ZARAGOZA 0-1 ATLÉTICO DE MADRID

Pelea sin premio

El Real Zaragoza acabó sucumbiendo ante el Atlético de Madrid en un duelo que dominaron los colchoneros, pero en el que los de Aguirre estrellaron dos balones en la madera en la segunda parte.

Álvaro Domínguez pelea por un balón con N'Daw y el serbio Iván Obradovic
0 Real Zaragoza
0 Atlético de Madrid
EFE

Llegaba el conjunto aragonés con ganas de aprovechar la mala racha madrileña. Para ello, el técnico mexicano hacía debutar a N’Daw de titular, que junto a Gabi y Ponzio formaba un tribote pensado para destruir el juego visitante.


Sin embargo, el experimento no funcionó como estaba previsto y los madrileños dominaron el tramo inicial del choque. Las botas de Reyes y Agüero generaban peligro en cada jugada, una situación que encerraba a los aragoneses en su área. Resistiendo como podían las embestidas de un conjunto que, esta vez, si se parecía a su versión más teórica.


Primero Gabi y luego Leo Franco salvaban sendas ocasiones sobre la línea de gol. Dos avisos que ponían un nudo en la garganta de la afición aragonesa, que se sufría junto a su equipo. En ataque el daño era mínimo. Sinama se movía mucho, muy motivado ante su ex equipo, pero no generaba peligro. Gabi, con tantas ganas como casi siempre, lo intentaba también con internadas desde segunda línea, pero tampoco conseguía inquietar al joven De Gea. Por ello, el empate a cero con el que se acabó fue aplaudido por el público local.


Aguirre buscó ir a por el partido e hizo entrar a Bertolo por Sinama. El volante, en su primera jugada, aportó lo que se esperaba. Mucha profundidad, que le llevó a desbordar una y otra vez por la izquierda. El cambió noqueó al Atleta, pero no supuso un tanto para los aragoneses.


El que no falló fue Agüero. Una contra, cuando mejor plantado estaban los locales, desbarató la línea trasera y acabó con el Kun introduciendo la pelota en la portería. La estrella del Atlético no perdona, buscó el gol en cada ataque de su equipo y obtuvo premio a su gran trabajo.


En busca madera, Jorge López y Uche ingresaron por N’Daw y Boutahar. El nigeriano se mostró faltó de costumbre en su primer balón y realizó un mal control. La segunda que le llegó recortó dentro del área y mandó un fuerte chut contra la madera. La ocasión más clara de los aragoneses en todo el encuentro.


También la tuvo Bertolo. Su oportunidad fue menos clara, ya que golpeó en la cara exterior del palo, aunque lo suficientemente intencionada para que el graderío pudiese soñar con el empate.


Sin embargo no hubo tiempo para más. Los locales se dejaron la piel, algo que agradeció La Romareda despidiéndoles con una ovación pese a no haber conseguido puntuar. Se perdió la batalla pero hay muestras de que los blanquillos siguen al pie del cañón.