Luchas vitales y literatura arriesgada convergen en los Premios Cálamo

Una librería es un lugar que propicia encuentros plurales de sueños, historias, palabras y autores. Y los premios de la librería Cálamo, con la selecta cosecha de 2009, se convirtieron ayer en el punto de conexión de cuatro autores que coincidieron por primera vez: el barbastrense Manuel Vilas, cuya tercera novela 'Aire nuestro' fue elegida por votación de los lectores como el mejor libro del año pasado; el zaragozano Antonio Altarriba y el catalán Kim, autores de 'El arte de volar', primer cómic que se reconoce en estos galardones; y el trabajo con el que hace ya una década se dio a conocer el marroquí Abdelá Taia, 'Mi Marruecos'.

"Se dice que los libros no viven mucho en las librerías, y yo estoy contento de que mi primer libro, que escribí el siglo pasado, continúe todavía vigente en el siglo XXI", subrayó con humor Abdelá Taia, el particular descubrimiento -por qué no- de estos Cálamo.

Desde 'Mi Marruecos', en el que nos hace partícipes de su historia más íntima hasta que se instala en París, ya ha publicado seis trabajos más. Siempre con un compromiso claro. "Escribo por el cambio en mi país natal, que no vendrá desde el poder; es necesario que la gente joven se despierte y se rebele", recalcó.

El mejor ejemplo, su último proyecto: 'Cartas a un joven marroquí', un volumen en el que un grupo de veinte artistas e intelectuales marroquíes se comprometen por la libertad y que se acaba de distribuir gratuitamente con el semanario independiente marroquí 'Tel Quel'. El mismo en el que en enero de 2006 Taia reconoció públicamente su condición de homosexual y se convirtió en un "héroe", como se define con "ironía".

A otra lucha vital, la de su progenitor, rinde homenaje Antonio Altarriba en el guión de 'El arte de volar'. Los dibujos corren por cuenta de Kim (Joaquim Aubert), el autor de ese irreductible Martínez el Facha de 'El Jueves'.

"Mi padre se suicidó el 4 de mayo de 2001...", arranca un tebeo que se presume hiperrealista y crudo. A través de la vida de su padre, Altarriba recrea todo el siglo XX, desde la infancia en Peñaflor hasta la Guerra Civil, los campos de concentración y la vuelta a España asumiendo un "exilio interior". El cómic permite ambientar cada época y realizar incursiones por un mundo más simbólico y onírico. Todo un reto para el dibujante Kim, que tuvo que encontrar su propio estilo para enfrentarse a "un cómic serio y largo" al que ha dedicado cuatro años.

El cuarteto de galardonados lo completó un Manuel Vilas que no necesita presentación en el mundo literario aragonés. Como los parámetros de carácter lineal le resultan insuficientes a la hora de escribir, en 'Aire nuestro' presenta una cadena de televisión española en la que presente y futuro, realidad y ficción se mezclan. Tiende al disparate y se proclama "contra el aburrimiento". Sobre este reconocimiento dice que "ya puedo ser profeta en mi tierra", y lo hace con la sonrisa puesta.