BALONCESTO

España firma la segunda semifinal desde 1984

España y Croacia se enfrentan, en uno de los partidos importantes de la jornada, por un lugar en el la semifinal del baloncesto olímpico. Liderados por Pau Gasol tratan de vencer a los Croatas.

España regresó a las semifinales de los Juegos Olímpicos veinticuatro años después de la primera y única ocasión que las ha disputado (Los Angeles'84), con un claro triunfo sobre Croacia que le asegura una doble oportunidad de medalla, bien en la final, bien en el partido por el bronce, un logro que también merece sitio reservado en los anales de la historia.


La defensa amarró el pase a la primera semifinal olímpica de España desde Los Angeles'84, que abrió las puertas de la única final de la historia con un triunfo sobre la mítica Yugoslavia de la década de los ochenta. Hace cuatro años, en Atenas, el estadounidense Stephon Marbury bombardeó a la selección nacional desde el arco de triples y le endosó la única derrota del campeonato. Eran los cuartos y bajó a España al séptimo puesto.


Luego se repartieron el oro Argentina e Italia, dos equipos que habían sido cómodamente derrotados por los hombres que entonces dirigía Mario Pesquera en la primera fase. El revés frente a los Estados Unidos escoció mucho. Marcó al equipo a sangre y fuego. Tanto, que ha estado cuatro años deseando regresar a los cuartos de final olímpicos para limpiarse el alma de aquella triste noche ateniense.


Los Juegos han sometido a los campeones del mundo a todo tipo de pruebas, desde un debut contra los subcampeones mundiales (Grecia), hasta una remontada y un triunfo en la prórroga frente a los anfitriones (China), un duro correctivo ante los Estados Unidos y, fuera de la propia competición, numerosas complicaciones físicas de distintos hombres.


El caldo de cultivo ha contribuido, por tanto, a que los internacionales de Aíto García Reneses esperasen a Croacia con las garras afiladas. Sin olvidar que los hombres de Jasmin Repesa les ganaron por un punto en el último partido de la primera fase del Europeo 2007, en Sevilla, mediante un triple sobre la bocina del madridista Marko Tomas.


España les tenía ganas y tenía ganas a la eliminatoria de cuartos. Quería sacarse dos espinas profundamente clavadas, evitar que se enquistaran. Extrajo la cabeza de ambas con defensa y un Pau Gasol rompedor dentro de la zona croata desde el primer balón. Croacia, sin Marko Popovic por lesión -fascitis plantar en el pie izquierdo-, chocaba una y otra vez con el muro levantado delante del aro español.


En zona, en individual o, incluso, en presión en todo el campo, la selección nacional asfixió al peligroso conjunto de Jasmin Repesa, liberado de cualquier presión desde que consiguió clausurar doce años de ausencia en los Juegos -no participaba desde Atlanta'96- a través del Preolímpico de Atenas.


Pau Gasol disputaba el partido número cien con la camiseta de la selección español y lo celebró a lo grande. En el primer tiempo jugó doce minutos y anotó catorce puntos, un promedio superior al punto por minuto. Se sentó en el banco con diez puntos de renta para España y el choque encarrilado (29-19).


Enfrente, Repesa hurgaba en el banquillo para dar con un quinteto capaz de erosionar la defensa de los campeones mundiales. Enseguida recurrió a Zoran Planinic pese a que éste sufría las secuelas de un hematoma en la cadera izquierda ante Lituania. No dio con la tecla.


Pero no sólo por la baja de Popovic. También por el eficaz trabajo de protección español, que mantuvo a Croacia con una sola canasta en juego hasta el minuto siete -obra de Marko Banic (12-4)- y borró del encuentro a Tomas (cuatro puntos hasta el intervalo). La formación nacional agarró el pase a semifinales y no lo soltó.


Además, la principal virtud de los croatas, el tiro de larga distancia, también fracasó contra la actividad defensiva española (uno de once a los veintiséis minutos). Todos los aspectos del encuentro, ya fueran emocionales o numéricos -pese a que las estadísticas daban poco lustre, con porcentajes en la lanzamiento más bien normalitos tirando a flojos- sonreían a España.


Un 47-28 (m.26) plasmó la máxima diferencia del choque ya dentro del tercer cuarto. Croacia empezó a desesperarse, a pensar que la única opción que le quedaba consistía en endurecer el juego, en llevar el juego al terreno de lo físico. Con dos de trece en triples (50-36 m.29), poco más podía intentar.


Ahora, España tardó en cerrar la contienda. Pudo haberlo hecho en el tercer periodo, pero lo dejó pendiente (51-38) y un triple de Marko Tomas en la salida del último corte (51-41) sugirió unos segundos de duda que, inmediatamente, volaron al limbo en sendas acciones de Rudy Fernández, Pau Gasol y Alex Mumbrú (59-41 m.32).


España ya no volvió a complicarse la vida. Caminó con paso firme hasta las semifinales. Puso un pico de veintidós tantos en el marcador (63-41 m.35) y accedió plácidamente a las semifinales. Otros cuartos malditos, los olímpicos, han terminado bajo el pie de la selección española.