Gran rendimiento de los españoles en un día loco

Los triunfos de Fernando Echavarri y Antón Paz en el debut de la clase Tornado, y Rafael Trujillo, en la última prueba antes del comienzo de la "medal race", marcaron una jornada extraña en la que el viento jugó al ratón y al gato con el Comité de Regatas.

Los españoles tuvieron, en líneas generales, un buen rendimiento en el sexto día de las regatas olímpicas que se disputan en Qingdao, en una jornada loca en la que el viento jugó al ratón y al gato con el Comité de Regatas.


Dos triunfos, el logrado por Fernando Echavarri y Antón Paz en el debut de la clase Tornado, y el de Rafael Trujillo, en la última prueba antes del comienzo de la "medal race" en la que se dirimirán las medallas y en la que ha logrado colarse, marcaron una jornada extraña en la que el viento hizo de la suyas y volvió locos a todos.


Además de estos dos brillantes triunfos hay que destacar la tercera posición conseguida por el canario Javier Hernández en Laser y la quinta de Marina Alabau en RS:X femenino, mientras que el otro lado de la moneda lo representan Natalia Vía-Dufreste y Laia Tutzo en el 470 femenino, con el que vivieron su jornada negra.


La sexta jornada de competición, en la que las previsiones meteorológicas señalaban como perfecta para la competición, empezó mal, con el viento jugando al ratón y al gato con la organización, que tenía para previstas para este viernes un total de 27 regatas, con las que trataba de reorganizar un programa descolocado tras las masivas anulaciones de ayer.


En principio todas las clases se fueron al agua para, un par de horas más tarde, volver a tierra, ya que el viento no sólo no se asentó, sino que bajó radicalmente de intensidad. Sin embargo, la organización no se dio por vencida y cuando todo parecía indicar que iba a ver otra anulación de todas la regatas, dieron la orden de volver al agua a las 15:30 hora local (11:30 GMT).


Deprisa y corriendo montaron los distintos capos de regata y dieron la orden de salida al borde del tiempo límite, siendo los primeros en comenzar Yngling y Finn, a los que se fueron añadiendo el resto de las clases, salvo 49er.


Con el Finn llegó la primera alegría. El gaditano Rafael Trujillo salió dispuesto a dar el todo por el todo para quitarse la espina clavada por sus malos resultados hasta ahora. Sus palabras del día anterior cuando dijo que quería la victoria para por lo menos terminar con una sonrisa, fueron una premonición de lo que iba a pasar.


Se situó tercero en la primera marca para ser líder en las dos últimas, superando incluso al mejor de la clase, el inglés Ben Ainslie. Tan solo faltaba por saber si se obraría el milagro de colarse en la regata por las medallas y se produjo cuando el italiano Giorgio Poggi cruzó la línea de llegada en el noveno lugar, lo que le dejaba undécimo en la general y daba paso al gaditano como décimo.


Luego llegaría el pataleo del italiano. Presentó una reclamación contra el griego Emilio Papathanasiou, que le precedió en la línea de llegada, para tratar de subir puestos. Sin embargo, fue desestimada por los jueces, dejando todo como estaba, a él fuera y a Trujillo en al regata entre los diez mejores, prueba en la que tratará de obtener un diploma olímpico, pues las medallas están ya fuera de su alcance.


La otra alegría llegaría con el Tornado y no por esperada, menos importante. Fernando Echevarri y Antón Paz quisieron presentar sus credenciales para una medalla y lo hicieron imponiéndose en su debut con una gran autoridad. Lucharon con los griegos a brazo partido toda la manga, pero en cuanto tuvieron su oportunidad se deshicieron de estos y se llevaron la victoria.


Los estadounidense, los del gennaker de marras que tanto lío han montado en los días previos, terminaron decimocuartos, demostrando así que en cuanto el viento sube, en la misma proporción ellos bajan.


El canario Javier Hernández, en el Laser, se quiso unir a la fiesta. También lo avisó el día anterior. Quería desquitarse de los malos resultados obtenidos en las primeras mangas. Llegó a ir a líder en los dos primeros tramos y aunque al final tuvo que ceder ante el británico Paul Googison y el sueco Rasmus Myrgren, esa tercera posición le supo a gloria. Es undécimo en la general, pero todavía no lo ha dicho todo.


En RS:X Marina Alabau continúa paso a paso hacia la lucha por las medallas. Fue quinta en la única regata que pudieron disputar las tablas, demostrando que en cuanto hay viento es una de las favoritas. Esto ocurrió mediada la prueba y ella subió como la espuma hasta terminar en un excelente quinto lugar que la mantiene tercera en la clase.


Iván Pastor, en el RS:X masculino no pudo seguir el mismo camino de Marina. El de Santa Pola fue muy irregular en la prueba, llegando a navegar vigésimo cuarto, luego lo arregló y terminó decimocuarto para ser decimosexto en la general.


Como todo no podía ser bueno, Natalia Vía-Dufresne y Laia Tutzo, en el 470 femenino, fueron las encargadas de bajar al equipo español de la nube. Si en las primeras regatas fueron las encargadas de dar las alegrías, ahora han bajado su rendimiento peligrosamente. Un decimotercero y un decimoséptimo en esta jornada les ha llevado a bajar puestos en la general, donde ahora ocupan la séptima posición. Tuvieron hoy su jornada negra, pues nunca optaron a los primeros puestos.


En esa misma clase Onán Barreiros y Aarón Sarmiento continúan en su línea de ir paso a paso, sin grandes alardes pero sin grandes fallos. Tan solo pudieron disputar una regata en la que fueron decimoterceros, con lo que son séptimos en la general. Siguen su línea, inmutables, sin presión.


En Yngling se consumó el desastre. Terminaron su andadura en los Juegos con un noveno puesto que no les sirve para avanzar en la general, en la que son decimocuartas, por lo que no disputarán mañana la "Medal Race" en la que entran las diez primeras.


Susana Romero, en el Laser Radial, comenzó su cuarta prueba con una gran salida que la llevó a ser tercera al paso por la primera baliza. Sin embargo, tuvo la mala suerte de tocar el barco del Comité, por lo que se tuvo que penalizar, por lo que fue adelantada por un buen número de barcos y ya no pudo recuperar.


En Star, donde no hay representación española, la victoria en esta su primera regata fue para el equipo sueco formado por Fredrik Loof y Anders Ekstrom.