien, todo va bien. Mañana (por hoy), la 'qualy' y el domingo, a gozar".